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Donald Trump tiene a una archienemiga: Nancy Pelosi. El problema que tiene el presidente de los Estados Unidos es que se trata de la presidenta del Congreso, es decir, una mujer con mucho poder, dado que la Cámara tiene el poder para iniciar un proceso de impeachment.

En una reunión mantenida con los más importantes congresistas demócratas, Pelosi no dudó en afirmar sobre Trump que «no quiero verlo acusado, quiero verlo en prisión». En este encuentro se encontraba, entre otros, el presidente de la Cámara Judicial, el congresista por Nueva York Jerry Nadler.

Después de muchas presiones para que Pelosi iniciara un juicio político, la presidenta afirmó que su estrategia pasa por derrotar a Trump en las urnas para poder procesarlo judicialmente por los múltiples presuntos delitos que ha podido cometer el presidente de los Estados Unidos.

Esta estrategia proviene por la gravedad de esos presuntos delitos, sobre todo tras las conclusiones sacadas de la última comparecencia del fiscal Mueller. De sus palabras de dedujeron tres tipos distintos de obstrucción a la Justicia: el intento de despedir al fiscal, el hombre elegido para investigar la intrusión rusa en las elecciones de 2016 y la complicidad de la campaña de Trump con ella; el segundo de los cargos podría venir por la reunión convocada en el despacho oval en la que Trump dio instrucciones al ex gerente de su campaña, Corey Lewandowski, para que se las entregara al fiscal general Jeff Sessions para que éste debería pronunciar un discurso en el que se declararía, entre otras cosas, que se reuniría con Mueller y limitaría su investigación sobre «la injerencia electoral, algo que es ilegal; en tercer lugar, la presión sobre su abogado para intentar ocultar las presiones para el despido de Mueller. Además, hay evidencias de que Trump intentó impedir que su jefe de campaña, Paul Manafort, colaborara con la investigación de Mueller.

Si a esto sumamos los problemas de impuestos del presidente de los Estados Unidos y teniendo en cuenta que queda menos de 18 meses para las elecciones de 2020, Nancy Pelosi ha cambiado su estrategia para que Trump tenga que lidiar con la Justicia y no con un juicio político.

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