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La nefasta gestión sanitaria de Díaz Ayuso provoca nuevos repuntes de la epidemia en Madrid

La relajación social, las manifestaciones políticas y aglomeraciones, la debilidad del sistema de Atención Primaria y la incapacidad de una presidenta que desde el principio no ha sabido gestionar una gran catástrofe dificultan la erradicación de la enfermedad

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análisis

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Madrid vuelve a registrar un repunte en la epidemia de coronavirus. Ayer se contabilizaron 92 casos en solo 24 horas y la cifra de mortalidad diaria aumentó a 31 fallecidos. Mientras en la mayoría de las comunidades autónomas la enfermedad empieza a controlarse y la luz al final del túnel parece cada vez más cerca, los madrileños ven con miedo e incertidumbre cómo el agente patógeno de Wuhan se resiste a desaparecer. Ya nadie tiene la menor duda de que los malos datos ofrecidos por el propio Gobierno regional son la razón principal de que esta comunidad siga anclada en la Fase 0 de la desescalada, con los comercios cerrados, la actividad económica paralizada y la población confinada. Por mucho que la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, caiga día tras día en la pataleta infantil y en las rabietas de niña consentida contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez, lo único cierto es que los datos son los que son.

La gestión de Díaz Ayuso en esta crisis está siendo negativa, deficiente, no así la de su compañero de partido, el alcalde de la capital, Martínez-Almeida, a quien todo el mundo alaba y reconoce sus aciertos. El primer edil se ha remangado para centrarse en la erradicación del mal, pero la presidenta regional se ha preocupado más de la propaganda y el escándalo, además de marginar a todo aquel que no le daba la razón o le demostraba con informes científicos y estadísticas oficiales cuál era la cruda realidad que estaban viviendo los madrileños. A la reciente dimisión de la directora general de Salud, Yolanda Fuentes (que arrojó la toalla por la forma en que se estaba gestionando la crisis) y al enésimo escándalo de Díaz Ayuso por su alojamiento en una suite de lujo, se une ahora la supuesta campaña de desprestigio que el “trifachito” de Madrid ha iniciado contra el Colegio de Médicos regional después de que su presidente, Miguel Ángel Sánchez Chillón, reconociera en una entrevista que esta comunidad autónoma no está preparada para pasar de fase de desconfinamiento. Todo ello sin olvidar, claro está, el fiasco en la alimentación de los niños pobres (a los que la presidenta regional estaba inflando a pizzas); la gestión de las residencias de ancianos (casi 6.000 personas fallecidas); y el infame trato que el Gobierno de Madrid dio en un principio a las enfermeras interinas que se habían jugado la vida en primera línea en los hospitales, a las que de forma indecente Díaz Ayuso decidió no renovar sus contratos. El sindicato de Enfermería Satse tuvo que emitir un comunicado en el que aseguró que la decisión del Gobierno regional iba “en contra de cualquier política sanitaria”, ya que la pandemia no estaba ni mucho menos erradicada.

En los últimos días asistimos al espectáculo denigrante de la rebelión de los barrios ricos de Madrid contra el decreto de alarma de Pedro Sánchez, a la que Díaz Ayuso se ha sumado alegremente al asegurar que de continuar la pandemia las revueltas van a agudizarse hasta tal punto que al Gobierno central “lo de Núñez de Balboa le va a parecer una broma”. No hace falta ser un avezado epidemiólogo para concluir que si decenas de personas se echan a la calle en algaradas y protestas no autorizadas, sin mascarilla y sin guardar una mínima distancia de seguridad, lo más probable es que el virus se siga propagando en las próximas semanas. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo. Madrid no consigue controlar la pandemia porque ha caído en el circo político promovido por algunos, en el espectáculo esperpéntico y demagógico y en el drama del absurdo hasta límites surrealistas que ni el gran Ionesco hubiese alcanzado a imaginar. En aquella tierra siempre solidaria y moderna que siempre fue Madrid se ha terminado instalando el fanatismo estólido por encima de la ciencia, la estupidez por encima de la razón y el negacionismo de la realidad por encima de la verdad. Así no se puede construir una sociedad sana y próspera. Díaz Ayuso, como representante del trumpismo yanqui que ha calado hondo en nuestro país, tiene mucha cuota de responsabilidad en esa tragedia colectiva. 

El Barómetro de Mayo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado lunes revela que el 95 por ciento de los españoles considera que las medidas adoptadas por el Gobierno de España para hacer frente a la pandemia han sido “necesarias” o “muy necesarias”. Un 46 por ciento dice que la política seguida por el Ejecutivo central le merece “mucha o bastante confianza”. No podía ser de otra manera, ya que Sánchez se ha dejado guiar en todo momento por los criterios de los virólogos, médicos y expertos. Cada paso que han dado tanto el doctor Fernando Simón como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha sido debidamente justificado con precisos datos técnicos, completas estadísticas y nutridos balances que se han dado a conocer puntualmente y a diario.

En general, las medidas sanitarias han dado buenos resultados en casi todas las regiones del país menos en Cataluña y Madrid, donde por cierto aún no se ha reforzado la red de Atención Primaria, crucial para detectar nuevos casos y brotes cuando en un futuro próximo la comunidad autónoma pase por fin a la Fase 1 de desescalada. De los 295 nuevos contagios registrados ayer en España, 92 pertenecen a Madrid mientras que la Generalitat catalana suma 51, aunque Quim Torra está demostrando bastante más aplicación, criterio, sensatez y racionalidad que la presidenta madrileña. De este gran máster acelerado en virología que es el coronavirus sale sin duda una mala estudiante, una presidenta que no suele hacer bien los deberes y que cuando suspende es la primera en exigir la revisión del examen para terminar concluyendo que el profesor le tiene manía. Con esta dirigente en el poder el milagro es que el virus no haya provocado muchas más muertes y contagiados. Y con tanta negligencia política y tanta gente campando a sus anchas por las calles sin cumplir unas mínimas medidas de protección, el covid-19 se ha dado cuenta de que en Madrid se vive bien y que allí tiene alimento y caldo de cultivo asegurado hasta por lo menos el próximo invierno. 

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3 COMENTARIOS

  1. y seguimos sumando mas contagios en madrid por culpa de la perra de ayuso vaya vaya madrid no esta preparada para la fase 1 y punto refuerza la atencion primaria tienes que contratar personal sanitario deja de mirar a tus amigos empresario so golfa

  2. Este año, si Madrid no logra la libre circulación, cosa que espero, pues nos esparcirian otra vez el virús, tengo claro que coche que vea de Madrid en mi zona, voy a denunciarlo a la policia para que investigue si esta incumpliendo alguna norma.
    Tengo claro que en mi zona, en la que estamos muy bien por suerte, no voy a dejar que por culpa de gente sin sentido, gente que solo les importa no tener a la chacha para que les haga la comida, o que saque a los mayores de paseo, o no poder ir a tiendas a comprar su gucci, tengamos que vernos avocados otra vez a un confinamiento del que por suerte digo, estamos muy próximos a vernos fuera de el.

  3. Que poca vergüenza pesebreros, que cantidad de mentiras y juicios de valor, como por ejemplo el CIS el 70% de españoles están bien económicamente, ja ja ja no se lo creen ni ellos no vosotros, haced un poco de ejercicio de honestidad «periodistas «que se os ve el plumero.

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