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La tercera ola: una comida de Navidad desafortunada, pero legal

Félix Lareki Garmendia
Félix Lareki Garmendia
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao. Su carrera profesional fundamentalmente la ha desarrollado en Xerox España S.A.U.. Exprofesor de la Escuela Superior Universitaria de Marketing en la Cámara de Comercio de Bilbao, del Master de Marketing y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del País Vasco UPV - EHU. Durante 8 años ha estado en política en el País Vasco. Vicepresidente de la Asociación Internacional Aulamar para personas discapacitadas para el disfrute de la navegación a vela. Tiene publicados varios libros con ESIC Editorial. Su lema es “pasión por el arte y las personas”, lector empedernido, escritor y analista social.
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análisis

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Me ha llegado una información del Hospital de Aránzazu de San Sebastián correspondiente a una sanitaria. Me lo hace llegar para los lectores de Diario16 en forma de relato real, acerca de qué es lo que ha de surgir en las próximas fechas navideñas

Te lo cuento….

Vives con tu mujer y tus 2 hijos. Tus padres son mayores y te da pena dejarles solos en Navidad, así que celebras con ellos.

Diciembre 2020.

Sábado 26 día después de Navidad.- Resulta que tu compañero de curro con el que echas el café por las mañanas te llama el día 26 para decirte que  es Covid positivo. Te llama la rastreadora, estás aún sin síntomas pero te hacen la PCR el 26 por la tarde.

Domingo 27.- Te avisan de que la PCR es positiva el 27 y tienes que localizar con quién has estado 48 h antes, es decir el día 25.

Viernes 25.- «Coño, con mis padres en la comida de NAVIDAD». Tu madre tiene 76 años y está maja pero es cardiópata. Tú padre tiene 82 y está empezando a perder un poco el norte (aunque llevas todo el 2020 fingiendo que no te das cuenta). Necesita ayuda para casi todo excepto comer y tiene un trastorno de la marcha.

Lunes 28.- El 28 empiezas con fiebre. Ya estás aislado y no puedes ayudar a tus padres, que también están aislados y pendientes del resultado de la PCR.

Martes 29.- Tus padres son positivos. Los dos. ¡Vaya los has contagiado ¡

Martes 5 de Enero.-Tu padre comienza con dificultad respiratoria, va al hospital y tiene una neumonía Covid. No es susceptible de cuidados en intensivos, y está pochito. Ingresa en planta, no puedes despedirte de él. Las enfermeras hacen videollamadas para localizarte, pero el hombre está desorientado por la fiebre y la falta de oxígeno y no te reconoce.

Sábado 9 de Enero.- Fallece tu padre en plena soledad, nadie puede ir a verle porque también estáis infectados.

El 7 de enero tu madre, con lo maja que está mírala, un poquito rechonchita nada más, empieza a deteriorarse. Tiene una neumonía Covid bilateral y comenzando el fallo cardíaco. Ella sí es intensivable, así que la intuban y va a la UCI. No podéis visitarla. Las intensivistas os informan a diario, pero tú has perdido a tu padre y no sabes ni lo que te dicen.

Pasa una semana. Luego dos. Tres.

Sigue intubada, la ventilan en decúbito prono (o sea, boca abajo) y está sedada. Tienes miedo a que no se despierte nunca. Quitan la sedación y extuban el día 12 de febrero, después de 5 semanas en la UVI. No puede andar, ha perdido toda la masa muscular. Se fatiga solo de moverse en la cama porque su capacidad pulmonar está muy disminuida. Le quedan entre 6 meses y 1 año de rehabilitación.

¡Con lo maja que estaba ¡…

Tus hijos ni se enteran del covid, tu mujer (que les tenía un poco de tirria a tus padres) no se prodigó en besos y abrazos y se sentó en la otra punta de la mesa. Llevó mascarilla excepto para comer y le dijisteis que era una histérica.

La comida estaba autorizada por el Gobierno, éramos solo dos unidades convivenciales y menos de 10 personas.

Como no sabía con quién había andado tu madre, que estaba tan maja y que salía a pasear y hacer recados todos los días, no se quiso acercar a ti y luego te aislaron, así que tu mujer se libró del bicho.

A ella, que quería comerse unos huevos fritos con patatas en su casa y que no visitó a sus propios padres, le ha caído ocuparse del cuidado de sus dos hijos asintomáticos pero aislados, su marido infectado y todo el trajín de tu padre, que muy bien no le caía, pero era su suegro desde hace 20 años y le quería. Como a su suegra, que ha pasado tantísimos días con el tubo en la garganta.

Tu mujer, tiene una angustia que no duerme y no para de llorar, tiene pánico de perderte a ti también. Tanto que ha tenido que coger la baja en el trabajo aunque amenacen con despedirla, porque ve cómo su familia se va a la mierda. Por una puñetera comida.

Ah, funeral todavía no habéis hecho, ¿Cómo vais a hacer funeral con tu madre en la UVI?

El consejo de mi hermana enfermera que vive en Donostia, es que por favor, quedaos cada cual en su casita, diga lo que diga el gobierno de los familiares y los allegados. Es la única forma de evitar el comienzo de la tercera ola.

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