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La enésima genial ‘performance’ de Vila-Matas

‘Montevideo’, la nueva novela del autor barcelonés, se zambulle de nuevo como nunca en la ambigüedad y la creación novelística, ejes con los que transgredir géneros literarios e incluso artísticos para ‘elevarse’ hacia una verdad última

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análisis

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Todo en Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) es excéntrico y genial, sobrepasa los cánones establecidos: su propio aspecto físico de enigmático dandi, su mirada profunda, su finísimo humor a tres pasos por encima de cualquier humorista que se precie de serlo, su trayectoria vital cargada de ya míticas verdades a medias y mentiras muy verdaderas, su manera de afrontar lo literario, su literatura misma… Hasta las presentaciones entre su público más entregado pueden ser improvisadas e imprevisibles ‘performances’.

Como la que ejecutó despiadadamente este martes en Sevilla para desbrozar los intríngulis de su última novela, Montevideo (Seix Barral). Ante un nutrido público de lectores y colegas escritores (Eva Díaz Pérez, Isaac Rosa, Antonio Rivero Taravillo, Jesús Carrasco, Manuel Ángel Vázquez Medel, entre otros) se permitió el lujo de que apenas los espectadores sentados en primera fila pudieran oír lo que decía entre susurros. El resto respondía con sonrisas veladas y tímidas risas a unos mensajes oídos entrecortados trufados de humor vilamatiano en su más excelsa esencia. Durante buena parte de la charla-coloquio que mantuvo con la escritora sevillana Sara Mesa, el público apenas pudo intuir la conversación, falló estrepitosamente el sonido, pero nadie en la sala se atrevió a interrumpir tan elevada conversación literaria entre dos de los escritores con más punch del panorama nacional.

Vila-Matas abre misteriosas puertas a través de un avatar que camufla un innegable ‘yo literario’, en busca de un deseo innegable de transformar experiencias narradas en experiencias vividas o viceversa

Pero de lo que se trataba en esencia era de disfrutar de la presencia de Vila-Matas, un referente mundial indiscutible de la literatura en español, que se ha elevado, en el pleno sentido de la palabra, a nuevas cotas literarias con su último trabajo después de ser sometido recientemente a un trasplante. “Hoy ya no llevo un ejemplar del Tristam Shandy en el bolsillo, sólo unas pastillas que me mantienen vivo”. Vila-Matas en estado puro, como Montevideo, un nuevo giro de tuerca en este tour de force donde el autor barcelonés se dedica a abrir misteriosas puertas a través de un avatar que camufla un innegable ‘yo literario’, en busca de un deseo innegable de transformar experiencias narradas en experiencias vividas o viceversa, o quién sabe qué, hasta el punto de perder ese fina línea divisoria y permitir la convergencia en una explosión creadora total.

Como viene sucediendo reiteradamente a lo largo y ancho de su amplia y multipremiada obra, la trama es lo de menos, pero nunca está de más. El lector tiene así unos supuestos ejes de coordenada que no son más que ilusorias agarraderas en un puente imaginario hacia la felicidad que otorga la imaginación a través del disfrute de la literatura total que es esta nueva propuesta de este caballero de la Orden de Finnegans y Chevalier de la Legión de Honor francesa.

Lucha permanente

La perfección de la ‘performance’ en plena evolución, que hace de la literatura algo más que una lucha permanente entre ficción y realidad para trasgredir artes en general y llegar a un estadio inexplorado que Vila-Matas rinde los honores de pisarlo por primera vez y ofrecerlo a sus lectores en forma de novela repleta de interrogantes a cual más estrambótico y siempre ligado con lo literario y la creación misma.

Definitivamente, Montevideo demuestra que el autor de El mal de Montano, Doctor Pasavento, París no se acaba nunca y otro puñado de obras maestras es como aquel niño, este niño de 74 años, con juguete nuevo tras volver a ser, tras elevarse gracias al milagro de la ciencia. Un juguete que lleva a los lectores a preguntarse una y otra vez si sería conveniente abrir o no esa puerta. Porque, como aseguraba el propio Vila-Matas este martes en Sevilla: “llegado al momento en el que estoy, todo es interesante”.

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