El rechazo del Partido Popular (PP) a la propuesta de Pedro Sánchez de celebrar seis debates cara a cara con Alberto Núñez Feijóo revela más que un mero desacuerdo táctico. Al tildar la propuesta de «excentricidad», el PP manifiesta una renuencia preocupante a la confrontación democrática y abierta, una negativa al diálogo sano y a la exposición de programa frente al del Partido Socialista. .
Borja Sémper, portavoz de campaña del PP, se ha referido a la propuesta de Sánchez como una ansiedad innecesaria y ha sugerido que el presidente se encuentra más cómodo en un plató que en la calle. Pero, ¿no debería ser ese un espacio ideal para desafiar a Sánchez?, ¿No debería Feijóo desear exponer a Sánchez en un debate público y abierto? En lugar de ello, Sémper ha indicado que el PP irá «analizando las peticiones que vayan llegando en el seno del comité de campaña». Estos comentarios sugieren una pasividad y cobardía que no se alinea con el espíritu de un partido que busca gobernar un país.
En este sentido, el argumento del PP de que se centrará en la campaña sin «entrar en ninguna de las provocaciones a las que Pedro Sánchez nos va a someter» es una mala excusa para evitar el debate. Al evitar la oportunidad de contrastar sus propuestas con las de Sánchez, el PP está renunciando a una excelente oportunidad para involucrar al electorado y demostrar que sus propuestas son más fuertes, pero saben que no lo son. Parece que a los de Feijóo les interesa mantener el bulo, la manipulación y la agresividad que a todas vistas les dio buenos resultados en las elecciones del 28 de mayo.
El Partido Popular no está interesado en contrastar los avances logrados durante la legislatura de Sánchez porque planean derogar las leyes aprobadas durante este período, ya lo han dicho en más de una ocasión. Lo más provechoso para los ciudadanos, si es que para el PP fuera importante, sería discutir y contrastar dichas leyes en un debate abierto, argumentar contra ellas y ofrecer alternativas viables y así, mantener al votante informado con total transparencia de cuáles son sus intenciones si llegan al poder, no les interesa.
La negativa de Feijóo a participar en los debates es una falta de confianza en sus propuestas, falta de proyecto y falta de coraje para enfrentarse a Sánchez de manera directa
En cualquier caso, esta postura revela una preocupante falta de compromiso con el diálogo abierto y la confrontación democrática. Una campaña electoral no se gana evitando debates, sino enfrentando de manera decidida y valiente las propuestas del adversario. Es hora ya de que el Partido Popular muestre el coraje que la democracia española merece.
Feijoo quiere esconder sus verdaderas intenciones para evitar perder votos, como las sorpresas de Ayuso y Almeida que dejaron para después de las elecciones…Escuchar y ser oído son acciones que precisan que se haga de forma transparente para lograr la confianza. La opacidad, la mentira nos muestra a un líder sin ética, sin respeto a los españoles, poco honesto…su comportamiento es de alguien que no es de fiar…