La revolución del postureo

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Hace algunas décadas, cuando comenzaron las cosas a ir bien desde el punto de vista económico y social surgió una situación de estabilidad en todos los sentidos que generó la generación New Age en EEUU. Era un movimiento humanista y contracultural donde se mezclaron los alucinógenos, el sexo libre y la filosofía del encontrarse a uno mismo para estar en armonía con la naturaleza.

La música fue importante para darle sabor a todo esto, Woodstock por ejemplo. Era la época del be what you want (sé lo que quieras ser), aunque un poco mezclado o confundido con el materialismo y el neoliberalismo. Cuando todo esto llegó a España el mensaje cambió un poco. Pasamos al you are what you want (tú eres lo que quieres o has querido ser). Había alguna frustración latente en quienes adoptaron las nuevas ideas. Y con el tiempo esto ha seguido cambiando. El deseo de ser lo que antes no se ha sido se terminó traduciendo, décadas después, como la filosofía del emprendedor (hazte a ti mismo).

Eso supuso traer los riesgos de la competencia y la máxima moral actual: el sueño del triunfo. «Triunfar depende de ti», se oye con frecuencia hoy día. Uno de los destinos de esto son las redes sociales. La red, como afima Byung Chul, es otra religión y por lo tanto el you are what you want necesita un lugar de exhibición. Pero este comportamiento también se da en otro contexto: la realidad social. Necesitamos crear un roll ficticio para llamar la atención.

Es fácil encontrar falsos rebeldes llenos de contradicciones. No están dispuestos al activismo, ni es posible el dialogo con ellos. Para aparentar ser antisistemas buscan a alguien conectado para disfrutar desde él del sistema. Y ocultan este gran secreto entre radicalismos estéticos por los que se ofuscan con facilidad. Son una cultura urbana y/o subcultura agazapada en el postureo y en las apariencias.

Su objetivo es el triunfo directo y fácil en círculos cercanos: económicos, políticos, laborales, culturales, y etc. Por supuesto en las redes sociales. Viven intencionadamente en la caverna de Platón y son conocedores de sus falacias. La generación del postureo se viste en este país de falsa revolución y se mofa de ser antisistema cuando en realidad solo son otra cosa: frikies. Es decir, personas con dificultades para expresarse con sinceridad que se comunican a través de un disfraz estereotipado y poco original.

4 COMENTARIOS

  1. TODO TE LO PUEDEN ENGAÑAR, DESCONFÍA DE LO QUE SE HA DADO POR VÁLIDO A PORQUE SÍ.
    La verdad no se da, sino se demuestra racionalmente (porque todos van a creerse el darla). La libertad no se promete, sino se lucha a incomodidades contra cualquier cadena (porque todos van a adaptarla a cadenas). La poesía no se siente con o para una retórica o valoración de línea protectora en una antisensible sobreprotección, sino ella (de verdad) se ha de identificar con tu único sentir, a veces contra una u otra valoración acomodada. También, la justicia no se espera, sino se busca; pues si tú la esperas, la esperas «de lo que hay» con pasividad; y si en cambio la buscas, ya dejas de consentir infraestructuras injustas o corruptas, y así mucho luchas por encontrarla para dársela a los demás. http://delsentidocritico.blogspot.com/

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