La Fiscalía Provincial de Madrid ha incoado diligencias de investigación penal a raíz del acta remitida por la Inspección de Trabajo de Madrid en la que detallaba que Metro de Madrid no había adoptado las medidas suficientes para evitar la exposición de sus trabajadores a la presencia de amianto. Los inspectores detectaron este mineral en alguno de los materiales con los que los que los trabajadores realizan las labores de mantenimiento de las instalaciones como lijado o montaje y limpieza de apagachispas. Los Inspectores tranquilizaron a los usuarios argumentando que en ningún caso los viajeros tienen contacto con el amianto, ya que no tienen acceso a esas instalaciones ni al material de mantenimiento de Metro.
Como primera medida la Fiscalía ha remitido un oficio a Metro de Madrid para que a la mayor urgencia posible informe sobre qué medidas de seguridad se estén adoptando en relación con las piezas que contienen amianto. La solicitud se produce pocos días después de que Inspección de Trabajo sancionara a la empresa Metro de Madrid S.A, y de que se le trasladara el pasado viernes a la Fiscalía el acta en el que se reflejan la falta de adopción de las pertinentes medidas de seguridad ante la presencia de amianto.
La Fiscalía señala que, teniendo en cuenta la peligrosidad de dicha sustancia que contiene agentes cancerígenos, unido a la presencia de enfermedad de un trabajador del Metro y al riesgo sufrido por otros trabajadores debido a su exposición al amianto, procede iniciar una investigación a cargo de la sección de siniestralidad laboral de la Fiscalía, por si los hechos fuesen constitutivos de un delito contra los derechos de los trabajadores y determinar la persona o personas responsables de los mismos.
Las fibras de asbesto (amianto) se utilizaban, antes de 1975, en diferentes ámbitos como la construcción, minas de asbesto, industria molinera y fabricación de material refractario, provocando en quienes lo manipulaban Asbestosis, una enfermedad pulmonar. Hoy en día esta enfermedad es menos frecuente debido a las regulaciones gubernamentales sobre el manejo del asbesto. La asbestosis es una enfermedad traicionera ya que no solo no tiene cura, sino que además tarda en manifestarse y, por tanto, en conocerse.
