Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo han mostrado cómo la derecha democrática española no está dudando en llegar a coaliciones o pactos de gobierno con los ultras de Vox. Este hecho está avergonzando a Europa y tendrá consecuencias si, finalmente, se llegan a oficializar los acuerdos del «trifachito» de la Plaza de Colón.

En los países de nuestro entorno, con una mayor cultura democrática y con un conocimiento superior sobre lo que puede suponer dar fuerza a los ultras, se han creado cordones sanitarios alrededor de estos partidos populistas que se están aprovechando de las consecuencias de la crisis económica y del fracaso de las recetas de los partidos tradicionales. Hay una diferencia entre los unos y los otros: la extrema derecha no tiene nada que perder porque la verdadera intención de estas formaciones no es otro que destrozar la democracia desde dentro y aprovechándose de las debilidades del sistema. Exactamente lo mismo que hizo el Partido Nacionalsocialista alemán para destruir la República de Weimar.

Sin embargo, mientras PP y Ciudadanos no han dudado en afirmar que no tienen ningún problema en llegar a acuerdos con Vox, en Europa son cada vez más habituales los desprecios por parte de la derecha democrática hacia los ultras.

En Alemania, Angela Merkel y Martin Schulz volvieron a formar una gran coalición para evitar el ascenso de la Alternativa para Alemania de Alexander Gauland, todo ello con la oposición de sus propias bases. Sin embargo, fueron responsables y decidieron sacrificarse para evitar que los neonazis pudieran llegar al poder porque, de haberse tenido que repetir las elecciones, los ultras habrían aumentado sus resultados.

En enero de este año, la propia Merkel y el presidente Emmanuel Macron firmaron el Tratado de Aquisgrán, por el que se comprometían, entre otras cosas, a luchar contra el crecimiento de los populismos de extrema derecha.

En Suecia, por ejemplo, la líder del partido liberal, Annie Lööf, rompió el bloque conservador para evitar que los otros partidos pactaran con los ultras suecos porque «un Gobierno minoritario liderado por Moderados hubiera dependido del apoyo de los populistas de derechas, y ese apoyo no hubiera sido gratuito. Para mí y para nuestros votantes, era muy importante no dar a los ultras ninguna influencia en el Gobierno», afirmó Lööf al explicar la decisión que había adoptado.

En el Grupo Liberal Europeo ya se encendieron las alarmas cuando se dio la posibilidad de que Ciudadanos llegara al gobierno de Andalucía por medio de un pacto con Vox. Aparte de las formalidades por las que el partido de Rivera no firmó nada con los de Abascal, la realidad es que desde ese instante Ciudadanos está en el punto de mira de sus socios europeos, sobre todo porque éstos se han convertido en el grupo de derechas que más se ha opuesto a los ultras y que no dudan en atacar al Grupo Popular por tener en sus filas al ultra húngaro Viktor Orbán. El presidente de los liberales europeos, Guy Verhofstadt, ya advirtió a los de Rivera de que «El éxito de la extrema derecha debe preocuparnos a todos. Afrontamos una batalla por el alma de Europa».

Respecto al Grupo Popular hay una importante facción del mismo que está en contra de cualquier pacto con los ultras. El alemán Markus Söder es absolutamente contrario a seguir la vía iniciada por Berlusconi con su pacto con la Lega de Salvini o por Pablo Casado con sus pactos con Vox. «No habrá cooperación en Europa con los populistas de extrema derecha, por supuesto. Nada bueno saldría de ello», afirmó el bávaro en una rueda de prensa conjunta, en la que añadió que «No queremos entregar la UE a los extremos de la derecha, en lugar de eso necesitamos una política fuerte en el centro […] Nuestro objetivo es hacer a la UE mejor, no destruirla o jugar con fantasías de salir de ella».

Por tanto, los pactos que van a venir por parte de Ciudadanos y Partido Popular con Vox en ayuntamientos y comunidades autónomas avergüenzan a la Europa democrática. ¿Tomarán medidas los grupos de la UE? Por el bien de la democracia, al menos, deberían planteárselas para que el cordón sanitario contra los ultras sea un hecho, a pesar de que los partidos conservadores españoles no lo hagan motu proprio.

5 COMENTARIOS

  1. Lo que averguenza a Europa y a las 305000 FAMILIAS españolas es el robo en el que participo el gobierno de Rajoy ,ahora Casado, EL ROBO DEL BANCO POPULAR. Eso si que es una verguenza,los demas partidos callaron,el VOX tambien cayo,pero estos todavia no ROBARON a nadie.

  2. bueno,quizas porque Europa no sabe,al igual que muchos millones de españoles,que PP,Ciudadanos y Vox son hermanos,tienen el mismo padre que es el franquismo,asi que como dice el antiguo refran..»entre yo y mi hermano pocos nos llevamos».

  3. Señor,
    Austria lo ha hecho. No hablemos de Italia que ha elegido al fascista Salvini sin rodeos.
    Lo que no quieren entender estos europeos tan virtuosos, como usted nos los describe, es que en España son legales los partidos separatistas (prohibidos por ejemplo en Alemania) que se quieren cargar el país como lo están haciendo los flamencos en Bélgica. Personalmente, soy de izquierda y me escandaliza que el PSOE lleve años pactando con los nacionalistas, en el País Vasco, en Valencia, etc. Y luego nos extraña que salgan proyecto de estatuto como el Plan Ibarretxe, que separa ciudadanía y nacionalidad. Esto, los europeos tendrían que saberlo. ¿ Por qué no escribe un artículo al respecto ?
    Para mí, el separatismo y la extrema-derecha son igual de peligrosos para una sociedad…

  4. Por dios. Este blog es una verguenza, hecho por algún radical de ultraizquierda que a buen seguro odia la libertad. Comparar a VOX con los nazis… sois patéticos y ridículos.

    El PSOE puede pactar com la extrema izquierda y los etarras, golpistas… pero el centroderecha no puede hacerlo con su derecha sensata. Dais pena.

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