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La manipulación de pruebas condena a un comandante que quiso acabar con la corrupción en el aeródromo militar de Santiago

Contratos amañados, indisciplina de una teniente con privilegios en su unidad, abuso de poder y otras irregularidades vuelven a poner de manifiesto la necesidad de tirar los muros que ocultan la realidad en las Fuerzas Armadas

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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Francisco Javier Calvo, ex comandante del Ejército, es uno de los muchos militares dados de baja del servicio por incapacidad porque molestaba a sus superiores, a muchos de sus subordinados y, sobre todo, quiso denunciar, sin éxito, la corrupción de la unidad en a la que fue destinado en 2015 en el aeródromo militar de Santiago de Compostela. Hoy pesa sobre él una condena, ratificada por el Tribunal Supremo, por no evitar el acoso contra una teniente de su unidad.

Sus continuas llamadas de atención a esta teniente, a la que consideraba insubordinada y con privilegios que no le correspondían, le ha llevado a esta condena militar, por “permitir” acoso a esta teniente por parte de otro teniente de la misma unidad.

Según múltiples fuentes a la que ha tenido acceso diario16.com que formaban parte de esa unidad en el momento de los hechos -algunos de ellos también ya fuera del Ejército porque les salpicó la situación-, en el cuartel se crearon dos bandos (uno de cada teniente) que “ hicieron la situación irrespirable”.

“Ambos tenientes se desprestigiaron, insultaron, se hicieron la vida imposible y se dijeron cosas indignas”, manifiestan esas mismas fuentes.

Es curioso que cuando hay mujeres en el Ejército viviendo un auténtico infierno por su condición femenina, según ha publicado Diario16, y por el machismo que impera en las Fuerzas Armadas, justo una teniente que gozaba de todo tipo de privilegios, y a la que el propio coronel llegó a reconocer que “es como la hija que nunca tuve”, se haya beneficiado de criterios sexistas para conseguir retirar del Ejército al ex comandante Calvo.

Contratos amañados

En esa Unidad, según denunció el ex comandante, había contratos amañados para darlos a empresas amigas.“hacían contratos de obra menor como de suministro menor, para dar a dedo adjudicaciones sin necesidad de pedir más presupuesto. Lo denuncié, pero no sirvió de nada”, explica.

Este comandante es ingeniero técnico industrial, conocía y se manejaba bien con el tema de la contratación, pero esto molestó al sargento que llevaba el tema en la unidad y “el coronel me llamó la atención”, manifiesta.

Según Francisco Javier Calvo, “yo exigía al menos dos presupuestos, pero me decían que nadie quería trabajar con nosotros. Yo siempre conseguía empresas dispuestas, pero al final les hacían la cama para que ganara quien se quería que se llevara el contrato”.

Este amaño de contactos en el Aeródromo de Santiago de Compostela estuvo relacionado con la reparación de tejado y, entre otros, el de lavandería.

Calvo asegura que “en la denuncia que presenté con el conducto reglamentario venía bien explicado, pero como no había habido lucro personal del coronel, pues quedó en nada”.

Lo que sí hubo fue un saqueo del pequeño presupuesto de Defensa destinado a esa unidad de Santiago. De hecho, el aeródromo militar acumula más de 20 denuncias por irregularidades en obras y personal.

Edificio del aeródromo donde ocurrieron los hechos.

Estado ansioso depresivo

El comandante, ante las denuncias de la teniente que veía como desde su llegada perdía los privilegios, entró en un estado ansioso depresivo. Tal y como explica, “pedí la baja, me cesaron, seguía pidiendo destinos que nunca me daban, y al final me destinan forzoso a Madrid. Allí, yo seguí de baja, me negaban todo lo que hacía y al año me dieron un nivel 5 de incapacidad, para demostrar que no valía para la vida militar”.

Así se acabó con 21 años de una carrera militar inmaculada. Hoy, a sus 48 años y con dos niñas pequeñas, vive con un sueldo de pensión de 2.200 euros. Situación que nunca hubiera debido tener porque todavía se sentía útil para la vida militar.

Calvo sí confirma sobre la teniente que “la única obsesión de esta señora era meter la mano donde había dinero, mientras lo suyo estaba sin hacer”.

El ex comandante asegura que “el suboficial de obras era amigo personal de la teniente. Hicieron de la unidad su chiringuito”.

Otras voces y víctimas

Pero el comandante no fue la única víctima de la Unidad del aeródromo militar de Santiago. No estuvo solo. Pero lo cierto es que quien defendió al comandante también vivió su propio infierno.

Este es el caso de José Manuel Soto, cabo en la misma unidad, y hoy también fuera del Ejército. Para que nadie vuelva a vivir estas situaciones injustas y no se encuentren indefensos, ha puesto en marcha, junto a otros ex militares, la Asociación “Cuestión de Justicia y honor”, que hoy preside.

Soto fue cabo primero en la Guardia Real y era el confidente de la sección de información interna del Ejército del Aire en Santiago.Este militar, también en la reserva con una pensión de 1.800 euros para que no moleste, califica a la teniente como “indisciplinada, hacía dejadez de funciones y aquí quien realmente trataba mal a los subordinados era ella”, explica.

La teniente es Vanessa Carballedo Gómez, una militar muy conocida en Galicia, activa en eventos públicos, en programas televisivos y hasta en dar visibilidad en televisión a su propia boda, según confirman diferentes fuentes a Diario16.

El cabo Soto tiene claro que “había un conflicto interno entre los dos tenientes. Creaban dos grupos”. Señala que el comandante se encontró con “un cuartel dividido. Se pone en antecedentes de todos los hechos y trata de mejorar para que podamos convivir”.

Como prueba del trato vejatorio que recibía de la teniente, ésta le llegó a decir al cabo -cuando no quiso formar parte de esa ‘guerra’- que “tu opinión me importa una mierda”. Así, explica, “me tomó como parte hostil cuando yo solo traté de evitar la contaminación”.

Lo que sí reconoce el cabo es que “encontramos apoyo en el comandante. Porque no era un problema de acoso, sino de indisciplina de la teniente”.

Sandwich

La teniente, insiste Soto, hizo un grupo afín que apoyaba el coronel y sus subordinados. A su juicio, “al comandante le hicieron un sandwich”.

En el Ejército hay un conducto reglamentario obligatorio que, según Soto, la teniente se saltaba a su antojo. “para informar hay que seguir pautas y hablar con tu inmediato superior, pero ella se saltaba al comandante y se iba al coronel”, afirma.

El Ejército del Aire, según el cabo, tenía conocimiento de la situación irregular de Santiago, que no coincidía con el expediente abierto de la teniente contra el comandante.

Pero, a pesar de ser confidente de la sección de información Interna del Ejército del Aire, José Manuel Soto siente que “me dejaron tirado cuando todo explota. Me llevan a tal acoso y derribo, cuando yo apoyé al comandante, que me di de baja por contingencia profesional. El coronel sin ser médico puede decir que no soy apto para el servicio. O retiraba los partes o me sancionan por falta grave”, así actuó el nuevo coronel que llegó a la unidad y que tuvo claro que prefería seguir la corriente a la teniente.

Así, explica Soto, “se pone en funcionamiento la maquinaria de corrupción militar. Me abrieron varios expedientes tras 26 años de servicios sin arresto”.

Así sometieron al cabo a un test de inhabilitación para el servicio y le cesaron del Ejército con 44 años.

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13 COMENTARIOS

  1. Mi recuerdo para el Teniente Segura. Fue el primero conocido que, pago con su carrera, la falta de corrupción en su historial. Un ejercito venido del franquismo, donde no se penalizaba la corrupción y se protegía la subordinación a los «teje manejes» de los «medalleros» franquistas. Este es la mayor amenaza que tenemos los ciudadanos.

  2. Siento mucho el abuso cometido a esos 2 militares que con cuarentipocos años se hayan tenido que ir a su casa. Ese dolor hace más daño que una enfermedad física. ¿Por qué el alto mando no toma las riendas de estos abusos? Sabemos que en todas las instituciones hay corrupción pero esto que leo me llega al alma. Qué cobardes los que se pliegan a esta deshonra.

  3. Me parece que la información que ustedes utilizan esta manipulada y no contrastada con documentación , ese comandante permitía los robos que sus allegados realizaban en las partidas de comida así como otros abusos de poder a otros inferiores. La realidad es que una mujer valiente les puso nombre y apellidos y ahora se dedican a dar pena por las redes.
    Parece mentira que si usted es periodista manipule la información y más aún siendo mujer justificando humillaciones y vejaciones a otra mujer y publicando usted, que se llama profesional del medio, vida privada que no tiene ningún rigor periodístico.
    Tengo muchos amigos en los medios de Comunicación y creo que voy a filtrar también la información que tengo de fiestas en las que el comandante Calvo y su compañero Soto se emborrachaban y consumían cocaina estando de servicio , suerte tenemos que gente como ellos ya no esté en el Ejercito ya que son vergonzosos para nuestro país.
    Solo deseo que algún día a sus esposas , hijas o madres les ocurra lo mismo para que sientan en sus carnes la injusticia.

  4. Los controles del ejército son para mandos y tropa no??? Señor domingo solo tiene que desmostrar aquello que dice….. No han consumido jamás y los controles estan para poder probarlo. No obstante es de valientes acusar detrás de un pc. Cuando quiera estoy segura de que sabe como encontrar a cualquiera de los dos. Mas gente con ellos hace falta en el ejército y no basura como usted señor mío.

  5. Usted sí que no tiene información contrastada Sr Domingo, ¿o es uno de los chorizos a los que el Comandante trató de detener?
    Conozco personalmente al Comandante Calvo hace años, excelente persona, educada, amable y justa con mujeres y hombres a su mando.
    Jamás ha tomado estupefacientes de ninguna clase, así que ha elegido una mala vía para intentar su descrédito. Le informo por si no lo sabe que en las Fuerzas Armadas se hacen rigurosos controles antidroga a tales efectos y jamás dió un positivo.
    Ya sabéis, si pilláis en el ejército a mujeres robando, mirad para otro lado, o sino ella y sus compinches os acusarán utilizando la moda feminista y la ideología de género , y acabarán con vuestra carrera militar, porque al Ministerio de Defensa sólo le interesa no salir en los periódicos por temas de feminismo, no la verdad de los hechos aunque ello conlleve tapar actos delictivos de mujeres.
    Hay muchos Oficiales, Suboficiales y Tropa con miedo hoy en día a ejercer la potestad del mando y corregir o denunciar a las mujeres dentro del ejército, debido a todas estas barbaridades que se están cometiendo, mientras la Ministra de Defensa mira para otro lado e incluso se codea con algunas de ellas, porque es más favorable mediáticamente , todo ello sacrificando la legalidad, el buen nombre de las Fuerzas Armadas y los derechos de los hombres militares. Hoy en día los derechos de los hombres en el ejército valen menos que 0 si les acusa una mujer.

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