Las críticas de la derecha a los Presupuestos no amilanan a Pedro Sánchez

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha acusado al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, de «engañar a los españoles y querer engañar a Bruselas». No obstante, las críticas de la derecha a los Presupuestos no amilanan al presidente. Bronca en la sesión de control al Gobierno donde el líder de la formación naranja y los populares cargan contra los presupuestos más sociales de la democracia, e incluso se contradicen reprochando medidas que anteriormente justificaron y defendieron, Sánchez se ha despachado a gusto con los dos líderes conservadores.

Así, Rivera, que en su día propuso un salario mínimo de 900 euros, afirma que la medida que el Ejecutivo socialista plantea de elevarlo a 1.000 euros supondrá la ruina de este país. Casado, en la misma línea, dice que trabajará intensamente para que la subida no se produzca.

Sánchez ha defendido sus cuentas, acordadas con Podemos, y considera que servirán para “reforzar a las clases que han sufrido la crisis” y para aumentar, entre otras cosas, “el presupuesto en educación y ciencia y consolidar las cuentas públicas, que recogen un superávit primario y rebajan la deuda pública del PIB”.

Por su parte, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, asegura que los nuevos presupuestos “son nefastos, un panfleto partidista y un infierno fiscal”. “Usted plagia a José Luis Rodríguez Zapatero, que arruinó a España sepultándola bajo el hormigón del plan E”.

Pero el presidente no cede en su argumento y ha contestado duramente a las formaciones que representan a la derecha en el hemiciclo, una derecha que no acaba de digerir que ostentan la oposición por las nefastas políticas económicas aplicadas en todos los ámbitos que solo han supuesto recortes y “malestar social” y por la corrupción de su partido, ya demostrada en sede judicial, y que ha terminado echándolos del poder.

Así, Sánchez le ha espetado a Casado que “no se le entiende nada”, que “su partido subió hasta 60 impuestos cuando gobernaba” y que “es rehén de su pasado inmediato y también del lejano”. No ha sido más suave en la contestación a Albert Rivera al que le ha acusado de “mentir, insultar y calumniar” y le ha pedido que “vuelva a la moderación”.