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La invención del sufrimiento

José Repiso Moyano
José Repiso Moyano
Escritor español de larguísima trayectoria nacido en Cuevas de San Marcos, Provincia de Málaga, que ha publicado miles de obras en 50 años (literarias, de conocimiento,etc), y ha obtenido premios y reconocimientos por su participación en concursos, periódicos, revistas, recitales, programas de radio, acciones humanitarias y eventos literarios en todo el Mundo.
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análisis

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El esclavizar al pueblo con una no verdad o el encadenarlo a algo que no sea la misma libertad es racionalmente peor que cualquier genocidio, ¡exacto!, ¡así es en total honor a la decencia y a la verdad!

Pero lo que fríamente ha pasado hasta ahora es que cualquier poder se ha alimentado o se ha fortalecido de esclavizar al pueblo solo a través de un sufrimiento que él mismo como poder-coacción ha inventado. Lo diré más claro o más fácil de entender: Todo poder siempre ha funcionado, una y otra vez, creándole al pueblo un sufrimiento gratuito (basado también en miedos); y, desde ahí, el pueblo ha estado indudablemente preso, a las órdenes de tal sufrir- miedo, condicionado hacia el error o estableciendo sus erróneas valoraciones diariamente.

Sí, ¡obvio!, los miedos estaban basados en el siempre crearle un enemigo, una inseguridad o una fatalidad; por ejemplo, el tabú de no romperse por nada la familia tradicional o ni siquiera la idolatración tradicional a los gobernantes o a los controladores religiosos. Así es, significaban o eran como barreras infranqueables o incontestables a las cuales el pueblo solo estaba sometido, ya sin una mínima libertad.

Y las consecuencias de todo eso llegaban, al momento, a cada una de las capacidades o decisiones individuales; por ello, el ser humano per se ya no podía evitar ser únicamente un producto del no ser libre ni consciente de nada,  en un “nanai de la China”. ¡Claro!, tal es ése desagradable resultado; por comprenderse, cuando a ti cualquier poder te haya metido una mentira en la cabeza (en tanto que el poder tiene todos los recursos públicos para hacerlo y lograrlo), ya a partir de ahí de nada por seguro sirve mencionarte algo ético, porque en evidencia estás en el contexto contrario al de la libertad, de la concienciación y de la sensatez verdadera (y no ficticia). Es cierto, ya ahí únicamente trabajas como esclavo para la mentira.

La sensibilización que quiere el poder también estará en cada ser humano, ¡sí!, diseñando toda una sociedad (o un concreto pueblo) y todas las estéticas o todas la valoraciones únicas a aplicar por tal sociedad.  A propósito de esto, recuerdo cuántas veces nos ponían las películas de Wéstern ante las cuales absolutamente todos lloraban cuando, por la precisa preparación de un guión,  moría un pistolero tras matar a 20 indios pero, ya en cambio, por cada indio que moría, casi se reían o siempre se alegraban. En fin, siendo inhumanidad, ésa sensibilización se imponía en todos los ámbitos de una sociedad.

Hay que decir (sin olvidarlo) que el fondo de la TELEBASURA (o de tantos medios de la comunicación basura) también es ése:  un jugar con tus emociones montando sufrimientos o mensajes ficticios, en base irreales o irracionales, ¡que tú siempre creerás reales!  Sí, un sufrimiento es muy fácil de montar; piensa que un influencer te montaría (con lagrimitas para conseguir más y más dinero) cincuenta al día.  Es indignante, ¡el sufrimiento de los manipuladores y de los poderosos siempre se inventa!, ¡siempre!

En resumen, toda oscuridad siempre ha funcionado porque se le ha impedido o se ha vetado la luz; y, asimismo, toda mentira siempre ha funcionado (o ha imperado) porque se le ha vetado (o borrado socialmente)  ése o eso que demuestra (a razón solo), sí, se le ha vetado la verdad. En el fondo, todo mal es como si no se permitiera que entre (o exista) algo que no sea lo mismo; es decir, que solo se permite o se impone un “todo lo mismo” o un “todo lo mismo específico” que únicamente favorece a que siga ése mal.  Aquí (porque ya no lo desee ni Dios) actúa mucha terquedad o una incontestable terquedad que, persona a persona, la tienen ya asimilada-normalizada en sus mentalidades, sin ser nunca advertida o afrontada o reparada de una manera consciente.

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