¡¡¡Fernando Alonso está en la pole!!! ¡¡Fernando Alonso se pone primero!! ¡Tantos años después!
El primero, el más rápido. No hay nadie que no diga algo, el mundo entero le está jaleando: desde sus casas, desde los bares, desde el circuito, desde los micrófonos de los comentaristas en todos los idiomas y países. Está hecho, porque Max Verstappen ha quemado ya sus naves, ha hecho sus dos intentos.
¡No! ¡¡Nooooo!! No es posible. Verstappen. Ha salido otra vez.
-No le va a dar tiempo.
-No tiene más neumáticos.
Sí, sí que los tiene. Le queda un juego de neumáticos blandos. Y va a llegar a tiempo para dar todavía una vuelta. Por los pelos, pero va a llegar.
No lo va a conseguir: ya ha comenzado la vuelta cronometrada. ¡Una décima más lento que Alonso en el primer sector, dos décimas largas acumuladas en el segundo! La pole es para Alonso, la pole tiene que ser para Alonso. El resto del mundo ya no existe. No importa todo lo que ha pasado el fin de semana. No importa que Esteban Ocon haya estado en pole provisional, nadie se acuerda de que Charles Leclerc está corriendo en casa, y es aquí siempre el más rápido.
Toda la tensión acumulada durante el fin de semana. Sólo Alonso creía al cien por cien en sí mismo. Alonso y su fiel cronista: Lobato. Ellos dos…, ¡y millones de aficionados en todo el mundo! que le estaban mandando su energía y rezaban al unísono, sin saber siquiera que rezaban, para que Max Verstappen no lo consiguiera.
Pero Max Verstappen es el diablo. Max Verstappen es increíblemente bueno. No estaba ni nervioso: sólo muy concentrado y dispuesto a todo: a rozar los muros –literalmente- si era necesario. La pista había mejorado alrededor de una décima después de la vuelta alucinante de Fernando Alonso.
¡Por favor, por favor por favor….!
No hay nadie, absolutamente nadie, que esté bien sentado en su asiento cuando Verstappen entra en el tercer sector. Todos estamos apoyados en el borde de la silla o del sillón o del sofá… ¡o estamos de pie directamente con los puños apretados y los ojos estatuizados: sin un pestañeo!
Milésimas, son sólo milésimas. 84 milésimas de segundo. Ningún ser humano puede medir ese tiempo, es necesaria una máquina. Milésimas. 84 milésimas.
Sonríen todos. Sonreímos todos. Sonríe Verstappen y sonríe Fernando Alonso que nada más salir de su monoplaza ha ido a felicitarlo: serás el mejor piloto de todos los tiempos pero yo soy igual de bueno, igual de mejor piloto de todos los tiempos y acabo de demostrártelo. Porque es en Mónaco donde se demuestra eso. Es en Mónaco donde el piloto recobra la importancia que tenía en los viejos tiempos: cuando el coche de Ascari se salió de la pista y cayó al agua y le sacaron los buzos, intacto y alucinado.
Mónaco. Max Verstappen. Fernando Alonso. Bravo bravo bravo…
¡Qué espectáculo!
Estarán contentos los dueños del circo. Un duelo tan emocionante como el de Verstappen y Hamilton en Abu Dhabi 2021.
Inolvidable. Vivirlo en directo ha sido una experiencia increíble. Increíble regalo. ¡Qué bien lo hemos pasado todos! Verstappen, Alonso… todos.
Pero esto no ha acabado aquí. El sonriente Alonso va a ir a por la victoria mañana con todo y con más, porque tanto Verstappen como él son “el mejor piloto de todos los tiempos”; pero Alonso lo es un poco más. Y lo ha dejado bien claro:
-Hay pocos metros hasta la primera curva, nosotros siempre hemos salido bien, y Verstappen –ha avisado (y el holandés recibirá el recado desde un montón de sitios)- es algo inconsistente, así que quizá logremos pasarlo.
(Si te lo has perdido; hazte un favor y búscate a alguien que lo tenga grabado. Te garantizo que vas a disfrutarlo).
Tigre Tigre.
