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La subida de los precios alimenticios

José Amestoy Alonso
José Amestoy Alonso
Escritor y profesor licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación son Climatología, Medio Ambiente y Tercer Mundo.
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análisis

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Baja el precio de los combustibles moderadamente y suben los precios de los alimentos.

Preguntada una señora por un periodista por el precio de los alimentos decía, «que antes con 50 euros hacia la compra, ahora tengo que utilizar otros 50 € si quiero seguir comprando».

El problema no es de los agricultores que venden a céntimos sus productos sino de las grandes superficies alimentarias y supermercados que son las que suben los precios a los consumidores sin tener que hacerlo ya que el petróleo Brent sigue bajando.

El resultado es que una vez subido ya no bajan los precios de la alimentación y los ciudadanos, a los que no se les suben el salario, se empobrecen cada vez más, y no hay derecho a que las multinacionales pongan los precios a su criterio, a su antojo.

Las autoridades de consumo, el ministro Garzón tiene que poner orden y concierto en este asunto.

Además está bajando el precio de la luz, aunque fluctuando, y las grandes superficies tienen que pagar recibos más bajos: por tanto, los supermercados, que son multinacionales, la mayoría extranjeras, que vienen a hacer el negocio en España tienen que bajar los precios de los productos alimenticios, y sino los inspectores tendrán que denunciarlos.

Según el Heraldo de Aragón, cada español gastará 200 euros más al año en alimentos por la subida de precios.

La inflación costará al consumidor europeo medio 243 euros extra en la misma cesta de la compra que lo que pagó en 2021.

De acuerdo con Cinco Días del País, «sobre el año pasado el aceite de oliva ha subido un 36,5%, gasolina y gasóleo se han encarecido un 23% y un 33%, la electricidad, un 30%, la pasta alimenticia, un 27,9%, harinas y huevos, un 25%, y la leche entera, un 16,7%».

Con este panorama es lamentable para el pueblo seguir el ritmo de vida que llevaban antes de la Crisis económica.

Además los hoteles y restaurantes han subido el 45% con respecto al año pasado, por ello, no se puede entender cómo las carreteras en las quincenas de julio y agosto, así como los aeropuertos están repletos de automóviles y gente joven esperando el avión para ir a, «quién sabe dios»; es probable que bastante gente tenga que pedir préstamos pequeños para sus vacaciones o hayan estado ahorrando todo el año para ello.

Según el Informe de Allianz recogido el el Heraldo de Aragón, indica que  «este aumento de los precios de los alimentos, que se suma a un aumento generalizado del coste de la vida (combustible, electricidad, alquileres, alimentos que se consumen fuera del hogar, etc.), «reaviva los debates sobre posibles ayudas sociales para aliviar la carga de los hogares más vulnerables», incide el informe».

Una solución al alza de los precios, sobre todo en los pueblos, es comprar directamente al productor todo tipo de alimentos a precios mucho más baratos pero beneficioso para ambas partes: productor – consumidor, ya que los canales de comercialización encarecen el producto y las superficies le suben más.

Está solución es para la gente que vive en el pueblo, desde el ministerio de Consumo deberían eliminar algunos canales para que el consumidor de las ciudades se beneficie también; no se puede dejar a las multinacionales hacer su «agosto» encareciendo los alimentos básicos, por ello, Consumo debe poner nuevas normas sobre los precios, para beneficio de los ciudadanos.

En general los agricultores venden 0.70 € el producto y el comprador  tiene que pagar al supermercado a 5,50 € el producto.

El pimiento a 0.24 € de venta en el campo, los costes de producción son superiores a la venta. La sequía hace que los embalses estén peor que hace 30 años, la energía hidráulica prácticamente no se puede utilizar, hay que utilizar el gas y éste sube.

En la cadena alimentaria hay algún canal que sube los precios.

La crisis del gas no tiene flexibilidad como el petróleo y Europa tiene que aprender mucho con el coste del gas.

La luz ha bajado el 13%, la energía sube menos en España igual que en Portugal, que en Europa por el acuerdo hispanoportugues con los países de la UE más ricos.

La lista de la compra sube en España desmesuradamente. Por ello, el ministro Garzón tiene que tomar medidas para abaratar la cesta de la compra. Medidas hay muchas para solucionar la subida del precio de los alimentos y pensamos que el ministerio de Consumo tiene soluciones reales para ello. Sólo hace falta voluntad política y no tener miedo al PP de Feijoo que todo lo ve negativo y responsabiliza al Gobierno de Coalición de todos los males, lo que es falso, una falacia.

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1 COMENTARIO

  1. Llamémosles mejor, canales de distribución, para que no quede fuera ninguno de estos especuladores que controlan en mercado y que en paralelo a las energéticas;que aprovechando la oportunidad que le brinda la bajada de suministros de las materias primas que las producen han disparado los beneficios (vendiendo la mitad del gas ganan el doble al multiplicar el precio por hasta diez veces el que tenían); aprovechan el incremento de los precios de los agricultores (insumos) esconden la multiplicación de beneficios que no justifican el incremento (se sumará la elevación del precio del transporte pero en ningún caso el margen como ocurre) y, teniendo en cuenta que, que los riesgos de perdida (sequias, malas cosechas, inundaciones, heladas, pedriscos, etc.) desde luego sus almacenes y plazos de operación no los sufren.
    Alguien no se ha enterado todavía de que va estos del mercado neoliberal; cuyo descrubrimiento en los 90 de las materias primas ya elevan los costos de producción agrícola con la compra de futuros, apropiándose a través del mercado muchas cosechas (trigo rojo, cereales, etc.) que ni siquiera ven ni tocan y que, estos canales de distribución, terminan de explotar cuando de pequeños agricultores se trata; ni como estamos en sus manos.
    Nos hundieron en la crisis de 2008 en una operación de financiación en la que participamos todos solo gracias a que ellos organizaron la deuda y nos vendieron la garantía de una economía que no podía fallar, que aprovecharon para hacernos a todos responsables. Montaron una recuperación económica en la que esquilmaron a los estados que cubrieron su agujero financiero (no solo en España y no solo las cajas de ahorro –se calcula en 200.000 millones los avales y garantías de Estado, y los beneficios cedidos, a través de los Repos, a la banca privada-) y que solo sirvió para empobrecer al trabajo y rescatar al sistema que se había bajado a tiempo de la ola hasta cayendo en paraísos fiscales. Y como si no hubiéramos aprendido nada, la reforma prometida del Capitalismo cuando no sabían que decir, ni se ha realizado ni a cambiado de sentido, manteniendo las condiciones en las que una guerra en Ucrania y la caída de suministros no sirve para que se establezcan intervenciones propias de una guerra, sino para que los mercados oportunitas, aprovechen para esquilmar, como hablamos, a través todos los medios igual que con los alimentos, a agricultores, transportistas, pequeños establecimientos, y finalmente consumidores, haciendo de la ocasión el negocio del presente aunque represente el hundimiento de la economía a través de la inflación.
    Animo amigos, sigamos confiando en el buen hacer de la mano invisible que majea como nadie el principio del egoísmo individualista para hacer de nuestro sistema el mejor de los mundos…(para ellos).

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