La CUP anunció ayer, tras firmar el documento de independencia de los partidos soberanistas, que paraliza su actividad parlamentaria, como gesto de la decepción que le ha producido la intervención de Puigdemont.
La CUP ha mostrado públicamente su decepción ante la suspensión a los efectos de la declaración de independencia durante el discurso del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Esperan que el proceso abierto de diálogo entre Cataluña y Madrid no prospere y pueda hacerse efectiva lo antes posible la declaración de independencia.
La portavoz de la CUP, Anna Gabriel ha insistido en que “hoy se ha perdido la ocasión de proclamar solemnemente la república catalana” aunque subraya que la CUP no va a renunciar y luchará porque no se suspendan “los dos millones de votos a favor de la república”.
Según la organización, la declaración firmada en el Parlament tras finalizar el pleno no tiene validez alguna, pues no seguía la hoja de ruta marcada horas antes de la intervención de Puigdemont. “Nosotros no avalamos la suspensión de la declaración de independencia” porque “una hora antes de que iniciara el pleno se han cambiado los guiones”.
En respuesta a lo sucedido, la CUP suspenderá su actividad parlamentaria y abandonará el Parlament, ha anunciado el portavoz de dicha formación, Quim Arrufat, mientras esperan que el diálogo entre Generalitat y Gobierno central no fructifique.
«¿Negociación con quién? ¿Con un Estado que sigue persiguiéndonos y amenazándonos, que despliega sin vergüenza cuerpos policiales y militares, y nos niega derechos? Nos encantaría hablar de diálogo con el Estado, pero tenemos que romper el candado de 1978″, ha resaltado Gabriel.
Aún así, desde la formación aseguran que a pesar de haber quedado “tocada la confianza en el Govern, no permitiremos que esta legislatura acabe sin la aplicación de los votos del referendum”, ha asegurado Arrufat. Y es que la CUP no renuncia a su objetivo de proclamar la República catalana pese a la “traición inadmisible” por parte del presidente Puigdemont.
