Emanuel Macron es el actual presidente rotatorio de la UE, en representación de Francia. Por eso ayer le preguntaron sobre la inclusión de Ucrania en el proyecto europeo y su respuesta ha sido sorprendente: mientras Ucrania esté en guerra, no se valora positivamente presentar este debate sobre la mesa.
Preguntado por esta cuestión, Macron dijo literalmente: «Hay que tener cuidado. ¿Podemos hoy abrir un procedimiento con un país en guerra? Yo creo que no. ¿Podemos cerrar la puerta y decir «nunca»? Eso sería injusto».
Al tiempo que el presidente de Francia dice esto, el comisario de relaciones exteriores, Borrell, anuncia el envío de armas a Ucrania con valor de 500 millones de euros.
No hace falta darle muchas vueltas al análisis: Europa envía armas para mantener un conflicto en el territorio, y a su vez utiliza este conflicto como argumento para decirle a Ucrania que, «estando en guerra» se olvide de momento de entrar en el club.
Razones suficientes como para que Zelenskyy pudiera sentirse utilizado, quizás. Podría pensar que los europeos le han animado a entrar en un conflicto con Rusia para dejarle sólo, porque enviar armas para que sea su población la que tenga que enfrentarse a, nada más y nada menos, que las tropas militares rusas, es en definitiva, dejar a Zelenskyy colgado. Por mucho dinero que se inyecte desde fuera, esto podría ser lo que parece: haber utilizado a Ucrania para activar un conflicto con Rusia que sirva como excusa para cambiar de proveedores energéticos y generar un conflicto económico internacional. Ni más ni menos.
Ya empieza Volodimir a replantearse las cosas, posiblemente en vista de lo que lleva observando desde el principio, cuando ya denunciaba sentirse sólo. Los aplausos en el Parlamento Europeo no salvan las vidas de su población, y las armas que les regalamos básicamente vienen a ser una muerte anunciada.
Caramba, parece que es un escrito muy pensado para favorecer los argumentos del agresor ruso. Ha argumentado usted el que un representante ruso no lo habría hacho con tanta procura a los suyos. Ucrania se quema, y, es compresible que su presidente se sienta «solo». Enviamos armas y, nos armamos. Enviamos víveres y protegemos a sus exiliados. Los medios dedicados a los ucranianos, que nos llegan, tienen consecuencias para los nuestros. Seguro que su presidente no ha supuesto como usted.
Antes de echarse al agua, para salvar al que se ahoga, es necesario reflexionar si lo podemos hacer sin ahogarnos los dos.