En la duodécima jornada del juicio del ‘procés’ la protagonista absoluta fue la secretaria judicial que participó en el registro en la Conselleria de Economía, Montserrat del Toro, cuya testifical era clave para todas las partes respecto a lo que aconteció el 20-S porque intervino en la diligencia acordada por el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, que ordenó registrar la sede de Economía ese día, cuando miles de personas bloquearon la salida a la comitiva judicial.

Pero lo que describió la secretaria judicial en la vista del juicio al ‘Procés’ fueron solo unos desórdenes públicos, y no un delito de rebelión ni un delito de sedición.

Según declaraba Montserrat del Toro, los registros en la Conselleria de Economía se consiguieron terminar, mientras la multitud se agolpaba alrededor del edificio público que no estaba protegido por ningún cordón policial, hasta que una vez finalizado el registro se hizo un pasillo en la calle por el que salió la comitiva judicial. La secretaria judicial sin embargo sintió miedo y decidió saltar por la terraza saliendo a la calle por un teatro adyacente mezclada con los actores.

Para que existiera delito de rebelión el 20-S según el código penal actualmente vigente, hubiera sido preciso que un grupo organizado militar o paramilitar hubiera entrado en el edificio de la Conselleria de Economía secuestrando a la comitiva judicial y exigiendo al juzgado que ordenó el registro la retirada de la orden, y al Ministerio o a la Consellería de Justicia el cese de la secretaria y de los funcionarios que componían la comitiva judicial.

Para que se pudiera contemplar la comisión de un delito de sedición ese día, en cambio hubiera sido preciso que la multitud que se agolpaba alrededor de la Conselleria entrara en el interior del edificio y hubiera impedido el registro, sacando por la fuerza a la secretaria judicial y a los demás miembros de la comitiva judicial.

Pero nada de lo que se acaba de describir ocurrió el 20-S de boca de la secretaria judicial Montserrat del Toro.

Sobre el cordón policial para proteger el edificio, Montserrat del Toro manifestó que la intendente Laplana “consideró que era innecesario y que consideraba que no habría disturbios». La secretaria judicial siguió su relato indicando que “a las 21.50 h ya había acabado el registro y que desde las 16 h no podían tener contacto con el exterior porque los teléfonos estaban colapsados por la aglomeración de la gente de fuera»; “que pidió un helicóptero, y que le hicieron tres ofertas. Primeramente le ofrecieron salir sola por la puerta principal custodiada por dos mossos hasta el metro”; » que esta opción ni la contemplé», dijo. «No era una opción segura y no la acepté». «Se me hizo una segunda oferta: me harían un pasillo de civiles, a un lado y a otro. Lo rechacé. Tenía que salir con la comisión judicial y seguía sin ningún tipo de seguridad para mi integridad física», explicó. «Hubo una tercera oferta con un pasillo formado por agentes de la Brimo. Siempre por la puerta principal y sólo para ser transitado por mí. No podían asegurar la integridad física de todos los objetos intervenidos por la Guardia Civil. Dije que no», y añadió que la policía le dijo que no había más opciones.

«Llamé al magistrado instructor porque era la única persona que podía hacer algo por mí: ‘Me tienes que sacar de aquí'». «Aprovechando el final de una función de teatro saldríamos entre el público y me acompañarían ocho agentes vestidos de paisano», dijo para encarar la explicación sobre como salió finalmente por la terraza y el teatro Coliseum después de las llamadas del juez al mayor Trapero. Montserrat del Toro finalmente decidió salir «con los actores».

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