La UE paga miles de millones de euros que son gastados en delitos de lesa humanidad

Altos funcionarios de la UE han sido y son conscientes de la difícil situación a la que se enfrentan los inmigrantes detenidos en Libia. El enfoque de externalización del control migratorio tiene el efecto de evitar las responsabilidades legales que surgen cuando los inmigrantes y solicitantes de asilo llegan al territorio comunitario

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Las políticas de la Unión Europea para evitar la migración desde los países subsaharianos se han basado en el pago de miles de millones de euros a terceros países del norte de África para que sirvan de muro de contención. Marruecos y Libia, principalmente, son los receptores de ese dinero, países que vulneran de manera habitual los derechos humanos de los inmigrantes.

Sobre todo, el caso de Libia, un Estado fallido desde la caída de Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi, es palmario. En este país se han documentado condiciones inhumanas, incluso con niños recién nacidos, en los centros de detención de inmigrantes.

Altos funcionarios de la UE han sido y son conscientes de la difícil situación a la que se enfrentan los inmigrantes detenidos en Libia. En noviembre de 2017, el entonces comisionado de migración de la UE, Dimitri Avramopoulos reconoció que eran conocedores de las «condiciones espantosas y degradantes en las que se encuentran algunos inmigrantes en Libia». Sin embargo, los esfuerzos de la UE para mejorar las condiciones y el trato en los centros de detención oficiales han tenido un impacto insignificante.

La cooperación migratoria de la Unión Europea con Libia está contribuyendo a un ciclo de abuso extremo. Europa está prestando apoyo a la Guardia Costera de Libia para permitirle interceptar en el mar a inmigrantes y solicitantes de asilo, después de lo cual los devuelve a Libia para ser detenidos arbitrariamente. Allí, los migrantes se enfrentan a condiciones inhumanas y degradantes y al riesgo de tortura, violencia sexual, extorsión y trabajos forzados.

Desde 2016, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para evitar la salida de barcos de Libia. Los responsables políticos y los líderes de la UE justifican este enfoque como una necesidad política y práctica para afirmar el control de las fronteras exteriores de Europa y romper el modelo comercial de las mafias, así como un imperativo humanitario para evitar la peligrosa migración en barco. 

En realidad, el enfoque de externalización del control migratorio tiene el efecto de evitar las responsabilidades legales que surgen cuando los inmigrantes y solicitantes de asilo llegan al territorio de la UE.

Las instituciones comunitarias y los estados miembros han invertido millones de euros en programas para reforzar la capacidad del Gobierno de Acuerdo Nacional con sede en Trípoli, cuyo poder se basa en gran medida en alianzas con milicias y sin control real sobre el territorio, para interceptar barcos que salen de Libia y detener a los interceptados en centros de detención donde enfrentan condiciones terribles. 

Italia, el país de la UE al que llegan la mayoría de los migrantes que salen de Libia, ha tomado la iniciativa en la prestación de asistencia material y técnica a la Guardia Costera libia y ha abdicado prácticamente de toda responsabilidad en la coordinación de las operaciones de rescate en el mar en un intento por limitar el número de personas que llega a sus costas.

A pesar de la abrumadora evidencia de tortura y explotación de migrantes y refugiados en Libia, crímenes de lesa humanidad , según las Naciones Unidas, en los últimos años, la Unión Europea sigue apoyando los esfuerzos de las fuerzas libias para interceptar los barcos. 

La UE ha retirado sus propios buques e instalado una red de medios aéreos gestionados por empresas privadas. Desde mayo de 2021, la agencia fronteriza de la UE, Frontex, ha desplegado un dron fuera de Malta. Sus patrones de vuelo muestran el papel crucial que desempeña en la detección de barcos cerca de las costas libias. Frontex a su vez, transmite la información del dron a las autoridades costeras de Libia.

Frontex afirma que la vigilancia es para ayudar al rescate, pero la información facilita las intercepciones y las devoluciones a Libia. En muchas ocasiones esos barcos son interceptados en aguas internacionales, dentro del área de búsqueda y rescate de Malta. La trayectoria de vuelo del dron sugiere que estaba monitoreando la trayectoria del barco, pero Frontex no suele informar barcos de rescate como el Sea-Watch.

Organizaciones no gubernamentales como HRW Border Forensics están examinando cómo el cambio de la vigilancia marítima a la aérea contribuye al ciclo de abuso extremo en Libia. La falta de transparencia de Frontex deja muchas preguntas sobre su papel sin respuesta.

1 COMENTARIO

  1. «Sobre todo, el caso de Libia, un Estado fallido desde la caída de Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi, es palmario.»
    Parece ser que Gadafi tropezó y cayó. Por no saber dónde uno pisa tal como sabemos los usa y sus colonias.

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