La irresponsabilidad en España parece no tener fin. El problema es que, en una situación como la actual, con una pandemia que no está controlada, se está poniendo en riesgo la vida y la salud de la ciudadanía porque, según han informado en diferentes comparecencias las distintas autoridades públicas, el ocio se está convirtiendo en el mayor foco de contagios tras la derogación del estado de alarma.

La pasada madrugada, un operativo de Policía Nacional y Local ha disuelto un botellón en el que participaban más de 300 personas en la zona del Mercado de Las Candelarias en Sevilla. Evidentemente se estaban incumpliendo todas las normas de prevención del coronavirus.

En la noche del viernes al sábado, la Policía Local sevillana tuvo que disolver varios botellones. Uno de ellos se celebraba en los aparcamientos de Las Palmas Altas, donde se encontraban más de 500 personas. En Los Bermejales y Heliópolis se impusieron 203 denuncias por los mismos motivos, además de porque los asistentes no llevaban mascarillas. Lo mismo ocurrió en la calle Radio Sevilla, el Parque de Miraflores, la Alameda de Hércules y en la explanada de Alfredo Kraus, donde los desalojados eran más de 200.

Por otro lado, la Policía Local tuvo que desalojar y precintar un bar de Nervión, que permanecía con las persianas bajadas, donde se celebraba una fiesta de cumpleaños incumpliendo todas las medidas de prevención contra el Covid19. Además, el local no presentó la correspondiente licencia de apertura.

Esto es lo que ha ocurrido en este fin de semana en la ciudad de Sevilla. El problema es que el fenómeno se repite la práctica totalidad de las poblaciones de España. La irresponsabilidad será la causa por la que se podría dar un nuevo confinamiento porque si la ciudadanía no es capaz de actuar de manera cívica y responsable durante la «nueva normalidad», el Gobierno se puede ver obligado a implantar medidas de confinamiento para frenar la propagación del virus.

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