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La ex esposa del duque de Alba intentó suicidarse por los abusos sexuales del psiquiatra sevillano

Javier Criado sólo tiene una causa pendiente al haber prescrito los casos de una treintena de mujeres denunciantes

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análisis

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Matilde Solís, la ex esposa del duque de Alba, con quien tuvo dos hijos, ha admitido que intentó suicidarse después de los abusos sexuales que sufría por parte del prestigioso psiquiatra de la alta burguesía sevillana Javier Criado, a quien denunciaron una treintena de mujeres por los mismos motivos, la mayoría de las denuncias archivadas judicialmente por haber prescrito legalmente.

También la Iglesia archivó varias denuncias de pacientes en 2005

El famoso psiquiatra, una figura preeminente en el seno de instituciones religiosas de la capital sevillana y muy conocido en el campo de la psiquiatría hasta destaparse los presuntos abusos, achacó el pasado octubre ante el juez que lo juzga por el único caso que tiene pendiente de la justicia, sucedido en 2015, que “todo se debe al ánimo de venganza”. En este caso, la presunta víctima y paciente del afamado psiquiatra denuncia vejaciones y agresiones verbales, además de verse obligada a escuchar propuestas sexuales e insinuaciones por parte del denunciado. Esta mujer acudió a su consulta durante dos meses en unas siete ocasiones.

Poco después estalló el caso, a mediados de 2015. Se constituyó una plataforma de víctimas, denominada Veritas y presidida por la abogada Inmaculada Torres. Más de 30 ex pacientes de Criado denunciaron públicamente haber sufrido abusos sexuales en su consulta médica, aunque en un primer momento sólo se aportaron a la causa los testimonios de ocho mujeres. El abogado del psiquiatra, el también conocido penalista sevillano Francisco Baena Bocanegra, apuntó tras la declaración judicial de su cliente el pasado octubre que “don Javier es un médico muy prestigioso en la ciudad y cuando termine este asunto hablará”.

Aunque en un primer momento la ex esposa del duque de Alba y aristócrata sevillana admitió los abusos por parte del psiquiatra, nunca ha especificado hasta ahora de qué tipo de abusos se trataba. En su portal de Facebook, Solis asegura que en la carta que escribió hace unos meses no especificaba a qué tipo de abusos la sometió el psiquiatra, “así que lo digo ahora”, apostilla.

“Sufrí abusos sexuales. Aparte de todo lo demás.
Las mujeres que han dado su testimonio me han dado mucha fuerza”, reconoce Solis, cuyo caso es uno de los numerosos que han prescrito para la justicia. “Que se avergüence el psiquiatra. Yo no lo haré más”, concluye en su mensaje una mujer que durante dos décadas estuvo en tratamiento psiquiátrico bajo la supervisión de Criado.

En 1999, un año después de su separación del actual duque de Alba, Matilde Solís sufrió la extirpación del bazo tras dispararse con una escopeta en lo que según la versión oficial de la Casa de Alba se debió a “un accidente doméstico”. La aristócrata andaluza escribió: “Javier Criado abusó de una persona enferma, desesperada, a lo largo de los años. No prestando ayuda, ignorando problemas, manipulando como solo lo puede hacer un buen conocedor de los resortes de la mente, que es lo que no podemos negarle. Javier Criado Fernández me llamó por teléfono pocos días antes de mi intento de suicidio. Hizo mención a tres temas en concreto que desencadenaron en mi cabeza absoluta desesperación. Lo hizo porque yo había empezado a contar cosas de él”.

A día de hoy, Criado continúa ejerciendo la psiquiatría en su consulta sevillana pese al único caso abierto contra él en un juzgado de Sevilla, ya que hasta la Iglesia archivó dos años después las denuncias de tres pacientes que en 2005 interpusieron ante la institución religiosa por ser entonces Criado hermano mayor de la cofradía de Pasión de Sevilla.

Los casos denunciados por las presuntas víctimas y archivados por la justicia están relacionados con el intrusismo profesional, un delito de omisión del deber de socorro, otro continuado contra la integridad moral, tres delitos continuados de abuso sexual, dos delitos de abuso sexual y uno de inducción al suicidio. Todos los hechos denunciados se produjeron presuntamente entre los años 1985 y 2006. Todos ellos prescriben entre tres y diez años después de cometidos.

 

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