¿Es un anacronismo el artículo 155 de la Constitución Española? ¿Por qué la inviolabilidad del rey? ¿Hay lugar para evitar bloqueos institucionales como el impulsado por el PP en los altos cargos del Estado? Investiduras fallidas y Constitución ignota, de Artemi Rallo Lombarte, es un libro que va mucho más allá de una descriptiva crónica político-constitucional de la España de 2015 a 2020. Aprovechando la privilegiada posición del autor como observador directo desde su escaño del Congreso de los Diputados y del Senado, esta obra profundiza en la identificación de las lagunas constitucionales detectadas y en la evaluación de alternativas.
La vida política española del último lustro ha estado plagada de múltiples primeras veces, jornadas históricas y sucesivos episodios inéditos activándose mecanismos constitucionales de los que se dudaba, política y doctrinalmente, de su virtualidad y se presumía, incluso, su inviabilidad práctica. Sendas investiduras fallidas y, por ende, sendas repeticiones electorales evidencian la necesidad de analizar alternativas al modelo vigente y sus dificultades para prosperar en beneficio de la gobernabilidad.
Los sucesivos avatares constitucionales vividos han comprometido la posición neutral de la Corona, han evidenciado riesgos desconocidos de colapso sistémico, han provocado el choque institucional entre Parlamento y Gobierno, han desfigurado la función parlamentaria legislativa en beneficio de la legislación de urgencia, han elevado la posición constitucional del Senado, han demostrado la indiscutibilidad de la ley presupuestaria como clave de bóveda de la acción política, han negado el carácter constructivo de la moción de censura, han constatado la incapacidad de alumbrar con éxito cualquier conato de reforma constitucional y han puesto en cuestión el marco legal aplicativo de los estados excepcionales.
La Constitución se ha quedado obsoleta hasta para hacer frente a los retos del mundo tecnológico que hemos creado. “El artículo 58 bis de la Ley Orgánica de Protección de Datos no permite ni crear bases de datos ideológicas ni crear perfiles ideológicos de los ciudadanos ni hacer un rastreo general de datos personales en internet ni hacer ‘spam’ electoral masivo”, asegura el autor del libro.
Los agujeros negros de la Constitución
“Se ha incorporado para introducir garantías en la protección de datos” en este nuevo marco de la realidad digital, asegura. Recuerda Rallo que este artículo, en su apartado primero, establece que “la recopilación de datos personales relativos a las opiniones políticas de las personas que lleven a cabo los partidos políticos en el marco de sus actividades electorales se encontrará amparada en el interés público únicamente cuando se ofrezcan garantías adecuadas”. Desde ese punto de vista, la Carta Magna ha quedado obsoleta también.
Rallo cree que de los cinco presidentes que ha tenido la Generalitat Valenciana “sólo uno no nos ha avergonzado y ese ha sido un presidente socialista y se llama Joan Lerma”. “Ahora, con Ximo Puig, los ciudadanos han vuelto a recuperar la ilusión pues en sólo cien días ha sido capaz de demostrar que hay otra forma diferente de hacer política”, defiende. El diputado se ha mostrado también como un firme defensor del derecho a la intimidad ante la pujanza de las redes sociales.
Artemi Rallo Lombarte es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Jaume I de Castellón y portavoz socialista en la Comisión Constitucional del Senado. Ha sido diputado nacional, director de la Agencia Española de Protección de Datos, director General del Centro de Estudios Jurídicos del Ministerio de Justicia y diputado en las Cortes Valencianas. Se ha ocupado del estudio del derecho al olvido en Internet, de las redes sociales, el derecho europeo de protección de datos, las administraciones independientes, las garantías electorales o el pluralismo informativo. Ha impartido conferencias en universidades y encuentros científicos celebrados en Oxford, Ottawa, Los Ángeles, Montreal, Washington, Tel Aviv, Estrasburgo, Cambridge, Grenoble, Bruselas, Londres, Buenos Aires, México, Bogotá, Montevideo, Jerusalén, Panamá, Berlín, París, Casablanca, Zagreb, Roma, Santiago de Chile, Caracas, etc. Ha sido investigador principal en proyectos de investigación nacionales y europeos sobre la reforma del sistema europeo de protección de datos y el fortalecimiento de la cooperación entre Autoridades de Protección de Datos.
esta constitucion se hizo para lo de siempre y asi el pueblo estaba calladito lo que pasa que algunos entre 10 0 12 millones de persona parece que poco a poco nos vamos encabronado y parece que esto molesta a los de siempre barones del psoe de pp de cs y vox iglesia bancos empresarios y nuestras muy democraticas fuerzas armadas estas ultimas estan desando dar otro golpe de estado para libranos de malos pensamientos UNA NUEVA Y PROGESITA CONSTITUCION YA
la pregunta que hay que hacerse no es si esta «constitución» hay que cambiarla o no. La cuestión principal es que no se cumple desde el mismo día de su firma, 28 de diciembre de 1978. ¿y por qué no se cumple? no se cumple porque los «súbditos, súbidtas, españolos y españolas» no se conocen ni siquiera un artículo. Usted habla del 155 y de la inviolabilidad del rey, pero se olvida del resto, de lo que realmente afecta al ciudadano de a pie. A usted solo le interesa la confrontación política, izquierda derecha, vive de eso, de la desinformación, de la división, usted y el resto de medios de desinformación. Si los españoles conociesen la ley, estaríamos todo el día en la calle exigiendo su cumplimiento, existirá en España una sociedad civil, no gente de izquierda o derecha o de centro. Pero no, ustedes a lo suyo, a no hablar de lo fundamental, de los artículos 14, 15, 16, 17, 19, 55, etc… del articulo 31, que dice que los impuestos no serán confiscatorios, etc… El pueblo a pagar y a callar, las leyes sin cumplir, y cuando se incumplen por parte del legislativo o ejecutivo, sale gratis, (el judicial está por encima del bien y del mal), y mientras, eso a seguir hablando del pasado, y al final, pues que no avanzamos, y estamos ahora con una restricción de derechos fundamentales, que no con el «caudillo», que sigue más presente que nunca, así es el ser celtíbero. Alea Jacta Est
Hay ciertas partes del texto del artículo y de los comentarios que tienen su parte de razón. Pero articular el país por razones políticas o económicas es de la misma justicia parcial, pese a quien le pese. Pero es que además de esa parte de razón está el asunto social y cultural. También está la razón histórica. Y habrá otras que me dejo porque es tanta la diversidad… Pero si somos capaces de entendernos con todos esos países de la Unión, que obviamente son extranjeros… Para defender nuestra unidad habrá que respetar tambien las diferentes cuestiones; administración, producto, cultura, lengua,..
O que pensaría un señor de Toledo si ahora hubiese que hablar en alemán por ser la lengua mayoritaria en cuanto a los números de parlantes, o francés…?
Ésto está ocurriendo en España, pero es que ocurren cosas muchísimo más graves como denuncia el articulista y fascisto. Y entonces? Nos cortamos las venas? Se las cortamos a los que nos joden? O hacemos lo que muy correctamente practicamos con los putos extranjeros?
Para mí es fácil la solución; más incluso que ennumerar las razones.
Qué decís? Me interesa.