La hipocresía del PP andaluz en defensa de la educación pública

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Comienza un nuevo curso escolar en Andalucía y los centros de enseñanza abren de nuevo sus puertas. Un septiembre que en esta ocasión viene cargado de reivindicaciones y protestas en las calles por parte de los colectivos docentes debido a los recortes en educación llevados a cabo por el PSOE andaluz, capitaneado por Susana Díaz.

El sábado 3 de septiembre en Sevilla toda la comunidad educativa de Andalucía estamos citados a las 11 de la mañana frente al Palacio de San Telmo para protestar contra los recortes de la Junta de Andalucía en materia de educación y para reivindicar que no haya más recortes en educación pública.

Las reivindicaciones de los sindicatos y plataformas educativas son de sobra conocidas. Entre otras reivindicaciones, se exige la bajada generalizada de las ratios, la cobertura de todas las vacantes y bajas desde el primer día, la supresión del sistema de cupos para sustituciones, el respeto a las funciones del profesorado de apoyo y refuerzo y una solución real a las irregularidades en los horarios del profesorado. Además se exige, que al implantar el francés como segundo idioma en los colegios, no se despidan docentes, sobre todo en las especialidades de Primaria, Infantil y Educación Física y que se establezcan horas de preparación para el profesorado bilingüe, así como no reducir las unidades en la escuela pública en favor de la concertada, la bajada de la ratio y abordar tanto una oferta de empleo pública amplia como un acuerdo de garantías para la estabilidad del profesorado interino.

Lo irónico de todo este asunto es que a las protestas y reivindicaciones por una escuela pública y de calidad se ha unido de una manera hipócrita y oportunista el Partido Popular de Andalucía. Sin ningún tipo de pudor los populares andaluces se alzan en adalides en la defensa de lo público cuando son los principales enemigos de la escuela pública, ya que donde gobiernan recortan en educación pública a favor de la concertada y la privada. La movilización de cientos de docentes desesperados ante la posibilidad de perder su trabajo, ha hecho que el PP andaluz se lance sobre este colectivo como aves de rapiña y tratar de politizar a su favor su causa.

Casi vomitivo fue ver a la parlamentaria andaluza por el PP en Málaga, Esperanza Oña, defendiendo a los docentes andaluces por los recortes de Susana Díaz, cuando en otras comunidades donde gobierna su partido los recortes en enseñanza pública son también bestiales. Si no, véanse las cifras de Madrid, donde según CCOO se produjo un «recorte» global del gasto educativo de 447,6 millones durante los años de crisis económica, pero sin embargo hubo un crecimiento de 70 millones de euros para conciertos educativos, cuando el recorte para los centros públicos fue de 517 millones.

Por eso los colectivos educativos no deben equivocarse y saber que el foco de sus reivindicaciones deben ir dirigidas por igual hacia el PSOE y hacia el PP, partidos que donde gobiernan recortan en educación. Sinceramente se me haría muy difícil estar en una manifestación en defensa de la educación pública y de calidad al lado del PP. Por eso no entiendo cómo ciertos colectivos de la enseñanza están llamando a la puerta del PP para buscar apoyos en su lucha. No nos engañemos, el PP es tanto o más responsable que el PSOE de la destrucción de la educación pública, no solo por la vía de los recortes sino también por la implantación de la LOMCE. Jugar con el PP – y con el PSOE- es jugar contra la Educación Pública.

A veces es comprensible que por el miedo a quedarse en paro algunos crean que llamar a todas las puertas es una solución, pero sabemos que a la larga no lo será. Llamar a la puerta del PP es llamar a la puerta del propio infierno, ya que son tan culpables como el PSOE de la precaria situación por la que pasa la enseñanza pública en nuestro país y en este caso los dos grandes partidos cuentan con la ayuda de Ciudadanos, bisagra del régimen, y también responsables de los recortes en educación en Andalucía y de que no se derogue la LOMCE en el Parlamento, una ley que nos retrotrae al más oscuro franquismo.

Ejemplo de este engaño del partido de Albert Ribera a la ciudadanía es el reciente pacto de investidura firmado con el PP a nivel nacional (que parece no se llevará a cabo por la fallida investidura de Rajoy), y con el que se nos engaña vilmente y se pretende “congelar el calendario de implementación de la LOMCE en todos aquellos aspectos que no hubiesen entrado en vigor” mientras se intenta alcanzar un pacto educativo, cuando todos sabemos que los decretos que regulan estas medidas sí están en vigor, por lo que no se verán afectados por el acuerdo. Por ejemplo, el decreto que regula las reválidas, la medida más polémica de esta ley, está vigente desde el 31 de julio. La LOMCE no se puede paralizar, como nos quiere hacer ver PP y Cs, LA LOMCE HAY QUE DEROGARLA.

Por estas razones los compañeros de viaje en esta lucha no pueden ser ni PSOE, ni PP ni Ciudadanos. Tenemos que reivindicar el paquete completo. NO A LA LOMCE. NO A LOS RECORTES, VENGAN DE DONDE VENGAN.

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