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La gran historia jamás contada: TÚ

Cruz Galdón
Cruz Galdón
Escritora
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análisis

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Echando la vista atrás me doy cuenta de que la vida está desbordada de grandes historias. Unas, consabidas por todos; otras, desconocidas para el mundo bien porque nadie les dio palustre en su momento o porque fueron lideradas por mujeres que no debían ser advertidas u hombres que podían provocar la sombra de un ciprés. Unas veces fue un descubrimiento, otras, una decisión impostada y otras, la enérgica voluntad de quién no cesó en la búsqueda de un resultado o de una victoria.

Y en unos casos el éxito obtenido vino de la mano de un ser excepcional y otras, por la labor de cientos de personas más, pero el mérito se le adjudicó a uno solo. Porque la vida es así, incoherente a veces premiando egos.

Pues bien, esas historias con sus moralejas no siempre son contadas de la misma manera. Los que ya sois habituales sabéis que la historia griega me fascina y por eso traigo a colación esta introducción para recordar un pasaje que, no siendo recogido por la Ilíada, otras fuentes así lo redactaron y me lleva a concatenarla con las grandes historias que tú vives y que yo desconozco.

El periplo de los acontecimientos fue algo así, intentaré contarlo brevemente.

Parece ser que el héroe Aquiles, durante el asedio a la ciudad de Troya, se enamoró apasionadamente de la hija de los reyes de la ciudad, Políxena. Tal era su pasión y locura que llegó a pedir la paz o al menos un cese en los ataques, para casarse con ella. La desleal y seductora Políxena, que amaba a su pueblo más que a su propia vida, sabedora del amor desmedido de Aquiles, se lo hizo saber a su pueblo, dejando así al descubierto la gran debilidad del héroe. El llamado «talón de Aquiles». Esto provocó una emboscada con la ayuda de su hermano Paris, en la que se dio muerte a Aquiles.

Pero como la vida perdura tras la muerte y según parece, ni en el descanso eterno se reposa, el fantasma de Aquiles se quedó en los alrededores de Troya para ejercer su temida venganza. ¿Y quién mejor que el hijo vivo para dar buena cuenta de ello? Pues así fue. Su propio hijo, Pirro, haciendo presa a Políxena, la llevó a los pies de la tumba de su padre y allí, sin generosa tregua, cortó su precioso cuello, dejando que el descanso en paz trajera a los griegos una vuelta a casa en paz y cobrada con el diezmo de una vida por otra. Aunque no regresaron todos, porque Ulises se quedó unos años más para encontrar su propia Ítaca.

La historia así contada, a modo de cuentecillo, desvela que el hombre en su ansia de poder, por más grandes que sean sus codicias de grandeza y conquista, puede verse avocado al fracaso por las emociones y el amor, pero no en su esqueleto más perfecto, sino en los músculos engrandecidos del deseo de dominio y ostentación de imperio.  Todo lo que se desea conseguir a la fuerza, ejerciendo el dolor físico o mental con argucias cenagosas, no lleva a un buen fin.

Por eso, aunque pese, algunas de las historias que ganan el pulso al tiempo y son recogidas en los libros, versan sobre la peor parte del ser humano, aquella que destruye, mata o esclaviza voluntades in secula seculorum.

Excepto la historia más bonita jamás contada, la historia de cada uno de nosotros en nuestros mundos, que sahúman emociones que hacen que la vida del otro sea pura magia. No somos héroes que traspasaremos los siglos con vendettas a lo siciliano ni troyanas, no seremos dioses del Olimpo que modificaremos a nuestro antojo las vidas de mortal humano, pero sí somos tú y yo con una única vida que escribimos en el reglón siguiente de la historia de mañana.

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1 COMENTARIO

  1. Mientras revolvía sin necesidad el café humeante, pues lo bebo sin azúcar – comencé a leer la nueva carta de Cruz Galdón donde aborda una historia mitológica que, con el transcurrir de los siglos, se resume en una frase que se dice muchas veces sin pensar y sin conocer sus connotaciones. Esta es, «talón de Aquiles» que comenzó a gestarse cuando el, un hombre, conoció a Ella, una Mujer de nombre Polixena, enamorándose. La historia resumida muy bien por Cruz, me llevó a recordar otro ser habitante de la mitología llamado Ulises quién fue capaz de soportar el canto de las sirenas quienes a todos atraían, incluso a el quién, sin duda, no quería morir pues ese era su destino luego de escucharlo. Para evitar oir el canto de estos seres con bello rostro de Mujer que poseían alas que luego se transformaron en una gran cola de pez dotados de una voz de gran musicalidad y dulzura para atraer a los marineros, quienes, al oirla, saltaban desde cubierta hacia el mar para perecer ahogados. Sabiendo esto, Ulises, siguiendo el consejo de Circe, la diosa y hechicera de la isla de Eea que era su consejera, quien le advirtiera sobre el peligro a que se enfrentaría al navegar esas aguas, hizo untar con cera los oidos de sus hombres para no escuchar el canto de las sirenas y el, sin hacerlo, pidió que fuera atado al mástil del barco con la expresa orden que no lo desataran a pesar de sus súplicas. Esto hizo que sus hombres no sufrieran daño alguno al bogar en ese mar misterioso, haciendo que las ninfas y/o sirenas tuvieran que cumplir con su obligación-destino: una de ellas debía perecer. La señalada fue Parténope quien lanzándose al mar se dejó arrastrar hacia la costa para morir donde fue sepultada con todos los honores, haciendo que en el lugar se fundara un pueblo que llevaba su nombre, para luego transformarse en lo que hoy es conocido como Nápoles. Ergo: estas pequeñas historias resumen la vida de un hombre, que somos todos ,quiénes consideramos que la Mujer es el ser más importante que existe en este mundo nuestro, así en la vida como en la muerte, asegurando que fue y será así por los siglos de los siglos como la eternidad de Dios. Por supuesto que la nota de Cruz lleva a otras elucubraciones reflexivas que harían extenderme demasiado en mis palabras por ello es que, con el placer de siempre y un especial agradecimiento a una Mujer que con su inteligencia y belleza hace que aguarde estos encuentros, termino de beber el café, aún caliente, y comienzo a esperar una nueva carta para seguir gozando con el acerto de sus reflexiones.

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