Parece mentira que en un mundo global cada vez teóricamente más seguro, en el que la prevención minimiza los riesgos, la sensación de peligro inminente sea cada vez más patente y el miedo irracional parece invadir los rincones más recónditos de una sociedad que ha ideado todas las medidas imaginables de control y defensa de la integridad personal, pero que naufraga lamentablemente ante la sensación asfixiante de temor, un terror desconocido, una incertidumbre inconcreta y una zozobra permanente que acaban contaminando todas nuestras acciones y hasta las omisiones. Tremenda paradoja que genera inestabilidad y es el caldo de cultivo de la crisis .Y no me refiero aquí a la crisis económica y financiera, ni siquiera a la cultural, sino a la crisis global, a la crisis que arrastra a cualquier otra la crisis de valores el fallo sistémico que evidencia la negación del pensamiento y la ideología.

Quien puede pensar conseguir objetivos a favor de un mundo mejor y mas justo desde estrategias interesadas , vanidosas, incluso con relación o, con correlación espuria ( matemáticamente ) en la que dos acontecimientos no tiene por principios y sensibilidades conexión lógica, esta situación se puede considerar, desde la estrategia del fraude humano, y todo ello si valoramos los intereses de una manipulación al observar la entrada de un tercer elemento llamado “factor de confusión “ o “ variable escondida “ no podemos dar valor desde la ética a la existencia de vinculo apreciables entre dos “ grupos “ que resultara siempre invalido cuando estos son examinados de el pensamiento con absoluta objetividad desde la conciencia social.

Por ejemplo : las dictaduras privadas , capitalistas y neoliberales jamás cambiaran sus comportamientos ideológicos arraigados en sus mediocres conciencias y, conocidos a través de siglos, por compromisos honestos y leales en favor de erradicar absolutamente el “terrorismo de crímenes machistas “, o por la lucha de igualdad absoluta entre hombres y mujeres, o por la justicia social, o por extirpar la corrupción en todas sus variedades, económica, medioambiental, legal, social e   incluso, como no, la informativa entre otras.

En las estrategias utilizadas por las dictaduras privadas o partidos de sensibilidades sociales asuntes o, de los que anteponen las crisis económicas para justificar las de valores vía la técnica del entetanimiento ( forma o propaganda que se utilizan para proteger los principios capitalistas y neoliberales ) que cada día mas se está utilizando para conseguir entrar en las conciencias sociales. En la practica de estas evoluciones están valiéndose e incluso utilizando la inocencia o el interés de personas públicamente afectada por esas mismas políticas súper conservadoras, la economía antes que los principios morales y si esto se consigue con conquistas aparentemente envuelta en compromisos sociales ,mucho mejor y mas eficaz para sus objetivos espurio de contaminar la moral con el capital dictador.

Primero se manifestó en la ausencia de crítica; el conformismo vendría después para dar paso a una renuncia expresa de los principios éticos, de los valores y, finalmente, de la dignidad y la conciencia. No vamos bien por este camino pues el miedo irracional, que escapa al sentido común y a la lógica, tiene en la corrupción y en el abuso de poder su mejor aliado. El temor a lo que está por-venir, la vacilación y hasta la perplejidad dan alas al autoritarismo y a todo tipo de dictaduras públicas y privadas. Resulta que las nuevas tecnologías y la sociedad de la información imponen un control absoluto sobre la libertad individual y colectiva y llegan a quebrar incluso el estado de derecho poniendo en grave peligro el corazón mismo de la democracia. Los medios de comunicación colectiva, al igual que los partidos políticos no persiguen la verdad porque su información y sus comportamientos no se ve reflejado en el espejo de la realidad. Por eso abundan los bufones y los embaucadores, los charlatanes del periodismo que han renunciado al sagrado deber de informar verazmente y de crear una opinión pública libre e independiente, plural, para convertirse en correas de transmisión de los poderes fácticos. Los mas media no dan noticias, ofrecen espectáculo. Pan y circo. La televisión no es más que un contenedor de basura que recicla el pensamiento y el espíritu crítico para fabricar consignas; la publicidad y la propaganda al servicio del miedo, como artificios y subterfugios de la mentira. No nos engañemos. Sabemos, como sabía Raymond Carver en su ácida y aguda descripción de los fracasados y derrotados de América, que los sueños son eso de lo que uno se despierta. Nos hemos despertado bruscamente de un sueño imposible y, tras darnos de bruces con una realidad esquiva, nos hemos convertido en fanáticos sin ideas ni prioridades. De la definición clásica de formar, informar y entretener, nos hemos quedado sólo con la última función y la hemos degradado hasta la frivolidad. Pensar aburre. Preferimos el rumor y el chisme cuando no el insulto y la ocurrencia descabellada hasta convertir la vida en una farsa, una disparatada y chabacana astracanada. Sólo la política, entendida como la vocación hacia lo público y el afán de cambio y transformación de las estructuras sociales, podría librarnos del miedo global, pero la política también ha sucumbido ante la sinrazón y fomenta el pánico no ante los que consideramos nuestros iguales sino al diferente, transformando el miedo en xenofobia. Al miedo irracional, igual que al poder, lo primero que hay que decirle es no pues, como apuntaba Saramago, tiende a excederse y a someternos. “Hay que plantarle cara al miedo para que nunca nos puedan domar, ni tampoco doblar ni domesticar.

El ser humano deberá tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo, los hombres y, repito una vez mas : las mujeres y los hombres  de conciencia tienen que dormir a diario con su conciencia.

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