Hace apenas año y medio que Verónica Casado fue reconocida con el premio más prestigioso que concede la Organización Mundial de la Medicina de Familia como la mejor médico del mundo en su especialidad. Poco tiempo después, el líder de Ciudadanos la fichaba como consejera de Sanidad para el Gobierno de coalición con el PP. Esa trayectoria profesional explica las lágrimas de una política temporal que ha dedicado su vida a los pacientes.
Viendo la trayectoria de la consejera Casado, es fácil entender las diferencias de sus lágrimas, ayer se derrumbó al recordar a los sanitarios fallecidos en su región por el Covid-19, con las de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que buscó la imagen con luz y taquígrafos.
Con frases entrecortadas, “no puedo…”, y entre lágrimas ha hecho un esfuerzo y ha continuado diciendo: “Tengo que poder”, la consejera logró citar a los sanitarios fallecidos: Isabel Muñoz, médico de familia del Centro de Salud Rural Fuente de San Esteban (Salamanca); Antonio Gutiérrez, coordinador del centro de salud rural Eras de Renueva (León); Luis Fernando Mateos, médico de familia del centro de salud rural Linares de Riofrío (Salamanca); Marisol Sacristán, celadora del Hospital General de Segovia, y a Yolanda Hernando, auxiliar clínica del Hospital Fuente Bermeja de Burgos.
“Compañeros que han perdido la vida en estas semanas”, ha recordado Casado. “Cuanto lo siento”, ha señalado entre aplausos de todos los partidos políticos.
