La selecta lista de escritores estadounidenses candidatos indiscutibles todos ellos a ser elegidos autores de la denominada Gran Novela Americana es, paradójicamente, interminable: Roth, Updike, Wolfe, Mailer… Pero muy pocos se han encargado hasta ahora de sumar a ella a una de las ya candidatas perennes al Nobel de Literatura, la neoyorquina Joyce Carol Oates, que en la dos novelas de misterio publicadas recientemente por Siruela en un único volumen, Como un espectro y Miao Dao, vuelve a demostrar una vez más que en su ingente producción literaria no existen límites de género ni temáticas.
Sirva de ejemplo de su prolífica producción que este libro coincide en la mesa de novedades editoriales en España con su última novela, Babysitter (Alfaguara), un electrizante thriller protagonizado por un asesino de niños en serie que trae de cabeza a los ciudadanos y policías de Detroit, la ciudad donde transcurre la acción en 1977.
En esta apabullante novela que sobrecoge y encoge lo más recóndito del alma, llega hasta las últimas consecuencias para retratar con una fidelidad asombrosa la capacidad del ser humano para hacer el mal, mientras analiza qué y por qué lleva a estos seres a tomar este camino, el del mal con mayúsculas, donde cabe todo: racismo, violencia sexual, homofobia, misoginia… En suma, los males de una sociedad, la nuestra, que muchos aún conciben que hay que negar o blanquear a toda costa, cueste lo que cueste y pese a las evidencias palpables de su existencia.
La misoginia y la violencia sexual como telón de fondo de dos nouvelles góticas ejemplares, Como un espectro y Miao Dao, y del thriller ‘Babysitter’, su última novela
Respecto a las dos nouvelles de misterio publicadas en el volumen de Siruela, la premiada escritora domina a la perfección los resortes del gótico como si de una consumada experta se tratara. Leer a Oates reconcilia con lo mejor de la pasión por las historias bien contadas de principio a fin. Y esto no es poco en una literatura actual, a veces demasiado ensimismada en un ombligismo que la aprisiona en un yo estomagante y exasperante.
En la primera de ellas, a una estudiante brillante con ambiciosos planes de futuro se le cruza en el camino un embarazo no deseado y también un poeta que la contrata como asistenta. En Miao Dao, la protagonista no para de cosechar experiencias negativas a su alrededor desde que maduró.
La misoginia como telón de fondo se entremezcla a la perfección con tramas perfectamente ensambladas para articular sendos relatos góticos plagados de dobles fondos en un ambiente recreado con exquisitez para deleite de sus lectores.
