El parón de la actividad económica provocado por la Covid-19 puede acabar con 15.000  academias de enseñanza no reglada, lo que supone una gran parte de la estructura formativa alternativa. Las academias, que imparten numerosas disciplinas, corren el riesgo de tener que cerrar, ya que continúan padeciendo restricciones que les impiden desarrollar su actividad con normalidad, y de manera rentable, desde el 14 de marzo. Además, tampoco se les facilita la posibilidad de realizar convenios de actividades extraescolares con centros de enseñanza reglada.

Múltiples disciplinas

Son miles de jóvenes, y no tan jóvenes, los que adquieren formación en música, baile, teatro, pintura, escultura y un sinfín de disciplinas que permiten el desarrollo personal y la consecuente calidad de vida. Este tipo de escuelas pueden suponer: una entrada en el aprendizaje para los que luego querrán adquirir conocimientos de manera reglada; una manera de incorporar un hobby saludable; una forma de adquirir los conocimientos necesarios para dedicarse profesionalmente a alguna disciplina; una ayuda a los más jóvenes para desarrollar actividades extraescolares y un refuerzo para aquellos jóvenes que no tienen suficiente con el horario escolar para sacar adelante las asignaturas y necesitan clases de repaso.

Situación insostenible

“El impacto es devastador, ya que ante el miedo del contagio la gente está dejando de asistir a los centros”, así de negativo es el balance que hace para Diario 16, el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad. Pero no es solo la decisión de muchos de los padres de no llevar a sus hijos a los centros de actividades extraescolares lo que está dificultando la supervivencia del sector:

“La prohibición de las actividades extraescolares lleva a una situación de insostenibilidad económica a miles de profesionales que vivían de impartir estas clases”, explica Abad.

Impacto en el desarrollo intelectual

La priorización de la salud está obligando a muchas personas a elegir. “Se está viendo que la prioridad de los padres es la vigilancia de la salud, que está muy por encima de lo que puede ser el desarrollo cultural”, explica el presidente de UPTA. Pero esto está llevando a muchos a preguntarse cuál es el precio de priorizar la salud y quien lo está pagando: “Son centros donde se fomenta la cultura, así que su cierre  tendrá un impacto en el desarrollo personal de nuestros hijos”, continúa. Pero no es solo en el aspecto de la formación cultural dónde estás academias juegan un papel trascendental: “Son las personas más vulnerables, desde el punto de vista intelectual, las que se pueden ver afectadas si no pueden asistir a clases de repaso”, sentencia Abad.

Rescate urgente

Cómo está la legislación hoy y, sobre todo, tal y como están los consumidores, es inviable que la actividad se pueda desarrollar con la suficiente rentabilidad económica”, explica tajante Eduardo Abad. Y es que no queda otra opción que acometer ayudas económicas para que el sector no se vea condenado al cierre masivo. “Es vital que se ponga en marcha un mecanismo urgente de rescate, como el cese de actividad extraordinario, con el que los profesionales de la educación, cultura, ocio y tiempo libre puedan tener unos ingresos mínimos, y no seamos testigos de cómo desaparecen de nuestras calles centros privados de formación”, reclaman desde UPTA

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