Mucho se está hablando de «salvar la Navidad«. No se trata de una campaña para que las familias vivan de un modo similar a como lo venían haciendo los encuentros, los abrazos, los besos, las risas, e, incluso, las «charlas del cuñao«. No, no se equivoquen, se trata, una vez más, de poner la salud de la ciudadanía en peligro para salvar las cuentas de explotación de las multinacionales, es decir, de seguir alimentando al capitalismo deshumanizado que se ha hecho con el poder del mundo.

Esta semana las Comunidades Autónomas han estado intentando consensuar con el Gobierno las medidas de prevención de cara a la Navidad. Sin embargo, se plantean escenarios que son imposibles de controlar por parte de las autoridades. Nadie duda de que millones de españoles se juntarán para cenar en Nochebuena y que en habrá cientos de miles de casas en las que se junten más de 6 personas no convivientes. Nadie duda de que en día de Nochevieja se organizarán fiestas privadas en pisos, chalets y casas. ¿Cómo puede controlar la Policía o la Guardia Civil los millones de domicilios de España? Es imposible.

Todo indica que «salvar la Navidad» va a derivar en un «Apocalipsis Covid» que saturará los hospitales por un incremento exponencial de los contagios, lo que, evidentemente, llevará a que las muertes se disparen. Todo por «salvar la Navidad». El mejor ejemplo de que esto va a suceder lo encontramos en Estados Unidos y lo que está ocurriendo tras la celebración del día de Acción de Gracias.

The New York Times ha publicado una serie de gráficos que muestran que, desde el día 26 de noviembre, los contagios se han disparado en los diferentes Estados. Veamos, por ejemplo, lo que está sucediendo en Ohio:

Fuente: The New York Times

La línea roja marca el día de Acción de Gracias y, como se puede comprobar, las hospitalizaciones se han disparado. Lo mismo está ocurriendo en la gran mayoría de los Estados.

El año 2020 se termina y «salvar la Navidad» va a traer un regalo siniestro que se traducirá en saturación de los hospitales, contagios disparados y muertes. ¿Vale la pena salvar la vida o la economía? Algunos y algunas piensan que la vida es prescindible y que lo prioritario son los resultados empresariales.

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