La Tercera España

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Hay un debate pretérito en este país que afortunadamente ha vuelto a hacerse visible. Me refiero a la idea de si existe o no una Tercera España en el plano político, es decir más allá de las dos Españas de la tradición: la de izquierdas y la de derechas, arraigadas en el bipartidismo y en la nueva generación política tras el 15M. La Tercera España es un término acuñado por Salvador de Madariaga para referirse a aquel conjunto de intelectuales que no tomaron parte en la guerra civil porque no se identificaron con ninguno de los dos bandos. Estos fueron: Alcalá Zamora, Menéndez Pidal, Chaves Nogales, Xavier Zubiri, Ortega y Gasset y otros miembros de la escuela de Madrid como Julián Marías. Hay más: Ramón Pérez de Ayala, Juan Ramón Jiménez, Rosa Chaquel, María Zambrano, Juan Benet, etc.

Por efectos de la pandemia este sentimiento, que también es hispanista, ha vuelto a actualizarse. Y eso me da pie a defender que siempre ha existido este posicionamiento y que no se trata de acontecimientos aislados. Afortunadamente somos una minoría respetable los que no nos identificamos con las izquierdas ni las derechas, ni los centros, porque sencillamente entendemos que la política es otra cosa que nada tiene que ver con prejuicios y sectarismos que conducen a la división y al odio. No puede haber argumentaciones políticas y por consiguiente gestiones adecuadas cuando no se analizan los problemas sino que se adecúan a los dogmas, a las siglas, a los votantes y redes clientelares.

La política debe estar en el hecho-en-si y debe manar del pueblo. No debe estar solo en el escaño ni en las consignas. Antonio Gramsci pensaba que la política era un fenómeno cultural y que la cultura, en sentido amplio, debía tomar parte de ella en lugar de relegar esta tarea solo a los partidos (hablaba en términos metapolíticos). Ser de la Tercera España supone ser crítico con los gobiernos y sus actos; defender la libertad de expresión y de pensamiento, sobre todo ahora en tiempos del Coronavirus donde hay algo parecido a la censura social; pero también generar pensamiento crítico y promover el librepensamiento. Ser de la Tercera España es no seguir la corriente de las mayorías porque ser diferente, en este caso, es una buena forma de evolución. Yo, me confieso, soy de la Tercera España; necesito emanciparme de nuestra tradición política que se repite y no avanza.

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