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«La política exterior común ya no existe en la UE …»

María García López
María García López
Diplomada en periodismo en la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Dedica la mayor parte de su carrera a la opinión de los últimos acontecimientos en la arena internacional. Especialmente, interesada en las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos, la política de Alemania y Francia, como países líderes de la UE y la crisis migratoria, y desde luego, en la política nacional. Ha escrito con regularidad para los diarios digitales como Diario Crítico, La Tribuna del País Vasco, Alerta Digital, en las redes de publicación y opinión como Reeditor y Globedia, y en sus blogs de WordPress y Twitter. Escribe en español e inglés. Puede escribir artículos en temas propuestos por los redactores de los medios de comunicación.
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análisis

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La Unión Europea deja de ser el centro de política mundial, lo que demuestra la crisis venezolana. El 3 de febrero expiró el ultimátum de las potencias europeas, Maduro se negó a convocar nuevas elecciones presidenciales y la Unión Europea no pudo reaccionar ante esta situación. Todos esperaban que  la Alta Representante para la Política Exterior, Federica Mogherini anunciara de lograr un consenso sobre Venezuela, pero esto no sucedió. La reacción de Bruselas a la renuncia de Maduro a cumplir con este ultimátum se limitó a confirmar el acuerdo alcanzado en Bucarest: un grupo de contacto entre países europeos y latinoamericanos, con el objetivo de alcanzar en un período de 90 días una salida pacífica y democrática a la crisis en Venezuela mediante la celebración de elecciones presidenciales. Este 7 de febrero la primera reunión se llevará a cabo en Montevideo. Si no hay resultados, se disolverá.

Y aunque la mayoría de los países europeos firmó la declaración que buscaba reconocer a Juan Guaidó como mandatario interino, el gobierno de Italia impidió cumplir con la tarea hasta el final. Italia se negó a reconocer a Guaidó y vetó la declaración de la Unión Europea. Grecia apoyó esa decisión. No debería ser una sorpresa para todos. Y todo está claro: en el nuevo gobierno italiano lidera la coalición del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderecha Liga, que tiene su visión a los valores europeos básicos. Además, según el viceministro de Relaciones Exteriores, Manlio Di Stefano, tales acciones tienen por finalidad la injerencia en los asuntos internos de otro estado.Venezuela podría terminar como Libia, que se encuentra sumido en una grave crisis política y de seguridad desde la caída del régimen de Muamar Gadafi.  «El mayor interés que tenemos es evitar una guerra en Venezuela. El mismo error se cometió en Libia y hoy en día es reconocido por todos. Debemos evitar que suceda lo mismo en Venezuela», reclamó.

Es comprensible que el comandante Maduro está ideológicamente más cerca al líder del partido de izquierda radical de Grecia, Alexis Tsipras de cualquiera de los líderes de la Unión Europea

Irlanda tampoco está dispuesta a reconocer a Guaidó como presidente de Venezuela, pero está a favor de celebrar elecciones libres y justas. Bélgica se unió a estos países y se abstuvo de realizar movimientos repentinos, con lo que el ministro de Asuntos Exteriores, Didier Reynders, declaró con cuidado sobre el «apoyo a Juan Guaidó en su misión de organizar nuevas elecciones libres y justas».

Resulta que la política común europea, escrita en los documentos fundamentales de la Unión Europea, ha dejado de existir mientras los estados miembros tengan el derecho de veto. Las decisiones políticas europeas deben ser tomadas por consenso, pero unos países ahora impiden intensificar la influencia de la UE en la arena mundial. Es decir, a través de la crisis venezolana podemos ver que en la UE no hay un acuerdo entre los miembros de la UE, lo que significa que los países europeos actuarán solos…  Como resultado, existe la amenaza del colapso de la Unión Europea. Pero me interesa, si ¿es esta Unión Europea que quisiéramos ver?

La situación en Venezuela incluso llevó a desacuerdos en España. Allí tampoco existe una unidad de opiniones sobre el reconocimiento del líder de la oposición venezolana como presidente del país. Así, el jefe del gobierno, Pedro Sánchez, criticó duramente a los líderes del partido de la oposición, Partido Popular, Pablo Casado, y al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que reaccionaron críticamente a las acciones del gabinete gobernante y no compartieron la posición de Don Pedro. No quisiera que este problema en España condujera a una crisis política, que pronto quizás podamos ver en la Unión Europea …

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