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Las élites económicas apuestan por una subida exponencial del desempleo

Altos dirigentes de los bancos centrales argumentan que las decisiones que están adoptando y la desaceleración económica que están provocando es un precio aceptable a pesar de que generará un mayor desempleo y una reducción de la capacidad adquisitiva de las clases medias y trabajadoras

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Los bancos centrales están aplicando una política monetaria basada en el incremento salvaje de las tasas de interés como única receta para rebajar la inflación. Esto, evidentemente, está ya generando una desaceleración de la economía que terminará con una nueva recesión que va a ser soportada por las clases medias y trabajadoras del mundo. Las recesiones suelen traducirse en un incremento del desempleo y una rebaja de los salarios

Sin embargo, a las élites económicas, obsesionadas por mantener la rentabilidad de los que más tienen, ya sean grandes fortunas o los gigantes empresariales, no les importa nada que las clases medias y trabajadoras y las pequeñas y medianas empresas, las que realmente crean empleo. Lo fundamental es que los emporios económicos, no sólo es que no pierdan dinero, sino que la nueva recesión sirva para aumentar su riqueza.

Para demostrar este escenario, destacan las recientes y desconcertantes declaraciones del gobernador de la Reserva Federal (Fed) y miembro del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés). Christopher Waller, argumentó que las subidas de las tasas de interés deben continuar aumentando a pesar del impacto negativo que tendrá sobre el crecimiento económico. 

La insistencia de la Fed y de otros bancos centrales en aumentar repetidamente las tasas de interés va en contra de las advertencias de una amplia gama de expertos económicos, líderes laborales y legisladores que dicen que hacerlo empeorará la inflación y destruirá millones de empleos. Mientras tanto, estas élites económicas están haciendo muy poco para abordar los factores que impulsan la inflación: la especulación y la codicia empresarial.  

En concreto, Waller afirmó que «el crecimiento económico en los Estados Unidos se ha desacelerado significativamente en 2022, y espero que ese lento crecimiento continúe hasta el próximo año. En cualquier otro momento, estaría bastante descontento con la desaceleración del crecimiento, pero no ahora. Aunque creo que estamos viendo cierto progreso en la economía para frenar la demanda que ayudará a moderar la inflación, aún no hemos logrado suficiente progreso…. Todavía tenemos un camino por recorrer. Hasta entonces, apoyo los aumentos continuos de tasas y las reducciones en curso en el balance de la Fed para restringir la demanda agregada».

Las palabras de Waller siguen a los comentarios recientes de la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, de que la recesión parece inevitable, incluso cuando la Fed sigue adelante con aumentos de tasas más agresivos. George afirmó que el «mercado laboral [que] es tan ajustado, no sé cómo se sigue reduciendo este nivel de inflación sin que haya una desaceleración real, y tal vez incluso tengamos una contracción en la economía para llegar allí».

A principios de este mes, tanto la Fed como el BCE anunciaron un aumento de las tasas de interés de 75 puntos básicos, a pesar de las advertencias de los expertos de que hacerlo causaría una recesión y costaría decenas de millones de puestos de trabajo perdidos para finales de 2023.

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1 COMENTARIO

  1. Y no son esas mismas elites económicas las que han impuesto su neoliberalismo, aunque parcialmente reconocido su fracaso en la crisis de 2008, que no tiene ninguna otra manera de intervenir en la economía que no sea destruirla como forma de que se recupere. Hundir la demanda y así a los más débiles, (que no son los menos eficaces sino simplemente los menos privilegiados), para que el resto se reparta su parte. No se van a hundir con esta subida ni las energéticas que han disparado los márgenes de sus productos, derivados y servicios, y han generado la inflación, ni los bancos que se beneficiaron de los prestamos de los estados, de los prestamos del dinero público del BCE, y de la absorción de las cajas sin coste; se hundirán aquellos que están en el esfuerzo de creación donde la inercia económica todavía no llega ni las condiciones de ventaja están creadas; además de la mayoría social y los trabajadores que pagaran el pato facilitando en su miseria salarios y condiciones de producción más barata para aquellas que si están en aquella.
    Nos han vendido una moto del tamaño de una locomotora y nos siguen engañado, para que la exponencial diferencia de rentas que desde la revolución conservadora se ha creado se siga incrementando a base de reducir, en cada oportunidad, la del trabajo reencauzando su flujo hacia la del capital. Si queréis, confiad, bajo la premisa de que el capital es el que crea el empleo en lugar de comprar el trabajo, y entregaros a este saqueo sin límites que, además, nos vende las fórmulas de expropiación como una cesión, pero el antagonismo consiste, “teniendo en cuenta el dilema del prisionero entre ellos, que cuanto más barato paguen el trabajo más beneficios se reparten.

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