Isabel Díaz Ayuso, ha protagonizado este jueves una de esas escenas que nos avergüenzan, y más si cabe si se hace en la IX Cumbre Europea de Regiones y Ciudades. Una escena esperpéntica, al finalizar una rueda de prensa en Francia, cuando una periodista le ha preguntado qué le parecía que la estación de Atocha lleve el nombre de la escritora Almudena Grandes.
“Sobre el nombramiento de esta nueva estación, lo que sabemos es que el Gobierno quiere dar nombre de mujer a otras estaciones y ponerles este nombre, de una mujer. Y yo lo que creo es que la Virgen de Atocha ya era mujer”, y es aquí cuando empieza a hacer gestos extraños. Se ha quedado mirando a los periodistas durante unos eternos segundos mientras hacía unos gestos, que detonaba que le pasaba algo o que se dio cuenta de lo que había dicho, mientras de fondo se escuchaban las risas de los periodistas presentes.
Atocha llevará el nombre de Almudena Grandes
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en una conferencia organizada por Europa Press, ha expresado su confianza en que el cambio de nombre se pueda completar este mismo año.
Según ha explicado, la intención del Gobierno es modificar el nombre de algunas de las principales estaciones ferroviarias de España a lo largo de este año, para pasar a ponerles nombres de mujeres a las que la historia no ha dado suficiente visibilidad.
Se trata, de “un gesto muy importante y cargado de simbolismo” que quiere poner de manifiesto y “visibilizar el compromiso del Gobierno con la igualdad y las políticas de género”.
El origen del Olivar de Atocha
Nada indica hoy en día la presencia de la puerta de Atocha. Pero si nos damos un paseo por el actual barrio de Atocha a lo largo de la división con el Retiro, se puede apreciar la parte trasera de la ciudad, encontrando algunos espacios urbanos poco transitados.
El olivar de Atocha a través de la historia en imágenes
La leyenda de la Virgen de Atocha
Los orígenes de la virgen de Atocha se remonta a una leyenda del siglo VIII, en tiempos de origen árabe.
En la altura de la Puerta de Toledo y Embajadores había una pequeña ermita donde reposaba la virgen de Antioquía, proveniente del lugar de mismo nombre, traída por unos discípulos de San Pedro hasta aquí. La primera referencia escrita de esta virgen y su ermita se remontan al siglo VII. Todavía no existía la ciudad, por lo que era un sitio de paso.
Gracián Ramírez, noble caballero, que residía en el castillo de Rivas del Jarama con su esposa y sus dos hijas, era un gran devoto de la Virgen de Antioquía. De esto se tiene documentación escrita por el año 720.
Un día al llegar a la ermita descubrió que estaba abierta de par en par, algo extraño ya que el vigilante siempre tenía la ermita cerrada, hasta que alguien solicitaba su acceso. Al ver que pasaba, Gracián descubrió que el pobre vigilante había sido asesinado. Le habían cortado la cabeza. La virgen que tanto amaba había desaparecido. Esto enfureció al caballero, que inició la búsqueda de la estatua.
Encontraron la estatua en un cerro, que actualmente es conocido por acoger el Observatorio Astronómico, a las faldas del parque del Retiro. Este cerro estaba repleto de unas plantas, parecidas al esparto y que son conocidas como atochas.
La ermita
Gracián decidió que construiría una ermita en este lugar para que acogiera a la virgen, recibiendo el nombre de la planta que había allí y así fue como a la zona donde se encontraba sería conocida hasta nuestros días como la ermita de Atocha.
Gracián y sus compañeros montaron una ermita improvisada, momento en el que los musulmanes pensaron que estaban construyendo una fortificación para atacarles. Entonces se dirigieron hacía ellos a plantarles batalla.
En principio consiguieron frenar el ataque, pero al poco se dio cuenta de que todo estaba perdido. Temiendo lo peor, se dirigió hacia la ermita donde había estado la virgen y mató a su familia, su mujer y su hija.
Después, se le aparece un resplandor que cegó a los musulmanes y les impidió luchar, otorgándoles la victoria a los cristianos, y por lo tanto también a Gracián.
Todos se encontraban extasiados por el milagro que acababa de ocurrir, todos menos Gracián, que estaba atormentado por la precipitación de sus actos.
Pero no acaba aquí la historia, ya que de inmediato se dirigió a la ermita que habían construido en la colina del atochar y descubrió que los cuerpos de su familia estaban tan vivos como siempre. La virgen del atochar había devuelto las vidas de estas mujeres. Eso sí, para el recuerdo, les quedaría una marca en el cuello, como una cicatriz roja, alrededor de todo el cuello, que los acompañaría hasta el fin de sus días.
Pero solo es una leyenda
Lo que hay que preguntarse es: ¿Cómo una analfabeta funcional ha llegado a ser la Presidenta de la Comunidad de Madrid? Los madrileñ@s se lo tienen que mirar.