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La mujer con discapacidad

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análisis

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En España alrededor del 60% de las personas con una discapacidad reducida son mujeres y, en estos últimos años la brecha existente entre hombres y mujeres con discapacidad es mayor aún, las mujeres con discapacidad soportamos situaciones de discriminación en la sociedad, en el propio ámbito familiar, en la educación, en la vida profesional y que decir en el ámbito monetario, nuestra calidad del empleo es inferior a las mujeres sin discapacidad y, por supuesto, siempre se inferior al hombre, y hablar de violencia machista… que decir, un gran número de mujeres con discapacidad somos víctimas de violencia de género y de sufrir violencia sexual, además de todo ello, existe la presión social para que las mujeres con discapacidad NO seamos madres. Tenemos que soportar altos niveles de analfabetismo lo que hace que su acceso al mercado laboral sea inferior, conduciéndonos a sentir en mayor medida la pobreza económica, hemos que soportar prejuicios sociales y seamos apartadas de la sociedad relegándonos tan sólo al ámbito doméstico.

El Informe Olivenza indica que “desde una perspectiva de género las mujeres con discapacidad presentan resultados de mayor exclusión social” prácticamente en todos los indicadores, siendo muy relevante el relacionado con el salario medio, que es 2.000 € anuales inferior al de los varones con discapacidad encontrándose por ello en una situación de pobreza severa y si hablamos de contratos, es mucho más común que las mujeres con discapacidad sean contratadas a media jornada. Continuemos hablando del salario mensual neto que en los hombres con discapacidad es más alto que el de las mujeres, lo que nos lleva a que existen las mismas desigualdades que sufre el colectivo de la discapacidad, pero con unos efectos más sangrantes lo que hace que nuestra inclusión en el mercado laboral sea más precario y escaso, y la posibilidad de recibir una remuneración equitativa al trabajo realizado bastante más inferior.

Por todo, las Personas Con Discapacidad, vemos que somos invisibles, no tenemos voz, no existimos y, por desgracias en situaciones de crisis como la que estamos viviendo estos problemas, que para nosotros es el pan nuestro de cada día pasan a un segundo plano, porque a la sociedad no les interesa conocer la realidad que vivimos.

En estos días tan aciagos, lograr un empleo estable, remunerado convenientemente, constituye una ardua tarea para todos, pero muy especialmente para las personas con discapacidad y ya hemos hablado de la mujer con discapacidad, somos azotadas por injusticias sociales, se nos considera inadaptadas a las demandas de la productividad, no se nos motiva para ser independientes económicamente. Triplicamos la tasa de desempleo y no se nos consideras para los circuitos de formación e inserción laboral.

Tenemos que sufrir prejuicios sociales, no se diferencian el tipo ni el grado de discapacidad y se ignora nuestra formación y ambiciones, no importan nuestra motivaciones y, para que hablar de que las PCD carecemos de aptitudes profesionales, todo ello el acceso al mercado laboral es muy complicada y difícil lo que nos lleva a sufrir una pobreza económica importante y, cuando llegamos es habitual hacerlo a través de un Centro Especial de Empleo en el que, en la mayoría de ellos somos explotados laboralmente, el salario, suele ser inferior al cobrado por una Persona Sin Discapacidad por realizar el mismo trabajo, se nos exige la misma productividad que a un trabajador sin discapacidad, sufrimos humillaciones, nos dicen que debemos de estar “agradecidos” por que nos ofrecen ese trabajo, son contratos precarios…, un/a policía local por el hecho de que se le reconozca una discapacidad, que habitualmente suele ser sobrevenida laboralmente, se les aparta de su puesto de trabajo, es cierto, no pueden estar en la calla patrullando, pero si pueden realizar otros tipos de trabajo dentro del Cuerpo. Esta es la situación que tenemos que soportar las PCD.

Para darnos voz, para hacer llegar todas estas situaciones de SEGREGACIÓN y NO INCLUSIÓN está el Movimiento Por la Discapacidad (MPD), si te sensibilizas con nosotros nos puedes encontrar en Facebook, Twitter, necesitamos crecer, para que nos escuchen y nos tengan presente a la hora de tomar decisiones que nos afecten a nuestro colectivo, no lo hagan personas que desconocen nuestras necesidades.

En España alrededor del 60% de las personas con una discapacidad reducida son mujeres y, en estos últimos años la brecha existente entre hombres y mujeres con discapacidad es mayor aún, las mujeres con discapacidad soportamos situaciones de discriminación en la sociedad, en el propio ámbito familiar, en la educación, en la vida profesional y que decir en el ámbito monetario, nuestra calidad del empleo es inferior a las mujeres sin discapacidad y, por supuesto, siempre se inferior al hombre, y hablar de violencia machista… que decir, un gran número de mujeres con discapacidad somos víctimas de violencia de género y de sufrir violencia sexual, además de todo ello, existe la presión social para que las mujeres con discapacidad NO seamos madres. Tenemos que soportar altos niveles de analfabetismo lo que hace que su acceso al mercado laboral sea inferior, conduciéndonos a sentir en mayor medida la pobreza económica, hemos que soportar prejuicios sociales y seamos apartadas de la sociedad relegándonos tan sólo al ámbito doméstico.

El Informe Olivenza indica que “desde una perspectiva de género las mujeres con discapacidad presentan resultados de mayor exclusión social” prácticamente en todos los indicadores, siendo muy relevante el relacionado con el salario medio, que es 2.000 € anuales inferior al de los varones con discapacidad encontrándose por ello en una situación de pobreza severa y si hablamos de contratos, es mucho más común que las mujeres con discapacidad sean contratadas a media jornada. Continuemos hablando del salario mensual neto que en los hombres con discapacidad es más alto que el de las mujeres, lo que nos lleva a que existen las mismas desigualdades que sufre el colectivo de la discapacidad, pero con unos efectos más sangrantes lo que hace que nuestra inclusión en el mercado laboral sea más precario y escaso, y la posibilidad de recibir una remuneración equitativa al trabajo realizado bastante más inferior.

Por todo, las Personas Con Discapacidad, vemos que somos invisibles, no tenemos voz, no existimos y, por desgracias en situaciones de crisis como la que estamos viviendo estos problemas, que para nosotros es el pan nuestro de cada día pasan a un segundo plano, porque a la sociedad no les interesa conocer la realidad que vivimos.

En estos días tan aciagos, lograr un empleo estable, remunerado convenientemente, constituye una ardua tarea para todos, pero muy especialmente para las personas con discapacidad y ya hemos hablado de la mujer con discapacidad, somos azotadas por injusticias sociales, se nos considera inadaptadas a las demandas de la productividad, no se nos motiva para ser independientes económicamente. Triplicamos la tasa de desempleo y no se nos consideras para los circuitos de formación e inserción laboral.

Tenemos que sufrir prejuicios sociales, no se diferencian el tipo ni el grado de discapacidad y se ignora nuestra formación y ambiciones, no importan nuestra motivaciones y, para que hablar de que las PCD carecemos de aptitudes profesionales, todo ello el acceso al mercado laboral es muy complicada y difícil lo que nos lleva a sufrir una pobreza económica importante y, cuando llegamos es habitual hacerlo a través de un Centro Especial de Empleo en el que, en la mayoría de ellos somos explotados laboralmente, el salario, suele ser inferior al cobrado por una Persona Sin Discapacidad por realizar el mismo trabajo, se nos exige la misma productividad que a un trabajador sin discapacidad, sufrimos humillaciones, nos dicen que debemos de estar “agradecidos” por que nos ofrecen ese trabajo, son contratos precarios…, un/a policía local por el hecho de que se le reconozca una discapacidad, que habitualmente suele ser sobrevenida laboralmente, se les aparta de su puesto de trabajo, es cierto, no pueden estar en la calla patrullando, pero si pueden realizar otros tipos de trabajo dentro del Cuerpo. Esta es la situación que tenemos que soportar las PCD.

Para darnos voz, para hacer llegar todas estas situaciones de SEGREGACIÓN  y NO INCLUSIÓN está el Movimiento Por la Discapacidad (MPD), si te sensibilizas con nosotros nos puedes encontrar en Facebook, Twitter, necesitamos crecer, para que nos escuchen y nos tengan presente a la hora de tomar decisiones que nos afecten a nuestro colectivo, no lo hagan personas que desconocen nuestras necesidades.

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