La red eléctrica de Libano colapsó ayer sábado después de que sus dos principales centrales eléctricas se hayan quedado sin combustible. Desde ayer, gran parte del país está sin servicio eléctrico.
Según las autoridades no saben con certeza si podrán solucionar la situación el lunes y plantean la posibilidad de estar en este «apagón» durante varios días.
Los generadores existentes para núcleos reducidos no tienen capacidad para soportar la demanda provocada por el corte general, y los servicios básicos se ven comprometidos: especialmente la atención básica en hospitales.
El viernes la central de Deir Ammar dejó de funcionar. Lejos de solucionarse la situación, el sábado por la tarde cayó la de Zahrani. Los operadores de los generadores se han negado a pagar las tarifas en dólares, que es la moneda que ahora se exige ante la pérdida de valor del dinero libanés en el mercado internacional. El aumento del precio del combustible, sumado a la pérdida de paridad de la moneda libanesa, han hecho que la ciudadanía no haya podido afrontar los pagos de suministro.
Gran parte de la población libanesa se encuentra por debajo del umbral de la pobreza en estos momentos y solamente pueden abastecerse de productos básicos gracias a las remesas de dólares que les llegan desde el exterior, según informa The Guardian.
Durante los últimos meses los apagones eléctricos se habían organizado durante las noches, mientras la mayoría de la población dormía.
La crisis económica del Líbano, según el Banco Mundial, es una de las peores a nivel global, que ha llevado a su sistema bancario al colapso y a que su tipo de cambio haya perdido 15 veces su valor.
El Ministerio de Electricidad fue destruido en la explosión del año pasado, producida en el puerto de Beirut. La investigación sobre este suceso, que conmocionó a la sociedad libanesa, ha quedado en suspenso y se desconoce exactamente lo que ocurrió.
