Roberto Bengoa, exasesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y codirector de The Institute for Health and Strategy, en declaraciones a la Agencia EFE, ha afirmado que aplicar un confinamiento domiciliario salvaría 400 vidas diarias y ha dejado muy claro que es preferible esta opción que la de convivir con el virus, de la que es abanderada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, porque supone «seguir durante otros cinco o seis meses con las medidas actuales de restricción parcial y aceptar una mortalidad muy alta», afirma Bengoa.

«Hay que convivir con el virus» dicen algunos gobernantes o representantes políticos que, en realidad, se convierten en los testaferros de los intereses de las multinacionales. Esa expresión es el eufemismo más cruel porque esconde una realidad inhumana: llevar al pueblo a una especie de corredor de la muerte en el que convivir con el virus supone poner la vida en peligro.

El experto, además, ha analizado el impacto económico de estas medidas de confinamiento y ha puesto el ejemplo de los países que siguieron esta estrategia que están viendo crecer sus economías, sobre todo en Australia, Nueva Zelanda o Corea del Sur, que ya están viviendo prácticamente en la más absoluta normalidad.

Además, ha criticado la caída en la complacencia cuando mejoran los indicadores, es decir, lo que ocurrió en Europa en el mes de junio. Para evitarlo, según Bengoa, es clave el incremento de la inversión en atención primaria y en la contratación de rastreadores. «En España, en general, se han seguido criterios científicos, pero hay mucho que mejorar. Hay que aprender, de cara a la siguiente crisis, sea una pandemia o sea medioambiental, a tener una interacción mejor entre la ciencia y la política», ha señalado el experto.

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