El Gobierno cree que no estamos al borde de una recesión pero que nos encontramos en un escenario de máxima incertidumbre económica en lo que todo puede ocurrir a partir del próximo otoño, y en invierno cuando Putin cierre el grifo del gas. Todos los indicadores anticipan que el crecimiento de España para este año rondará el 4%, una cifra que, pese a que parece positiva, no permitirá un reparto de riqueza generalizado. Las instituciones mundiales y también Bruselas, advierten a los países occidentales que deben de ajustar sus economías a un modelo de austeridad y máximo ahorro para hacer frente a la crisis que se avecina. Y en ese contexto, todo nos hace sospechar que una vez más serás las clases más humildes las que pagarán los efectos del tsunami previsto.
Así, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, reconoció este viernes que restaurar la estabilidad de precios probablemente requerirá mantener una postura monetaria «restrictiva durante algún tiempo».
En su discurso de inauguración de la reunión de dirigentes económicos de Jackson Hole en Wyoming, Powell admitió no obstante que en algún momento será recomendable ir «moderando el ritmo de subidas» de tipos de interés. Y sobre la decisión que se pueda tomar en septiembre advirtió de que dependerá de los datos disponibles en ese momento.
La bolsa española cierra en rojo
La bolsa española ha bajado el 1,51% este viernes y ha descendido de los 8.100 puntos afectada por la caída de Wall Street y de las plazas europeas después de que la Reserva Federal insistiera en continuar subiendo los tipos de interés, según datos del mercado.
En su peor tanda bajista desde el comienzo de noviembre de 2017, el índice de referencia del parqué español, el IBEX 35, ha cedido 123,6 puntos en su octava sesión consecutiva de pérdidas, ese 1,51% (mayor descenso porcentual desde mediados de julio), hasta 8.063,9 puntos, nivel del comienzo de agosto. En la semana retrocede el 3,29 % y en el año el 7,46 %.
¿Para todas las familias?