Carmen Berasategui y Jon Botas de Lorenzo son dos jóvenes editores que se inspiran en los grandes del complejo universo de la edición para marcar nuevos rumbos, con unos principios inquebrantables: editar sin ruidos, sin participar en circos ajenos a la literatura. En esta conversación entre ellos desbrozan las claves para mantenerse a flote en un mar siempre embravecido y expuestos a tormentas de todo tipo.
[Jon Botas]: No solemos contar esta historia, o no lo bastante, quizá porque a menudo nos parece que estamos en pañales y al comienzo de todo con Trampa, pero a nosotros nos parece extraordinario, y es lindo, que lo nuestro haya sucedido tal como venimos a decir. La primera imagen que podemos dar es un encuentro fortuito en 2009, a bordo de un cayuco, en una ruta de cinco días atravesando el río Caura (Venezuela). En ese contexto nos conocimos. La conexión fue instantánea. De ahí saltamos directamente al año 2012 y volvemos a coincidir de forma fugaz y casual en el metro de Barcelona. En este segundo fogonazo del azar descubrimos que ambos trabajábamos en el sector. Carmen es gestora cultural y en aquella época se dedicaba de pleno al ámbito de la edición médica. Yo, al frente de una empresa especializada en diseño y producción para grandes sellos editoriales, llevaba un tiempo alimentando el deseo de fundar una editorial propia. Vi enseguida que Carmen sería una fabulosa pareja de baile con la que compartir esa locura y, pasado un tiempo, le propuse la idea de montar una editorial juntos. Soy culpable. Aún hoy se nos escapa la risa cada vez que destapo que Carmen, la mujer cohete, despachó a favor y en apenas dos minutos la idea loquísima de levantar una editorial. ¡Por supuesto que formamos una gran dupla! De eso sí, somos culpables. (Risas).
[Carmen Berasategui] Los dos primeros títulos de Trampa ediciones salieron a finales de 2018: Oliverio al alcance de todos (Oliverio Girondo) y La camarera de Artaud (Verónica Nieto). Aquella fiesta nos hizo un tatuaje imborrable. Nuestro tercer disparo, Barcelona-Buenos Aires. Once mil kilómetros, nos llevó a la FIL de Buenos Aires (2019), con apenas cuatro meses de vida. Como Trampa está en Barcelona ese año nos perdimos el primer Sant Jordi, pero valió mucho la pena vivir esa experiencia única. Nos hicimos amigos de Paula Bonet y de Laura Meseguer, quien acabó diseñando una colección para nosotros y hasta ¡una tipografía propia!
[J.B.]: La decisión de llamarla «Trampa» tuvo que ver con una carambola de conceptos que definen el carácter fuerte, pero también desenfadado, de la editorial. Trampa es una palabra de mucha enjundia, más profunda de lo que pueda parecernos a simple vista. Además, nos da un juego que aprovechamos claramente cuando aquí se trata de atrapar lectores con lecturas apetecibles. Por otro lado, nuestro logo es una trompa, el instrumento musical, que nace también de nuestra pasión compartida por la música. Nombre y logo dialogan entre sí, lo cual nos permite otro juego que nos divierte y nos viene bien para transmitir y comunicar lo que hacemos. Recordemos que la trompas antiguas servían para llamar la atención, para anunciar la llegada de algo, o de alguien importante. Virtud que cobra sentido con cada lanzamiento editorial. Incluso tenemos un gramófono en nuestra sede, y funciona. Es algo icónico.
“Nuestro logo es una trompa, el instrumento musical. Recordemos que la trompas antiguas servían para llamar la atención, para anunciar la llegada de algo, o de alguien importante”
[C.B.]: Puede que lo de publicar poco y despacio no se perciba como lo ideal. Seguramente tiene su razón de ser en la supervivencia y salvajismo del mercado editorial. A nosotros nos parece lo contrario. Aunque es clarísimo que los números deben aconmpañar. No vivimos de esto pero probablemente ésa es nuestra mejor baza, disfrutar de nuestra pasión por el libro como el motor que es, sumar la experiencia, el oficio, y abrazar esa flexibilidad, si es posible, en cada publicación. Nuestra decisión de publicar poco es tanto personal como política, personal porque lo hacemos en nuestro tiempo libre, el poco que tenemos, y política, porque abogamos por un ritmo sensato que garantice un cuidado y dedicación mínimos a cada uno de los libros que proponemos. No es fácil, pero intentamos escapar un poco de esa máquina desmesurada que representa hoy en día el mercado.
[J.B.]: «Leer y volar» es una invitación amable, una idea que Carmen y yo venimos acuñando y que nos gusta mucho también porque está más allá de lo que representamos como editores, es el bien común que queremos. Se lo sacó de la chistera la mujer cohete (risas) y lo hemos impreso en nuestras bolsas de tela. El mensaje realmente vuela, claro, algo así lo defiendes con todo lo que tengas. Otro eslogan a medida es el que nos regaló un amigo muy querido al escuchar por primera vez el nombre: «La literatura siempre es trampa, aunque sea para contar verdades». Maravillosamente cierto. (Gracias, R. J-C.).
[C.B.]: Leemos de todo al encuentro de lecturas apetecibles que nos emocionen y perduren. Porque existen libros que se instalan sin avisar y es imposible adivinar cuándo, por qué, y cómo pueden atraparte, pero lo hacen. Se trata pues de encontrarlos y compartirlos. Hasta hoy hemos publicado 26 títulos de diversos autores consagrados o debutantes, españoles o extranjeros (Virginia Woolf, Armonia Somers, Jorge Molinero, Manuel Moranta, Arno Stern…). ¡Llevamos cuatro años haciendo trampas!
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TRAMPA DE UN VISTAZO
Línea editorial: literatura contemporánea con tendencia a la autoría latinoamericana. La poesía impregna casi todo el catálogo, nos atraen las historias de cariz intimista y lenguaje evocador.
Libros publicados: 26
Géneros: Ficción, Poesía, Ensayo, Infantil, Ilustrado, Memorias.
Colecciones: Trampa, Trampita, Trampantojo, Trampa-Intervenciones (dirigida por N. Catelli y E. Dobry).
Avance de algunas novedades para 2023
Tiempo de espera, Carme Riera
Figuras, Edgar Borges
Un retrato para Dickens, Armonia Somers
Transculturación, Ángel Rama
