La gestora que preside el asturiano Javier Fernández con la supervisión del portavoz Mario Jiménez, mano derecha de Susana Díaz en el Parlamento andaluz, sigue sin saber de qué forma atajar el clamor que los dirigentes territoriales le han hecho llegar a la dirección temporal del partido contra la posibilidad de que el grupo parlamentario socialista se abstenga en una nueva investidura de Mariano Rajoy antes de finales de mes.

Tanta es la tribulación de la gestora en estos momentos decisivos que aún no ha hecho pública la fecha del próximo comité federal del partido, en el que se decidirá, sin escuchar la opinión de la militancia, el voto abstencionista a un nuevo gobierno del PP. Probablemente convocará a los casi 300 dirigentes este 23 de octubre, apenas unas horas antes de que el jefe del Estado inicie la nueva ronda de consultas para una posible investidura.

ya no hablan tan a las bravas de ordenar la disciplina de voto

Los nuevos inquilinos temporales de Ferraz están convencidos de que el comité federal votará mayoritariamente a favor de dar una abstención al PP en el Congreso que evite otras elecciones generales en diciembre, pero ya no hablan tan a las bravas de ordenar la disciplina de voto, sobre todo tras saber ya a priori que los siete diputados del PSC, con un Miquel Iceta recién ganador de las primarias a la secretaría general, votarán “no” pase lo que pase y diga lo que diga el comité federal del domingo 23.

Pero no están solos, también otras federaciones socialistas como la balear, la castellanoleonesa, la riojana de César Luena, la murciana, la madrileña, la gallega, la vasca, la canaria o incluso históricos dirigentes del PSOE andaluz como el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, han respaldado la iniciativa del alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez Salas, de promover un proceso de primarias que lleve a un congreso extraordinario para elegir nuevo liderazgo del partido.

Para añadir más leña al fuego, en otros territorios donde sus barones ya han abogado abiertamente por la abstención como en Aragón hay diputados que no secundan esta opinión, como la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, que ya ha reiterado en diversas ocasiones que no acatará lo impuesto por el sentir de los dirigentes.

Ni Javier Lambán en Aragón, ni Emiliano García Page en Castilla-La Mancha, ni Guillermo Fernández Vara en Extremadura, ni Susana Díaz en Andalucía, y ni siquiera Javier Fernández en Asturias, pueden meter la mano en el fuego a día de hoy asegurando que todos los diputados de los territorios que controlan darán su abstención al PP de Rajoy.

El clima de tensión que se vive en el seno socialista es tal que la gestora abandonó a las primeras de cambio su intención inicial de aplicar la pedagogía estratégica a sus dirigentes más reacios, una pedagogía abortada por el propio portavoz, Mario Jiménez, cuando amenazó a todos aquellos diputados socialistas que no acataran la disciplina de partido, algo a lo que no obliga el reglamento de la Cámara pero sí penalizan con 600 euros los estatutos del partido.

Los mensajes a favor y en contra de la abstención han incrementado el clima de crispación entre la militancia, e incluso algunos barones, como Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León, ya no se cortan cuando recuerda que la pérdida constante de votos que muchos le achacan a la gestión del partido durante la etapa de Pedro Sánchez comenzó realmente algunos años atrás, más exactamente en 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero acometió los primeros ajustes de la crisis y aparcó sine die algunos principios fundacionales del PSOE.

El desbarajuste en las filas socialistas es tal que incluso algunos diputados como la número 2 de Pedro Sánchez el 26-J, Margarita Robles, o él mismo están planteándose entregar sus actas de diputados en caso de que el PSOE imponga la abstención en el comité federal. “Tienen que darme una razón contundente. Desde que el partido acordó votar en contra de Rajoy hasta ahora no ha ocurrido absolutamente nada nuevo ni relevante para cambiar de opinión”. Margarita Robles y otros dirigentes socialistas como ella prefieren entregar su acta de diputada antes que darle su abstención al PP por mandato del comité federal.

 

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