La Plataforma ‘Más Democracia‘ pide al PP que retire a su candidato al Tribunal Constitucional, Enrique Arnaldo. Al mismo tiempo, esta organización entiende que si los populares persisten en esta idea, deberían ser el PSOE y Ciudadanos quienes voten en contra.
Para Más Democracia, las informaciones que han trascendido en los últimos días sobre algunos de los candidatos propuestos por el Partido Popular para el Tribunal Constitucional “nos hacen desconfiar de la idoneidad de algunos de esos perfiles y constatan una contradicción: un acuerdo entre partidos distintos –en este caso PSOE, PP y UP-, por sí mismo, no tiene por qué ser bueno para para la calidad de nuestra democracia y nuestro sistema institucional”.
Corrupción
La implicación de uno de los candidatos en la defensa de algunos políticos condenados por corrupción, la actividad asociada en apoyo a las administraciones gobernadas por el partido político que le propone, las aparentes incompatibilidades desarrolladas en el ejercicio de sus funciones minan la credibilidad de imparcialidad, ética y ejemplaridad “no solo del candidato, sino de la institución para la que ha sido propuesto su nombramiento y, en consecuencia, de nuestro entramado institucional”, afirma el grupo de políticos, intelectuales, politólogos y periodistas que conforman esta organización que preside Cristina Monge.
candidato inadmisible
Así, la plataforma insiste en que “hay un candidato inadmisible. Y deberían asumir su responsabilidad aquellos que lo han propuesto”.
Para esta entidad, aprobar bajo el pretexto del acuerdo “es una forma de entender las instituciones y la política que mina la credibilidad del sistema democrático. Es no solo una irresponsabilidad, sino la mejor pista de aterrizaje para que aquellos que no creen en el funcionamiento de la democracia. Ademas acaban representando mejor que nadie el desprecio a unas instituciones que no están a la altura de las circunstancias”.
Es mejor un no-acuerdo, que un mal acuerdo
Recuerda que “40 años de vida en democracia son suficientes, y suficiente pocos, como para no participar de decisiones que no contribuyen a su legitimidad.
Para este grupo “en ocasiones es mejor un no-acuerdo, que un mal acuerdo. Más aún cuando este acuerdo rompe el espíritu de independencia, credibilidad y la posibilidad de desarrollar una vida democrática plena”.