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La duda

"La duda es un estado incomodo, pero la certeza es un estado ridículo" Voltaire. "Dos cosas son infinitas la estupidez humana y el universo, de lo segundo no estoy seguro" Einstein.

Joaquín Ortega Herrera
Joaquín Ortega Herrera
Ingeniero de edificación Arquitecto técnico Profesor Programa Universitas de la Universidad de Salamanca
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análisis

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Durante nuestra vida, todos pasamos involuntariamente por diversos estados de ánimo, disposiciones emocionales por las que, dependiendo en muchos casos, de factores externos, pueden llevarnos a pasar en pocos segundos de la alegría mas feliz a la pena mas triste o viceversa.

La felicidad supone esperanza de duración y genera calma, alegría, tranquilidad y paz, pero nadie puede ser continuamente feliz, es una falacia negar sentimientos negativos, posiblemente tan necesarios como los positivos.

Igual que con la felicidad pasa con la pena o la tristeza, son temporales, si bien los sentimientos negativos suelen ser más duraderos que los positivos.

Pero hay un estado de animo en el que nos encontramos permanentemente que es la duda, pensar que no hay verdades absolutas, o que, si existen, aunque siempre con subjetividad, para llegar a ellas ha sido necesario que transitemos por un estado de incertidumbre, ese es el único camino a la verdad razonada.

Siempre ha habido personas que se creen en posesión de la certeza, estas lógicamente son las mas erradas, que no dejan posibilidad a la duda, personas que dan por cierto historias como las de Adán y Eva, el caballo alado, o la de detente no hagas daño a tu hijo, con todo lo que estas conllevan, fábulas que son dogmas de fe, son increíbles y como tal son mentiras, no sucedieron porque es imposible que sucedan, pero es obligatorio que te las creas, aun mas que des tu vida por ello y no dudes, que dudar es pecado, entonces te auto-inhabilitas y prohíbes que tu cerebro trabaje.

Otra circunstancia es cuando la duda se alía con la esperanza, la emoción y la pena, entonces esa duda se hace mas fuerte, a pesar de que la solución es fácil, a veces muy fácil, real y evidente, no aceptas la verdad. Esto pasa cuando un niño de dos años cae a 70 metros de profundidad (25 plantas) y el componente emocional unido a la esperanza comunitaria, sostenida por los medios de comunicación, que han encontrado un filón, nos manipulan a todas horas con conclusiones simplistas y cercanas a la falsedad, así, aprovechándose de la pena, consiguen generar suficientes dudas ante esa desgracia, esa gran desgracia, creando una catarsis colectiva que nos lleva a no razonar y a no aceptar que el niño con total seguridad está muerto, aun mas después de pasar las horas, los días, las semanas, y en vez de admitir un resultado fatal, lo que les supondría perder audiencia, ofrecen ilusiones totalmente injustificadas que llegan hasta el sadismo, el espectáculo llega hasta la retrasmisión de una vigilia, allí alguien, para alimentar la duda irracional, habla de milagros.

Otras verdades que no admiten dudas son las de los políticos, quieren hacer creer que son poseedores de la verdad absoluta, dicen estar en lo cierto, y en la mayoría de los casos con sofismas poco y mal elaborados, nos prometen cierta felicidad a cambio de creer en ellos o en lo que representan, fundamentalmente a cambio de lo único que de nosotros les interesa, nuestro voto. Son capaces, en base a falacias infundadas, de fletar cientos de autocares y, después de haber generado un repulsivo odio al contrario, llevar a miles de simpatizantes a protestar en contra de algo inexistente, se sienten infalibles, y justifican sus errores y equivocaciones, que para nuestra desgracia son muchos, en que la culpa es de los votantes que los han abandonado, sin siquiera dudar que precisamente ha sido esa manipulación la que los ha forzado al abandono, en algunos casos con pena y en la mayoría con decepción.

La única duda que conozco que no tiene posibilidad de solución racional y que por mucho que hagas trabajar a tu cerebro no te servirá de nada, es la que se genera después de haberte realizado una prueba medica y te conceden el plazo de unos días para darte el resultado, además te dicen que no debes preocuparte en exceso, porque en el 60% de los casos el resultado de la prueba es negativo, esos días de incertidumbre, de angustia te hacen pensar y, hasta es posible que tomes decisiones de futuro muy distintas dependiendo de los resultados, en el mejor de los casos seguirás siendo como eres pero con otra herida, otra experiencia y posiblemente otra conciencia, y en el otro…

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