En un artículo publicado hoy por Bloomber, se informa sobre la preocupación de Angela Merkel respecto a España. Concretamente, la canciller alemana pone de manifiesto la situación tóxica de la política española, que se suma al descontrol de la pandemia.
España es ahora mismo el país con los peores datos de COVID-19 en Europa y no tiene un gobierno estable desde el año 2015, según la información proveniente del goiberno alemán. Además, apuntan a dos problemas sin resolver: el conflicto Catalán y la decadencia de la Monarquía.
El concepto de política tóxica tiene mucho que ver con la descripción que The Economist hacía este fin de semana, considerándola «venenosa». Merkel considera que «el sistema político español está roto». «España está pagando un precio alto por su sistema político roto y se está convirtiendo de forma acelerada en el niño problemático del euro», señalan.
«Italia solía ser vista como el mayor riesgo. Pero ahora los funcionarios de Alemania, el motor económico de la región y el que paga más dinero para el fondo de recuperación COVID-19 de la UE, están preocupados por lo mal que España está lidiando con la pandemia.» Y en este sentido, señalan a la llegada de la segunda ola desde finales de verano, que ha puesto de manifiesto «las feroces divisiones partidistas del país, con funcionarios de la administración regional del centro derecha en Madrid desafiando amargamente las nuevas restricciones impuestas por el liderazgo nacional socialista. El resultado es una crisis de salud en espiral», afirman.
«Si bien parece que Italia tiene controlada la segunda ola, España no», remarcan en el artículo. «España es vulnerable. Las amargas secuelas de la crisis financiera ya han demolido el antiguo sistema bipartidista que aseguró una alternancia fluida de poder entre la izquierda y la derecha durante 35 años después del regreso de la democracia. Y las divisiones han impedido la formación de un nuevo consenso sobre cómo se debe dirigir España, dejando una serie de administraciones minoritarias débiles.»
Estaría bien cambiar «gobierno nacional socialista» por «estatal socialista».
Por evitar equívocos.