El acceso a la atención sanitaria presenta numerosos problemas, ya que las hostilidades activas y la falta de transporte público restringen los desplazamientos, según ha comunicado la Organización Mundial de la Salud.
Instalaciones sanitarias atacadas
Más de 300 instalaciones sanitarias se encuentran en zonas que sufren hostilidades activas y aproximadamente 600 instalaciones están situadas a menos de 10 kilómetros del conflicto en curso, lo que hace que el sistema de salud sea vulnerable a los daños infraestructurales y a las graves interrupciones de los servicios críticos. La OMS ha verificado 64 ataques contra la asistencia sanitaria desde el 24 de febrero, con el resultado de 37 heridos y 15 muertos. Se están verificando más ataques. Se ha informado de interrupciones en el suministro de medicamentos en ciudades con hostilidades activas. Algunas zonas, como la ciudad de Mariupol, en el sur, han sufrido una escasez crítica de suministros médicos.
El número total de camas disponibles para pacientes con COVID-19 ha disminuido en un 27% del 23 de febrero al 23 de marzo; se observan diferencias entre las provincias, con la mayor disminución (80%) registrada en la provincia de Luhansk, seguida de las provincias de Volyn (69%) y Chernihiv (56%). Además, el número de camas ocupadas por pacientes de COVID- 19 ha disminuido a nivel nacional en un 83%, lo que refleja las posibles dificultades de acceso a los hospitales, la limitación de los informes de datos y una posible disminución de las hospitalizaciones reales tras el pico de la ola de Ómicron a principios de febrero.
Problemas prioritarios de salud pública
La OMS describe las prioridades sanitarias actuales, y espera una respuesta del Gobierno de Ucrania en relación con la recogida de datos sobre emergencias sanitarias en los centros de salud.
Traumatismos y lesiones relacionados con el conflicto
Entre el 24 de febrero y el 23 de marzo de 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) registró al menos 2.685 víctimas civiles en Ucrania, de las cuales 1.035 murieron.
Las víctimas civiles siguen siendo causadas por el uso de armas explosivas. El acceso limitado a la atención sanitaria puede aumentar el riesgo de infecciones en las heridas y de muertes relacionadas con el traumatismo.
Además, dados los altos índices anteriores de antimicrobianos sin receta y el acceso limitado al tratamiento, el potencial de Las infecciones multirresistentes siguen siendo una gran preocupación.
Salud materna y neonatal
Se calcula que 80.000 mujeres darán a luz en Ucrania en los próximos tres meses. Las interrupciones de la atención prenatal pueden aumentar el riesgo de complicaciones obstétricas y neonatales. También se ha reducido la capacidad de gestionar las complicaciones obstétricas, incluida la realización de procedimientos como cesáreas, y de proporcionar cuidados intensivos neonatales debido a las dificultades de acceso a la asistencia sanitaria, al suministro limitado de energía y oxígeno, y a los ataques a los centros sanitarios, incluidas las maternidades.
Seguridad alimentaria y nutrición
Los desplazamientos de población a gran escala, los daños a las infraestructuras agrícolas y la interrupción de los mercados y de las cadenas de suministro de alimentos pueden tener un impacto significativo en la seguridad alimentaria y en los medios de vida basados en la agricultura en Ucrania, concretamente en las comunidades rurales, donde vive un tercio de la población (12,6 millones de personas). Se calcula que más de dos millones de niños menores de cinco años y de mujeres embarazadas y lactantes en Ucrania necesitan asistencia nutricional para salvar sus vidas. Una de las cuestiones clave de importancia es garantizar sustitutos de la leche materna y distribución.
Riesgo de aparición y propagación de enfermedades infecciosas
La incidencia de COVID-19 sigue disminuyendo, con 27 671 nuevos casos y 384 nuevas muertes notificadas entre el 17 y el 23 de marzo. Sin embargo, estas cifras deben interpretarse con cuidado, ya que entre el 23 de febrero y el 23 de marzo, el promedio de siete días de pruebas de reacción en cadena de la polimerasa y de diagnóstico rápido de antígenos ha disminuido significativamente, con un 96% (de 42 460 a 1634) y el 88% (de 51 484 a 6047) disminuyen respectivamente, lo que sugiere una infradeclaración de casos y muertes por COVID-19. Los laboratorios privados de la mayoría de las regiones de Ucrania no informaron ni realizaron ninguna prueba.
La aceptación de la vacunación sigue siendo baja, especialmente en las poblaciones vulnerables, y la interrupción de las pruebas y el tratamiento hace que los más vulnerables corran un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. la enfermedad y la muerte.
La mala ventilación y el hacinamiento aumentan el riesgo de propagación de infecciones respiratorias, incluida la COVID-19. La falta de acceso al agua, el saneamiento y la higiene (WASH) aumenta el riesgo de aparición de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua. Cabe destacar que en 2011 se detectó un brote de cólera en Ucrania, en la región de Mariupol, una zona que actualmente sufre un conflicto armado. También se detectó un único caso de cólera en el oblast de Zaporizhzhia en 2016, lo que pone de manifiesto el riesgo de brote de cólera.
Una cobertura de vacunación subóptima para las inmunizaciones rutinarias y de la infancia, incluyendo el sarampión y la poliomielitis (polio), aumenta el riesgo de reaparición y transmisión de enfermedades prevenibles por vacunación.
Polio
En particular, en 2021 se notificaron dos casos de poliovirus circulante de tipo 2 derivado de la vacuna (cVDPV2) en Ucrania. El 1 de febrero de 2022 se puso en marcha una campaña nacional de vacunación suplementaria contra la poliomielitis dirigida a cerca de 140 000 niños, pero debido a la situación actual se le ha restado prioridad y se ha ralentizado considerablemente.
Las actividades de vigilancia para detectar y notificar nuevos casos también hanse ha interrumpido, lo que aumenta el riesgo de propagación no detectada de la enfermedad entre las poblaciones vulnerables.
Sarampión
El 22 de marzo de 2022, los medios de comunicación informaron de tres casos sospechosos de sarampión detectados entre los refugiados ucranianos que llegaban a Rumanía y se alojaban en campamentos. La OMS ha verificado que estos casos sospechosos de sarampión no se encontraban entre la población de refugiados ucranianos, sino entre los residentes rumanos, y que finalmente fueron confirmados por el laboratorio. Hasta la fecha, la OMS no tiene conocimiento de ningún caso confirmado de sarampión entre la población de refugiados ucranianos en Rumania.
Esta alerta pone de relieve la importancia de una fuerte vigilancia para detectar e investigar los casos sospechosos (de sarampión) y de proporcionar vacunas a todas las personas no inmunizadas -refugiadas o nacionales- para garantizar el acceso a los servicios sanitarios.
Fiebre del Nilo Occidental o encefalitis
Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, la interrupción del acceso al agua potable y los daños en las viviendas pueden aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores, como la fiebre del Nilo Occidental y la encefalitis transmitida por garrapatas. A partir de
El 18 de marzo, se calcula que 120.000 personas no tienen acceso al agua en la provincia de Luhansk, mientras que unas 460.000 en las zonas no controladas por el Gobierno carecen de suministro de agua.
Gestión de enfermedades crónicas
El suministro de medicamentos y la atención a los pacientes con enfermedades transmisibles crónicas como el VIH y la tuberculosis (TB) y con enfermedades no transmisibles (ENT), incluidas, entre otras, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes, las enfermedades renales crónicas, las enfermedades respiratorias crónicas, la epilepsia y el cáncer, sigue siendo un reto. Las interrupciones del tratamiento de las ENT pueden dar lugar a complicaciones potencialmente mortales. La interrupción a largo plazo del tratamiento para el VIH o la tuberculosis puede dar lugar al desarrollo de resistencia a los medicamentos y a malos resultados de la enfermedad.
Satisfacer las necesidades médicas de las personas con enfermedades de larga duración, como las mentales, las renales, la diabetes y el cáncer en Ucrania y los países vecinos es una prioridad fundamental.
El alcance a las personas mayores en áreas remotas, que pertenecen a los grupos más vulnerables, y la provisión de productos básicos, incluyendo agua y alimentos, y las medicinas que se necesitan urgentemente para continuar el tratamiento de las enfermedades crónicas, es obstaculizada por los problemas de seguridad y la destrucción de las infraestructuras.
Riesgos para la salud del medio ambiente
En Ucrania hay cuatro centrales nucleares operativas y una central nuclear clausurada en Chernóbil. A raíz de los recientes cortes de electricidad, la seguridad nuclear de las instalaciones de Chernóbil y Zaporizhzhia ha suscitado preocupación, así como el riesgo para la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores de estas instalaciones. Se ha informado de que se ha restablecido el suministro eléctrico y se permite a los trabajadores rotar. Hasta el 21 de marzo no se había documentado un aumento de los niveles de radiación en Ucrania en torno a ninguna de las centrales nucleares o emplazamientos.
Sin embargo, el riesgo de que se produzca una emergencia nuclear como consecuencia de los daños directos debidos al bombardeo de las centrales nucleares o al fallo del suministro eléctrico de un reactor, o a la imposibilidad de realizar un mantenimiento regular, sigue siendo motivo de preocupación, como declaró el Alto Representante de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme el 11 de marzo de 2022 y como se subraya en las actualizaciones diarias del OIEA.
Salud mental
A medida que el conflicto continúa, el riesgo de desarrollo o exacerbación de los problemas de salud mental, incluyendo la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y aumenta la depresión.
Violencia sexual
A medida que la gente abandona sus hogares para huir del conflicto, existe el riesgo de tráfico de personas. Hay numerosos niños y mujeres jóvenes que viajan sin compañía a los países que acogen a los refugiados, que corren un riesgo especial.
El riesgo de violencia sexual y por motivos de género aumenta durante los periodos de conflicto como consecuencia de la inseguridad y la ausencia de ley. La mayoría de los que huyen de Ucrania son mujeres y niños, a menudo viajan solos y, por tanto, son especialmente vulnerables,
