La abstención ha sido del 58% en las elecciones al Parlamento de Irán. Una cifra que solamente encuentra otra comparable en 1979.

Esta masiva ausencia de votantes ha otorgado la mayoría parlamentaria a la coalición conservadora que ha logrado 30 escaños por Teherán. Esta victoria supone un giro radical para la composición que el parlamento iraní tenía hasta ahora: los progresistas habían obtenido la mayoría en las pasadas elecciones de 2016. En ese momento los datos fueron del 62% de participación.

Aún se desconocen los datos de todos los territorios, pero la victoria de los conservadores es ya una realidad.

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