Javier Tajadura, firmante del manifiesto fundacional de Plataforma Ahora, lo explica magistralmente en su última joya publicada en El Correo: “el nuevo PSOE ha sacado del desván de la historia, uno de los artilugios más empolvados y viejos del pensamiento reaccionario y conservador: la nación romántica e historicista de nación, definida por elementos culturales y sentimentales, y que ha sido siempre combatida por la izquierda consecuente preocupada por la igualdad y por construir estados (más que naciones) de ciudadanos libres”.
Cuando Javier Tajadura habla de la “izquierda consecuente”, habla de la izquierda cívica, igualitaria y universalista, es decir, de la izquierda progresista, muy distinta de la izquierda reaccionaria que hoy tiene presencia en el Congreso de los Diputados vía Podemos y PSOE, esa izquierda oficial incapaz de defender un país de ciudadanos libres e iguales y de enfrentarse con argumentos a los nacionalistas que quieren romper España. Esa izquierda cívica que tanto echamos de manos unos cuantos millones de españoles, hartos de los derroteros por los que lleva deslizándose un desnortado PSOE, incapaz de ofrecer a la ciudadanía un proyecto progresista para España y para los españoles. Ahora es el Estado plurinacional, la nación de naciones o el Estado Federal asimétrico, donde puedan perpetuarse el Concierto Económico vasco y el Convenio navarro y tengan cabida, no solo las políticas lingüísticas nacionalistas que ya defiende por la vía de los hechos el socialismo oficial sino, con toda probabilidad, un pacto fiscal para Cataluña, la limitación de la solidaridad interregional y el blindaje de determinadas competencias para determinadas Comunidades Autónomas… cuando no la celebración de un referéndum primero en Cataluña y después… ya se verá.
Es el viejo problema del PSOE, que va perdiendo cada una de sus letras si es que le queda alguna: a falta de proyecto propio y de una idea ilustrada y moderna de España, pretende contentar a los insaciables nacionalistas poniendo en cuestión la unidad del Estado y las propias bases ideológicas que le deberían ser propias. Hoy la izquierda oficial ha sustituido la bandera de la igualdad por la de la identidad; los derechos ciudadanos, por la plurinacionalidad o el derecho a decidir; la unidad de España, por ideas nacionalistas, la nación de naciones o el sálvese quien pueda. Es decir, hoy la izquierda oficial es izquierda reaccionaria pero no izquierda progresista.
Y esto es lo que se evidencia en cada una de sus actuaciones: no solo ausencia de proyecto propio sino complejos y condescendencia ante los postulados nacionalistas y populistas. El problema en España no es tanto el nacionalismo de los nacionalistas reconocidos como el nacionalismo de quienes, sin supuestamente serlo, se comportan como si lo fueran. Y, desde luego, la asunción por parte del PSOE de algunos de los postulados más reaccionarios de los nacionalistas es uno de los más graves problemas de España. El PSOE abandona, de este modo, definitivamente, principios indispensables que deben ser defendidos hoy día: la igualdad, la ciudadanía común y compartida, el republicanismo cívico, la solidaridad, el bien común y la tradición ilustrada. Habría que volver a recordarle que sin Estado no hay Estado del Bienestar y que es imposible combatir las desigualdades sociales desde espacios públicos atomizados o fragmentados. Y que tan importante es tratar de construir una alternativa a los corruptos y a los recortadores sociales como a los populistas y a los nacionalistas disgregadores.
Eso sería izquierdismo del bueno. La izquierda cívica. Esa que no necesita decir que “somos la izquierda” porque efectivamente lo es y se comporta y actúa como tal. Esa alternativa que hay que construir.
¿Alguien me puede explicar como es que la lideresa andaluza tiene los «santos cojones» de presentarse a liderar el PSOE-A quince dias despues de haber sufrido un revolcón tremebundo en las primarias a Secretario General? ¿Se lo ha contado a alguien? ¿No le ha importado el pequeño detalle de que en esas primarias ha sacado en Andalucia muchisimos mas avales que votos?
¿No concede importancia alguna al hecho de recibir mas apoyos cuando se puede asustar a los militantes, que cuando todo es secreto?
Curioso