Josep Borrell nunca ha sido un político que se haya caracterizado por su «continencia verbal» . No en vano, ha protagonizado multitud de polémicas que siempre han tenido consecuencias.
No hay más que recordar, por ejemplo, cómo en el Senado, durante la época en que el PSOE seguía respetando su compromiso en favor del Sáhara Occidental, Borrell afirmó que «solamente puedo decirles que nosotros estamos alineados con las Naciones Unidas y apoyamos la posición de las Naciones Unidas, del Alto Representante, del negociador. El Secretario General nos ha pedido ayuda para que se puedan desarrollar las negociaciones entre las partes. España no es considerada potencia administradora en las resoluciones anuales de la Asamblea General que se refieren a la descolonización del Sáhara Occidental, ni aparece como potencia administradora en la lista de Territorios no Autónomos de Naciones Unidas. Eso es importante saberlo para saber cuáles son nuestras responsabilidades con respecto a ese territorio».
En aquel momento, Borrell se olvidó de lo establecido en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en 2014 cuando el actual ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, estableció en un auto que «las resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y los informes de su Secretario General, la Potencia Administradora del Sáhara Occidental sigue siendo España, aunque lo sea de iure pero no de facto hasta que finalice el periodo de la descolonización, tiene las obligaciones recogidas en los artículos 73 y 74 de la Carta de Naciones Unidas».
Sin embargo, la incontinencia verbal de Josep Borrell ha vuelto a manifestarse tras su viaje a Kiev cuando ha enfatizado las nuevas ayudas de la UE, los nuevos envíos de armas y el apoyo económico que la Comisión Europea va a dar a a Ucrania por valor de 500 millones de euros.
Borrell, además, en relación con los ataques rusos contra civiles ha afirmado que «nuevamente muestra la total falta de respeto del Kremlin por la vida humana. Solo aumentará nuestro apoyo a Ucrania» palabras que hacían referencia directa a la posibilidad real de que se produzca una investigación internacional contra Rusia por haber cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Sin quitarle razón a esa posible investigación, la realidad es que las palabras de Borrell llegan en un momento cuanto menos inoportuno.
La reacción de Rusia ha sido inmediata. El homólogo de Borrell, Sergei Lavrov, ha afirmado en una entrevista en la televisión Rosiya 24 que «lo que dijo Josep Borrell, incluso en este contexto agresivo y sin precedentes, cambia significativamente las reglas de juego», porque el conflicto de Ucrania fue concebido «para la contención definitiva de Rusia y su subordinación al sistema global creado por Occidente pese al final de la Guerra Fría» .
