El juego está sufriendo una transformación en la sociedad digital: del esparcimiento o la actividad recreativa está pasando a ser un problema de salud pública. En Diario16 ya hemos hablado de las casas de apuestas o de juegos y de cómo desde las edades más tempranas no tienen problema en apostar o jugar. Sin embargo, todo lo que se diga desde asociaciones de psicología o de jugadores rehabilitados se queda corto ante la exposición perniciosa a la que se está sometiendo a los ciudadanos con la extrema emisión de anuncios de casas de apuestas o de juegos on line.

A cualquier hora en que alguien ponga la televisión, escuche la radio, lea prensa digital o, simplemente, pasee por la calle, se encontrará con una pieza publicitaria de las empresas de juego. Si ya nos centramos en los medios de comunicación deportivos la exposición a los contenidos promocionales de las casas de apuestas se incrementa. En cualquier programa radiofónico, en cualquier retransmisión de un evento deportivo o en las épocas cercanas a la celebración de un Mundial, una fase final de Champions League, una Final Four de Euroliga o unos Juegos Olímpicos, cada noticia relacionada o cada acción de juego va acompañada de una pieza publicitaria de una casa de apuestas online.

Pongamos el ejemplo de los programas de radio o de las televisiones temáticas con contenido deportivo. Antes de comenzar los partidos de fútbol de la jornada de liga los locutores exponen las cuotas de las apuestas. En medio de la retransmisión se dice a cuánto se pagaría que el próximo gol lo marque tal jugador, tal equipo o de una remontada. Todo esto se da en horario infantil. Lo mismo ocurre con la emisión de los partidos por televisión. Cada cierto tiempo aparece un faldón con las cuotas actualizadas dependiendo de cómo vaya el resultado.

Todo esto ocurre por el vacío legal existente en España y que el propio sector del juego está de acuerdo en cambiar. De ahí que el borrador de un decreto ley pendiente de aprobación fuera consensuado entre el anterior gobierno de Mariano Rajoy con las distintas asociaciones empresariales del juego.

En este documento, en referencia a la publicidad, se invoca al principio de «juego responsable» y se indica claramente que son contrarias al mismo las comunicaciones comerciales que «inciten a la práctica irreflexiva o compulsiva del juego o a la adopción de comportamientos de riesgo, o bien presenten los anteriores patrones de juego como prácticas estimulantes o atractivas». Actualmente, la mayoría de los cortes publicitarios emitidos o publicados incumplen con este principio porque plantean el juego como algo atractivo, tanto desde el punto de vista económico como personal.

También iría en contra de lo estipulado las prácticas publicitarias que «presenten ofertas de préstamos a los participantes». ¿Qué diferencia existe entre un préstamo o un regalo de hasta 500 euros si una persona se inscribe en una de las plataformas online de juego? Para las empresas esos regalos no es más que una inversión a medio plazo, ya que está planteado desde el punto de vista de gancho para generar adicción o necesidad de jugar o apostar.

Sin embargo, tal y como veremos próximamente, la solución no pasa por la regulación o la reducción de la publicidad sino por la restricción absoluta tal y como han implantado países como Italia o Bélgica.

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