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La libertad de la Señorita Pepis

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análisis

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La Señorita Pepis, no sabemos el nombre de pila de puro discreta que es,  apareció en el año 1955 cuando una empresa de juguetes vio la tendencia innata de los niños de imitar a los mayores y quiso convertir esa tendencia en juego. Sus creadores les llamaron “juegos de simulación y fantasía”,  y así tomaron cuerpo productos como la máquina de tricotar, el botiquín de urgencias médicas, la canastilla bebé, los sets de maquillaje, de peluquería, los tocadores, los de creación de complementos…etc. sus productos fueron muy variados. Actualmente, la Señorita Pepis sigue más activa que nunca, tiene sus páginas de Internet y su lugar en Facebook. La Señorita Pepis, según sus creadores, es lista, profesional, aplicada, aseada, polifacética…

El pasado cuatro de Mayo la Señorita Ayuso arrasó con un nuevo juego que recuerda mucho a los de la Señorita Pepis, un producto de simulación y fantasía llamado “Libertad” que ha causado auténtico furor entre los votantes madrileños. Este nuevo juego de simulación y fantasía que dos millones de madrileños han comprado, se compone de un set de terrazas llenas de grupos de amigos disfrutando intensamente de una vida “a la madrileña”. En la caja de cartón con ventanita de plástico transparente donde se ven las sillas, las mesas, las sombrillas, los farolillos, el barrilito de cerveza, los berberechos y demás complementos, hay una frase publicitaria escrita con una bella caligrafía de letras rosas que dice: “¡ejerce tu libertad como nunca lo habías hecho! ¡que nadie te prohíba disfrutar de unas cañas en una terraza con tus amigos! ¡pero quién se han creído que son para prohibirte nada! ¡somos madrileños y queremos vivir a la madrileña! ¡ se acabaron las restricciones! ¡nunca con una caña de menos! ¡abajo la opresión, viva la libertad!

Hay que reconocer que la campaña electoral del PP, un muy bien acabado producto de simulación y fantasía, apelando a la libertad, al derecho inalienable a “vivir a la madrileña” tomando cuantas cervezas te vengan en gana en una terraza con tus amigos, ha sido todo un éxito. Como ya hemos dicho, dos millones de madrileños han comprado este novedoso “set de libertad” creado por Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta Ayuso, la nueva Juana de Arco de Madrid, la intrépida mujer que ha liberado a una ciudad sojuzgada y oprimida por los izquierdosos aguafiestas de siempre que solo disfrutan amargando la vida a los madrileños. Además del lince de Miguel Ángel, que nada más conocerse la aplastante victoria y emulando al coronel John Hannibal Smith/ George Peppard, de la serie “El equipo A” dijo: “me gusta cuando los planes salen bien” hay que citar a Alfonso Serrano, diputado regional y portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, como jefe de campaña. Además de ellos, hay que citar a la Fundación FAES, esa gran fábrica expendedora de libertad a través de su ideología neoliberal y que tiene a José María Aznar como santo patrón, otros dicen de él que solo es un tonto metido a estadista, y  que ha ayudado a que el “set de libertad” enfocado como un juego de simulación y fantasía haya triunfado de una manera total y absoluta entre el electorado madrileño.

Jugaban con ventaja, su propuesta era una oferta que nadie podía rechazar porque mientras la izquierda, siempre tan seria, tan grave, siempre enfadada, siempre sacando tiestos y sermoneando con su cansina apelación a la memoria, aburría a las piedras, el PP invitaba a relajarse, claro que sí, disfrutando de una cerveza, o las que fueran, mejor no quedarse corto, en una terraza con los amigos a la salida del trabajo, lo que se ha dado en llamar “vivir a la madrileña”. Una forma única en el mundo de disfrutar de la vida. Porque nadie hasta que no lo inventaron los madrileños, había caído en que con la llegada del buen tiempo podría resultar agradable tomar una cerveza bien fría con los amigos al aire libre después de la jornada de trabajo. Nadie sobre la faz de la tierra había tenido la feliz idea de hacerlo hasta que los madrileños, siempre tan creativos, imaginativos y emprendedores se pusieron a la tarea de ingerir una caña tras otra para refrescar el gaznate y poco a poco empezar a sentir en lentas y placenteras oleadas la dulce ebriedad de la libertad, la maravillosa sensación de haber descubierto el paraíso en la tierra, la eufórica percepción de que la vida no es un jodido valle de lágrimas, muy al contrario es un lugar donde fluye la belleza y la armonía, donde todo  es mucho más sencillo y agradable de lo que dicen los amargados cenizos y gruñones de siempre. Por fin dejamos atrás el sórdido mundo que siempre nos han pintado los “progres” insufribles y viajamos a otra dimensión donde nos convertimos en seres mágicos en el país feliz de la casa de la gominola de la calle de la piruleta, que diría Homer Simpson, hombre que también ha gustado de las mieles de la cerveza, hasta llegar a decir de ella que es “la causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida”.Y debe ser verdad porque nadie nadie se ha atrevido a desautorizarlo. 

Ya no hay excusas para no disfrutar de la verdadera sensación de  libertad tomando unas cervezas en una terraza. Qué cuando llegará esa tan ansiada y placentera sensación? No hay una cantidad establecida, cada cual tiene su dosis, aunque las autoridades políticas de la CCAA de Madrid, símbolo universal de la libertad y la resistencia contra la feroz dictadura del opresor gobierno social – comunista de Pedro Sánchez, recomiendan que cada vez que nos pongamos a ejercer nuestro inalienable derecho a ser libres, no se ingiera una cantidad menor de  cuatro cañas que equivalen a un litro del mágico elixir, hijo predilecto de Ceres y de Baco.  La cerveza es la nueva poción mágica que todos los habitantes de esta feliz aldea gala en que se ha convertido Madrid, tienen que tomar para sentirse libres, a salvo del temible tirano Pedro Sánchez. Por suerte, el malo malísimo de Pablo Iglesias, lugarteniente del malvado Sánchez,  conocido como  “el Sauron de Galapagar” se ha retirado a su maléfica torre, desde donde en sus ratos libres lanza  grandes e infernales llamaradas sulfurosas entre malévolas risotadas.

Por fin las madrileñas y los madrileños, gracias a la rubia y refrescante poción mágica hemos olvidado todo lo que hasta el pasado cuatro de mayo, día de la instauración de la libertad, nos preocupaba e inquietaba, como la precariedad laboral, la falta de ayudas a los más perjudicados por la pandemia, los miles de ancianos muertos en las residencias por falta de la atención médica a la que tenían derecho, la amenaza de las privatizaciones de la Sanidad, de la Educación y del resto de los servicios públicos, de los veintiséis años de corrupción a cargo de los sucesivos gobiernos del PP, veintiséis años, los mismos que han pasado desde el famoso “Tamayazo” que para quien no lo sepa, fue la compra por parte del PP de  dos diputados regionales del PSOE los también defensores de la libertad, esta de vez  de la libertad de llenarse los bolsillos, Eduardo Tamayo y  María Teresa Sáez. De no ser por esta liberadora  maniobra del PP,  la señora Esperanza Aguirre, la criadora de ranas más famosa de España, no habría llegado a ser la presidenta de la Comunidad de Madrid, cargo que ocupó entre desde el año 2003 al 2012 ¿Pero quién se acuerda  de toda esta mierda? que diría un personaje de Tarantino,  en una terracita en Madrid a la sombra de una sombrilla y con una caña fresquita refrescándonos el gaznate?. Todo esto ya pertenece al pasado, son movidas de rojos siempre enfadados, de mal rollo, siempre fastidiando los buenos momentos. Si se tomaran las cañas que deberían tomarse en vez de estar siempre dando tantas y tan malas noticias y los peores augurios, cambiarían su viejo, caduco y trasnochado discurso, su agrio rictus de enojados por una permanente sonrisa de felicidad.

Están tan metidos en su triste y enojoso mundo de defensa de lo público, de su absurda y estéril lucha contra las injusticias sociales y demás majaderías que todavía no se han enterado de que una muy amplia mayoría les ha dado la espalda tomando el camino de la libertad, aboliendo la siempre dolorosa memoria y abrazando el olvido con la impagable ayuda de la diosa rubia. Cuándo se darán cuenta de que una gran mayoría ha decidido pasar página de una vez a una fea y enojosa vida librando una lucha inútil que solo  aporta disgusto e infelicidad. Todavía no son conscientes las cansinas e insufribles izquierdas  que ahora estamos en una nueva etapa de nuestra vida donde todo lo malo, lo desagradable, lo incómodo y sombrío ha quedado atrás y ahora vivimos un luminoso tiempo de libertad que hay que aprovecharlo y disfrutarlo en toda su extensión.          

Para ilustrar todo esto y por si alguien tenía alguna duda, sirva de ejemplo un vídeo de José Luis Sampedro que desde hace tiempo circula por las redes sociales. En él afirma que “no hay democracia en España y fuera tampoco” “ dónde está la democracia”, pregunta, y dice acto seguido que tampoco existe la llamada opinión pública, porque ésta no es el resultado del pensamiento reflexivo de la gente. “No estamos, en general, educados para pensar. No existe el pensamiento propio, el pensamiento crítico. La gente no razona, no piensa, no hace un estudio racional de qué es lo mejor y lo peor” “se toma la decisión o bien por razones viscerales o es el poder existente, que hoy es el poder económico, y que domina los medios de información, el que inculca  a la gente las ideas por esos medios, y la gente juzga sobre todo por lo que ve en televisión y lo que lee en los periódicos, sobre todo por lo que ve en televisión y vota según lo que ve y lo que le dicen en la televisión y no piensa para nada en lo que le ocultan. Lo que llaman opinión pública es una opinión mediática. Una opinión creada por la educación y por los medios. Ambas cosas interesadas por lo que le interesa al poder. Porque el poder controla la educación y controla los medios”.

Otro ejemplo claro y cristalino de lo que estamos diciendo en el sentido de que los inaguantables “progres” siempre se ponen en lo peor, es una frase lapidaria de Julio Anguita, fallecido en 2020, que también circula por las redes. La frase lapidaria y demoledora, algo muy del gusto de los malasombra, cargantes y tediosos izquierdistas, dice así: “Cuando alguien está defendiendo a quien le explota, a los “mercados” o a la clase política corrupta, ha llegado al nivel más bajo al que puede llegar un ser humano: bendecir a la porra que lo golpea y besar la bota que le pisa”.

¡ Y dale molino! ¿Qué les parece?  Olvidemos todo esto, que ya es pasado, pidamos otra ronda y dejemos que la libertad, y la felicidad que la acompaña, fluya en nuestros corazones.

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