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La relatividad necesaria del presidente Alberto Fernández

Eduardo Rivas
Eduardo Rivas
Licenciado en Ciencia Política
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análisis

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Alberto Fernández tiene razón, el aislamiento social preventivo y obligatorio sirvió para impedir el contagio masivo de ciudadanos.

Alberto Fernández tiene razón, es necesario continuar con esta política, con las excepciones previstas para ciertas actividades y zonas del país, para lograr que lo que se logró hasta el momento no se pierda de golpe.

Alberto Fernández tiene razón, lo logrado es producto del accionar de toda la sociedad, no es solo lo hecho por el gobierno, y por eso es interesante la apelación a la responsabilidad ciudadana para mantener lo logrado.

Pero el Presidente fue parcial en la forma en la que presentó la información, y eso puede ser contraproducente para los intereses que manifiesta con sus palabras.

A lo largo de su alocución, de manera gráfica y didáctica procuró ubicar la situación argentina respecto a la de otros países pero tal como fue enunciada esa información puede prestarse a malos entendidos.

La información que se dio fue parcial y, al darse con números absolutos y no relativos, puede llevar a confusiones innecesarias.

Quizás el Presidente apeló a esta herramienta para no alarmar a la gente, pero la ciudadanía se alarma más al saber que el Presidente no es franco en sus palabras con la crudeza de los datos.

Tomemos algunos ejemplos.

El presidente exhibió esta filmina para comparar la realidad de infectados en nuestro país en comparación con otros cuatro países del mundo. Dado que casualmente son algunos de los países que tomamos para nuestra propia investigación de la evolución de la pandemia, esto nos permite evaluar la información brindada por el Presidente.



Hay dos cuestiones centrales que el Presidente no mencionó al presentar esta información y que hacen que lo que se cuenta al respecto sea sesgado.

La primera de ellas se exhibe en la imagen pero no se reproduce en palabras, y tiene que ver con el día de infección en el país en cuestión.

Argentina llegó a las 1975 infecciones en el día 39, tomando como día 1 el que se diagnosticó el paciente 0, y ¿cómo estaban los otros países analizados en su día 39? Brasil tenía 10.360 infectados, Italia 9172, España 1695 y Estados Unidos tan solo 70, por lo que el gráfico correcto que el Presidente debiera haber exhibido era el siguiente:

Donde se ve que la curva de Argentina es la más controlada y que no tuvo picos, exhibiendo claramente el resultado del aislamiento, puesto que España y Estados Unidos, que con los mismos días de infección se hallaban por debajo de nuestro país, con el correr de los días vieron disparados sus indicadores, lo cual es un ejemplo a evitar y una de las razones por la cual se mantiene la política oficial.

La segunda cuestión es la utilización de los números absolutos, que engañan al oyente, puesto que al no tomarse en un contexto certero hace que parezca una realidad que dista de la real.

En consecuencia se debe analizar la información de manera relativa y relacional, es decir, ¿qué porcentual de la población está infectada habiendo transcurrido la misma cantidad de días de infección en cada país analizado?

Siguiendo tal análisis la realidad argentina no es buena, lo cual es un fundamento más que contundente para continuar con el aislamiento, puesto que teniendo un tipo de contagio por goteo, a diferencia de los casos estadounidense y europeo, que fue mucho más espasmódico, el tener controlada la tasa de contagio posibilita el poder iniciar acciones que, en caso de no tenerla bajo control, haría prácticamente inútil cualquier política gubernamental.

Se puede aventurar que el Presidente no exhibió estos gráficos para no alarmar a la ciudadanía, a quién pretendió convencer con su palabra, pero viendo lo acontecido al día siguiente de su mensaje, queda en claro que no bastan las palabras. Se vio en la calle más gente que cualquier otro día de aislamiento y, curiosamente coincide que fue ayer el día que se reportaron más contagios, aunque no tiene que ver con la circulación de gente en el día de ayer. Fue solo una coincidencia.

Algo similar ocurre con los fallecidos a causa del COVID-19.

Cierto es que, como dijera el ministro Ginés Gonzáles García, ‘Parecería que hay una alta tasa de letalidad, pero a medida que se aumenten las pruebas y se aumenten el número de casos, sobre todo en un patología que en muchos casos ni siquiera se da cuenta la persona que es portadora, porque no llega a desarrollar la enfermedad… Hay una cosa que nunca se deja de contar, que es el muerto, nunca se sabe del todo cuál es la cantidad de portadores enfermos, y en la medida que se vaya ampliando esa base de enfermos portadores baja muchísimo esa tasa’, ahora bien, la única forma de establecer estadísticas comparables es apelar a la información oficial y en tal caso si los análisis que confirman la enfermedad son escasos, esto no invalidad la veracidad de la información. Pero siempre hay que comparar valores compatibles.

Al respecto el presidente Fernández exhibió la siguiente filmina:

Donde se reproducen los errores conceptuales que ya hemos consignado en la imagen de la cantidad de enfermos.

En primer lugar se debe considerar la misma cantidad de días trascurridos desde el inicio de la infección, y en ese caso, Argentina acumuló 82 muertes en 39 días mientras que, en el mismo período Brasil sumó 486, Italia 631, España 35 y Estados Unidos solo 1.

La filmina que el presidente debiera haber mostrado era la siguiente:

Y también, al igual que en el caso de los infectados, el recurrir a números absolutos distorsiona la realidad, puesto que si bien todas las muertes valen y todas las muertes duelen, en términos estadísticos no es lo mismo proporcionalmente una muerte si se toma como universo la población de un país o de una ciudad.

La filmina que el presidente debiera haber mostrado es la que relaciona la cantidad de fallecidos sobre la totalidad de infectados, para poder establecer una tasa de muerte por COVID-19, y las cantidades, para poder ser comparables, deben considerar el mismo tiempo transcurrido, es decir para el caso que estamos analizando, 39 días del paciente 0.

Considerando esto, Argentina tiene una tasa de mortalidad del 4,2%, Brasil del 4,3%, Italia del 5,0%, España del 2,1% y Estados Unidos del 1,4%.

El gráfico es el siguiente:

Se plantea entonces una dicotomía, puesto que siguiendo con la cita del ministro González García, para que descienda esta tasa debe subir la cantidad de infectados, puesto que ‘hay una cosa que nunca se deja de contar, que es el muerto’, y si sube la cantidad de infectados ya la imagen que el presidente mostró pierde toda validez. ¿Qué hacer entonces?

En nuestra opinión decir la verdad. Se debe tratar de saber de la manera más precisa cuántos infectados hay, en qué fase de la infección están para poder ser tratados en consecuencia.

Como se ve se llega a la mismas conclusiones a las que arribó el Presidente de la República aunque exhibiendo la crudeza de la realidad, y respetando el rigor científico que debe tener el manejo de datos.

Nada es absoluto, todo es relativo y para poder analizar datos debe considerarse el contexto en el cual está involucrado ese dato. Sin esa relación el dato, por sí solo, pierde valor. En este texto hemos contextualizado como corresponde una información que el Presidente no desconoce, pero que eligió presentar de manera distorsionada.

El presidente presentó la información de manera absoluta, pretendiendo ser concluyente a partir de su relato, aun cuando si esos mismos números se presentaban de manera relativa eran más contundentes, aunque también más alarmantes.

Era necesaria la relatividad del presidente Alberto Fernández para que todo fuera mucho más concluyente.

Los discursos se interpretan, los números comentados se discuten, los números presentados de la manera que corresponde, sirven para accionar correctamente, se puede discutir qué hacer, pero no hay debate posible sobre los números.

Siempre es preferible la verdad aunque duela. Siempre es preferible hacer las cosas bien, que caer en los errores metodológicos en los que incurrió el presidente Fernández. No se pueden comparar peras con manzanas, es necesario comparar peras con peras y manzanas con manzanas.

Igual, más allá de los números tuneados que presentó el presidente Alberto Fernández o los números crudos que aquí compartimos, el mensaje es claro #QuedateEnCasa.

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