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La pediatra de la hija de Costumero: «El padre se llevó dos meses a la niña y ahí cambió la actitud de la pequeña»

La especialista ha reconocido que hasta el año y medio de la pequeña, era una niña alegre y feliz, con una excelente relación con su madre

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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Muy significativa ha sido esta mañana la declaración en el juicio de la pediatra de la hija de Costumero, Arantza Ceballos. La especialista ha reconocido que hasta el año y medio de la pequeña, era una niña alegre y feliz, con una excelente relación con su madre. Todo cambió cuando el padre, en pleno proceso de divorcio, desaparece con la niña durante dos meses.

En este periodo, Irune Costumero no sabe si su hija «está viva o muerta». Una situación parecida a la que se vivió en el caso de Juana Rivas. La Justicia ha castigado duramente este «secuestro», por el que ha sido incluso condenada a prisión. Sin embargo, en circunstancias muy similares, en el caso del padre de la hija de Irune, los tribunales no vieron caso para imputar a nadie.

A partir de esta separación de la niña de la madre, la pequeña en la consulta se muestra huraña y no se deja auscultar, según pone de manifiesto ante el tribunal la pediatra.

Llamadas de atención de la magistrada a la pediatra de la hija de Costumero

La pediatra de la hija de Costumero insiste, a pesar de las llamadas de atención continuadas de la magistrada del tribunal, en que el padre desapareció con la niña. Según explica, «ese fue el primer momento en el que detecté que había algo importante«. A su juicio, «no es normal que un padre se marche con su hija y no de señales de vida durante dos meses«, insiste.

Ante esta situación, la pediatra deriva a la niña a los servicios de Salud Mental de Barakaldo, zona de salud al que pertenece la menor. Tiene además constancia la doctora de la pequeña de dos incidentes, en los que la madre acude con la niña al hospital de Cruces, donde la menor presenta moretones, supuestamente provocados por el padre.

El tribunal también archivó ambos informes del Servicio de Salud de Osakidetza.

Irune saluda a las asociaciones feministas que se concentran cada día en el juicio contra el Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia y el diputado de Acción Social, Sergio Murillo. Imagen Diario16

Sin noticias la pediatra de la Diputación

De quien nunca tuvo noticias esta pediatra, ni para solicitarle un informe como médico de la pequeña, fue de la Diputación Foral del Servicio de Menores. Institución que decide arrebatar la niña en agosto de 2016 a su madre sin tener en cuenta la aportación de quien ha tratado a la menor desde que nació.

Una vez que la menor ya vive con su padre, la especialista llama a la Diputación y recibe en su consulta la visita de dos de las imputadas en este juicio. «Se muestran muy frías»- explica Ceballos- «y les llegué a preguntar si eran madres». La respuesta de las técnicas fue que «no iban allí a hablar de su vida personal».

La niña es simpática, alegre con un desarrollo normal, hasta las dos años, insiste esta especialista. También considera que la decisión de retirar la custodia compartida a Irune Costumero, a favor del padre, fue por el falso Síndrome de Alineación Parental. «Y me informé, y sabemos que no está reconocido en ninguna asociación científica».

Desde el pasado mes de mayo, la Ley de Infancia aprobada en las Cortes, prohibe también la utilización del SAP.

Era la madre quien se ocupaba de llevar a la pediatra a la niña

También ha querido dejar constancia la pediatra, a pesar de las dificultades para declarar ante las contínuas interrupciones de la magistrada, que, desde que nació, era la madre quien se ocupaba a la niña.

«Muy de vez en cuando vi al padre, después de presentarse los problemas», pero muy poco, la verdad, insiste Ceballos.

Educadora subcontratada por el Servicio de Infancia

También ha declarado hoy en el juicio del caso de Irune Costumero, en en el que están imputados los responsables del servicio de Infancia de la Diputación Foral y el propio diputado de Acción Social, Sergio Murillo, la educadora que acompañó desde noviembre de 2018 a abril 2019 a Irune en los encuentros de una hora con su hija.

Esta trabajadora era subcontratada a través de su empresa por el Servicio e Menores para este trabajo. Entonces, Irune veía una hora a la semana a su hija. Meses después se amplió a dos horas a la semana: los martes y los viernes. Las visitas eran siempre en presencia de esta educadora.

Confirma esta profesional que envió al Servicio de Infancia de la Diputación Foral el informe en el que quedaba constancia de esa buena relación entre la madre y la hija. También pudo comprobar esa misma relación con los abuelos maternos, según informa al Tribunal.

Esta educadora ha llegado a reconoce que «a la niña se la veía feliz con su madre y sus abuelos».

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