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La Corte Penal Internacional emite una orden de detención contra Putin que nunca podrá cumplir

Los magistrados entienden que hay indicios de graves delitos de genocidio en la invasión de Ucrania

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análisis

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La Corte Penal Internacional ha emitido este viernes por la tarde una orden de arresto contra Vladimir Putin por crímenes cometidos durante la guerra de Ucrania. Ahora bien, cabe preguntarse: ¿es posible que veamos al líder del Kremlin sentado en el banquillo de los acusados como en un nuevo juicio de Núremberg? A día de hoy es pura ciencia ficción. No solo porque Putin jamás se dejará atrapar (le basta con no salir de Rusia), sino porque es uno de los hombres mejor custodiados del mundo y porque además tiene el as de bastos bajo la manga: el maletín nuclear. Antes de que lo capture la Interpol, o la CIA, vuela el mundo por los aires o da la orden de que algún lacayo lo haga por él. Por tanto, la orden de la CPI es un brindis al sol, una decisión que reconcilia con el género humano, pero que está muy lejos de poderse llevar a cabo. Queda la posibilidad de que a Putin le den un golpe de Estado y lo derroquen los sectores más descontentos del Ejército ruso, que los hay, pero ese supuesto también se antoja muy lejano.

Por tanto, la única salida realista al atolladero ucraniano es la diplomacia, que Occidente se siente a negociar un plan de paz para la zona, ya que tratar de doblegar a la primera potencia atómica del planeta, encarcelando a su líder, no deja de ser más que un sueño quimérico, una hermosa utopía, pero nada más. Ni al peor guionista de Hollywood se le ocurriría una historia tan ingenua.

En las últimas horas aviones rusos y drones estadounidenses están librando una batalla silenciosa, de la que poco se sabe, en los cielos ucranianos. Cualquier misil disparado por accidente, cualquier error o ataque inesperado, puede prender la mecha de la Tercera Guerra Mundial. Esa es la dramática realidad ante la que se encuentra la especie humana. Pero mientras tanto Occidente se aferra a una idea delirante: poner delante de un juez al dictador ruso, algo que ni el más optimista de los juristas de la Corte Penal puede llegar a creer. No estamos en 1945 ni ante un ejército nazi derrotado. Rusia mantiene intactos sus arsenales nucleares válidos para exterminar la vida en este planeta más de mil veces. Su tridente atómico (submarinos, bombarderos y rampas de lanzamiento) se encuentra plenamente desplegado y con capacidad para actuar en cualquier momento. Sin duda, a Putin le habrá dado un buen ataque de risa al conocer la noticia de que Europa y Joe Biden pretenden procesarlo. Y no es que no haya razones para llevarlo a un banquillo. Las matanzas de civiles en Mariúpol, Bucha, Jersón o Bajmut son pruebas más que suficientes para encerrarlo de por vida. Solo que la ley y el Derecho Internacional, en este caso, no vale. Es así de lamentable y de triste. Y cuanto antes lo entendamos mejor.

Orden de detención contra Putin

A través de un comunicado emitido a primera hora de este viernes, el organismo internacional considera que Putin es “presuntamente responsable” de los crímenes de “deportación ilegal de población” y de “traslado ilegal de población” en lo referido a los menores ucranianos sacados a la fuerza de las zonas que ha invadido el Ejército ruso.

La Corte entiende “motivos razonables” para creer que Putin “tiene responsabilidad penal individual” por estos delitos, bien por su comisión directa o por haber sido incapaz de ejercer un control adecuado sobre los subordinados civiles y militares que cometieron los actos.

“Los crímenes supuestamente se cometieron en el territorio ocupado de Ucrania al menos desde el 24 de febrero de 2022. Hay motivos razonables para creer que el señor Putin tiene responsabilidad penal individual por los crímenes antes mencionados”, ha señalado la Corte Penal Internacional.

También ha emitido otra orden de arresto contra la política rusa María Lvova-Belova, comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, sobre la que pesa la misma acusación a la que se enfrenta el mandatario ruso.

La CPI es la única instancia permanente para juzgar los crímenes de guerra y contra la humanidad, así como el genocidio y el crimen de agresión. Las órdenes se han dado a conocer después de que una investigación de Naciones Unidas señalase que Rusia ha “una amplia serie de crímenes de guerra en Ucrania, entre ellos, la deportación forzosa de menores desde las áreas ucranias bajo control ruso”.

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