Cuando la justicia es lenta se provoca un daño aún mayor que el que se intenta evitar, tal como ha ocurrido estos días en Sevilla, donde buena parte de un ficus centenario ha sido cortado por culpa de la burocracia. En la gran capital andaluza existen muy pocos ejemplares de árboles tan longevos y están perfectamente localizados para su conservación y cuidado. Junto a la Vía Verde de la Sierra se encuentra el chaparro de la Vega, encina declarada monumento natural de Andalucía. Se le estiman más de 200 años. Tiene una copa de unos 30 metros de ancho y 13 de altura. El alcornoque de El Rincón tiene 400 años aproximadamente. Se encuentra junto a la valla de la finca que le da nombre. Las ramas principales se separan prácticamente al nivel del suelo, dando la impresión de tres pies. La encina de los Perros es monumento natural desde septiembre de 2005. Posee una altura total de 16,5 metros y el perímetro en la base alcanza 8,5; pero lo verdaderamente espectacular es su copa, cuya sombra supera los 600 metros cuadrados. Se encuentra en una finca próxima a la aldea, El Álamo. Todos estos árboles gozan de especial protección como parte del patrimonio andaluz, tal como debió haberla tenido el ficus que ahora ha sido vilmente amputado.
La triste historia que dice muy poco de España como sociedad avanzada y civilizada, ha pasado por el juzgado de lo contencioso administrativo número 9 de Sevilla, donde se ha dictado este jueves un auto en el que declara la «procedencia de la medida urgente de suspensión cautelar» de la licencia concedida por el Ayuntamiento de Sevilla para la tala del ficus centenario de la parroquia de San Jacinto, en Triana, al tiempo que obliga a parar «con carácter inmediato» los trabajos «mientras se resuelve» el fondo del litigio, «debiendo aportar la administración las medidas necesarias para evitar daños a personas o bienes que pudieran producirse como consecuencia de la paralización de estos trabajos de tala». «La Gerencia de Urbanismo comunicará de forma inmediata a la orden de los Dominicos la suspensión de los trabajos en cumplimiento del auto judicial», han apostillado fuentes municipales. Sin embargo, la resolución llega tarde, justo cuando la poda indiscriminada ya se ha llevado a cabo.
El auto judicial fechado este jueves 18 de agosto, y al que ha tenido acceso Europa Press, se ha hecho público después de que el mismo juzgado dictara este pasado miércoles un auto en el que acordó habilitar el mes de agosto para la tramitación del recurso interpuesto por la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza para que se suspendiera la licencia de la tala «hasta que se elabore un estudio por personas expertas en la materia, tomando las medidas de seguridad que correspondan para garantizar la seguridad de los transeúntes».
«Concurre en el presente supuesto la nota de urgencia», señala el auto del juez, que concede a la administración un plazo de tres días para que alegue lo que «estime procedente sobre la conveniencia del mantenimiento o levantamiento de la medida de suspensión acordada en el presente auto». Contra este, no cabe apelación.
Los trabajos para la tala del ficus arrancaron el pasado martes 16 de agosto. Corren a cargo de la parroquia de San Jacinto, al ser propietaria del ejemplar por estar este ubicado en sus terrenos. La licencia concedida por la Gerencia de Urbanismo, previa petición del párroco al contar con un informe favorable de la Comisión de Patrimonio de la Junta, fue aprobada el 31 de mayo de 2022 y, desde entonces y hasta la fecha, no se había presentado recurso alguno.
Algunos jueces en vez de toga tendrían que ir en pijama.